Acabábamos de llegar de cenar, ¡qué día más agotador! Para colmo, el katering parecía recién salido de un container... Me tumbé en mi cama, boca arriba, pensando en todo lo que habíamos hecho ese día. Buses, actividades agotadoras, visitas a monasterios terriblemente aburridos... Parecía todo normal, pero algo no me permitía estar en paz. Un recuerdo fugaz pasó por mi mente.
Aquel roce de manos entre la Alba y el Dídac... Algo no olía bien. Verdaderamente creía que esos dos tramaban algo. Justo en ese mismo instante se abrió la puerta, y los vi entrar al cuarto.
-- ¡Mairena! Te estábamos buscando, no estabas por ningún lado. ¿Estás bien? -- Mi preciosa Alba me interrogó.
-- Sí, tranquila, solo me agobiaba estar con tanta gente. Ya sabes, ese estúpido de Dani... ¡Argh! Cómo me cabrea. -- Era cierto, no había nadie más en este planenta que me enervara más que ese señor, pero no fue la razón principal por la que me retiré del comedor principal.
-- Ya bueno, ¿Pensáis salir fuera otra vez? Lo digo porque ya es tarde y... Estaremos más cómodos aquí. -- Se me iluminaron los ojos. Toda una noche. Con las chicas, que era como si no estuviéran. Con Alba. Sin ningún chico miope de ojos azules que me la robara. Sin interrupciones. Era como un sueño...
-- Claro, dejad que llame a los chicos. -- Alba se retiró de la habitación, y yo dejé caer la cabeza en la almohada de nuevo. Ya decía yo que era demasiado bueno para ser verdad.
Al cabo de cinco minutos, entraron los chicos y nos saludamos. Bajé dela litera y estuvimos charlando un rato, cada vez me sentía más impotente porque veía la clase de miradas que se lanzaban aquellos dos tórtolos y me daba cuenta de que era más real de lo que creía. Que no era producto de mi imaginación.
-- Chicos, teniendo en cuenta que es tarde, creo que deberíamos irnos a dormir. -- Acotó Adrián, seguido del bostezo de Raúl.
-- Sí, creo que tienes razón. Yo también me iré ya. Buenas noches, chicas. -- Se fueron yendo los chicos, creándome falsas ilusiones de un pequeño rato a solas con mi chica.
-- Yo os alcanzaré en un rato, no os preocupéis por mí. -- Sonrió Dídac, echándose los brazos detras de la nuca. Mirando de una forma que no pude descifrar a Alba.
Fruncí el ceño, estaba comenzando a hartarme.
--Bueno, Dídac. Teníamos algo guardado para cuando se fueran los chicos, pero viendo que no nos podremos deshacer de ti tan fácilmente, creo que es mejor adaparte al plan. -- Soltó Suofei acercándose a la pila de mochilas de la esquina. Después de unos segundos, y con ayuda de Irene, sacó dos botellas de Vodka y dos de Sprite, junto con 3 bolsas de chuches. -- ¡Tará!
Me quedé boquiabierta, yo no me había enterado de nada de esto, y que encima dedicieran incluir al chico en el plan, me requetecabreaba. Apreté los puños, en un intento de controlar la ira que comenzaba a extenderse por todo mi cuerpo.
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Una nit en Poblet
FanfictionMientras gran parte del curso de tercero estaba en una habitación, dos pequeños grupos, mixtos, se quedaron en dos habitaciones a parte. ¿Quieres saber qué ocurrió? Acompáñanos en esta emocionante e intrepida historia para descubrirlo... +18, abstén...