12

5.2K 242 16
                                    

P.O.V Erika 

-te quiero mucho y...-

¿Era lo que estaba escuchando? ¿Esto era real? ¿Es lo que estoy pensando? ¿Quiere pedirme salir? mi cabeza estaba dando vuelta en pocos segundo y con una sola frase, no sabia realmente como reaccionar. También podría tratarse de una confusión y realmente no me quiere decir nada.

- ¿Y qué?- Le pregunte nerviosa, pero no tuve ninguna respuesta

Estuve observando su precioso rostro durante unos segundos, asique aproveché la situación, situé mi mano al costado del cuello y con mi dedo pulgar le acariciaba la mejilla. Acerqué su cara hasta la mía y la besé, fueron los cinco segundos mas largos de mi vida. Tenia la respiración cortada y decidí decir lo que pensaba.

- Yo también te quiero y me gustaría que fueras mi novia- Después de decirlo no quise mirarla por si la reacción era mala

-Yo... es lo que iba a decirte, lo estuve pensando y creo que podría ser lo mejor-  Al escuchar esas palabras la miré a los ojos, sonreí de una manera que nunca había hecho. Me sentía como una niña pequeña.

Creo que realmente esto es amor... no es normal como me siento cuando estoy con ella... es realmente maravillosos, no querría que esto acabara nunca. Estuvimos un rato hablando tranquilamente sentadas en el banco, había momentos que no hablábamos solo nos mirábamos y con eso bastaba. Antes de que anocheciera decidí llevarla a una terraza para ver como se iba el sol desde lo alto.

-Es precioso, me encanta ver el atardecer contigo- Se acercó y me dio un pequeño beso en los labios.

-Tú sí que eres preciosa-

-No digas tonterías- se rio y se volteó para seguir viendo el cielo.

Esa risa, era como música para mis oídos, podría escuchar su risa toda mi vida

¿Qué me está pasando? ¿Por qué estoy pensando esas cosas?

El sol ya se había ido, pero seguíamos tumbadas en esa terraza, Jane estaba apoyada en mi pecho y yo le estaba acariciando su cabello. Pasaban las horas, creo que ella estaba dormida, pero no quería despertarla.

-Jane, Jane- le susurraba en el oído

-¿Qué quieres? Aléjate de mí, no tengo queso cheddar- Seguro que estaba soñando... Pero que sueños más raros

-Soy yo, Erika, ya es muy tarde tenemos que ir a casa, no podemos dormir aquí.- Jane abría sus ojos, era muy graciosa medio dormida.

Fuimos caminando hasta su casa, las calles estaban medio vacías y las luces iluminaban el camino y su mano estaba entrelazada con la mía. Mientras caminábamos me dijo que no hacía falta que la acompañase, pero yo realmente quería acompañarla. Cuando la dejé en su casa nos abrazamos muy fuerte y nos dimos un beso, esta vez más apasionado que el anterior.

-Por favor quédate a dormir, no quiero que vayas sola a tu casa- me suplicaba mientras ponía cara de pena, no podía decirle que no con esa cara.

-Me encantaría, pero no puedo, es muy tarde y tengo que avisar antes a mi hermana- Puso más cara de pena -otro día te prometo que me quedaré a dormir todo lo que quieras-

Nos despedimos y mientras llegaba a mi casa sentía un alivio, me tumbe en la cama recordando cada detalle que hay en ella y cada detalle de la maravillosa tarde que habíamos pasado juntas.

Realmente no dormí mucho por la noche, ya que mi cabeza iba a mil por hora y pasaban muchas imágenes, pero lo mejor es que estaba feliz. Así que aproveché que no podía dormir para hacer algunas cosas, algún regalo, buscar ideas y prepararle alguna sorpresa para fin de curso que estaba a punto de llegar.

No Soy LesbianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora