Capítulo: 1.

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Me presento, soy Thalia Smith.

Soy la chica que tiene pocos amigos, pero verdaderos, la que cada vez que suena el despertador por la mañana lo tira al suelo, y no precisamente con delicadeza, aquella dice lo que piensa, pero no piensa lo que dice, y un sin fín de cosas más.

Tengo 16 años, y no te imagines ni de lejos que soy de aquellas que se escapan por la ventana para ir con su amado y ridículo novio, no, yo soy más de otras cosas. Exactamente de estar tranquilamente tumbada escuchando mi música, o de quedar con mis amigas y amigos.

Hoy, he vuelto a empezar el instituto, después de un corto verano.

A las siete de la mañana me despertado, y como no, de mal humor.A las ocho menos cuarto me he encaminado hacia el instituto. Mientras me quitaba la legañas, y caminaba como un zombie hacia la entrada del colegio he podido obserbar a mis amigas hablando con un chico desconocido. Al parecer el chico es nuevo y va estar este año con nosotros.

Después de estar un rato hablando, hemos entrado a nuestra nueva clase, y hemos hablado de todas esas cosas que se hablan cuando comienzas un nuevo curso, cosas como, este año os va a resultar fácil, lo vais a disfrutar mucho... Como si alguien se alegrara de volver al colegio, aparte de Nadia, la empollona de la clase.

En el descanso, hemos conocido un poco más al chico, se llama Rubén, al parecer se ha mudado y este es el instituto que le pilla más cerca de casa, hace baloncesto y los estudios le van bien, menos biologia.

Después de descansar 45 minutos en el patio, por desgracia tuvimos que dejar de charlar todos y regresar al aula.

Ha la salida, me esperó a mi y a Carla, mi amiga, dice que somos muy majas, y que le caemos bien. Esperamos a que el padre de Carla viniera a recogerla, después sucedió esto:

-Rubén: Thalia, ¿vives muy lejos?

-Yo: No, bueno, no está aquí al lado, pero estoy acostumbrada a ir andando.

-Rubén: bueno, este año me he sacado el carnet de moto, y si quieres podría llevarte a casa...

-Yo: bueno, si tú quieres vale, vivo en Pand Stret.

-Rubén: pues entonces, pilla este casco. -dijo con una sonrisa-

Se me paró el corazón, o más bien se me aceleró, no sé, pero me estaba sorprendiendo como nadie lo había hecho hasta ahora. El viaje en moto fue genial, como no sabía muy bien donde estaba mi casa le iba señalizando. Al llegar a casa me dijo:

-Nos vemos mañana, pasa un buen día.

A lo que yo respondí:

-Lo mismo digo, nos vemos mañana.

Nos despedimos con un abrazo y una sonrisa, no me podía creer que al primer día de conocerme me quisiera llevar a casa, cada segundo que pasaba estaba más emocionada, pero no quería emocionarme. Quizás, solo era un buen amigo.

Sigo sin poder olvidarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora