1

99 18 5
                                    

"Si pudiera convertirme en alguien o tal vez en algo más, me gustaría ser tan sólo una piedra inerte"

Aquel sujeto tocaba a la chica sin mucho reparo en lo que le hacía sentir, mientras que ella solo miraba el techo, en su propio mundo. Permitiéndole hacer lo que fuera con su cuerpo.

De otra forma no podía durar mucho, se hubiera matado hacía años.

La castaña se imaginaba que los besos que aquél viejo repartía en su cara, boca y cuello con desesperación, eran de alguien más.

¿Quizás del rubio? Kyojuro.. Su amado Kyojuro. Aquél que desde sus dieciséis no le había vuelto a visitar o ver a la cara, ese mismo. Cuando el hombre mayor se retiro, luego de dejarle cierta propina que ella ahorraba, se quedo tendida en el suelo, con sus prendas desarregladas.

Te odio. Te odio, Kyojuro. ¿Porqué no haz.. ?

Lloro, lloro por un rato largo hasta que Haruka-Oiran apareció, preocupada por la pequeña que era como su hermana menor. Tenía que tener cuidado, no podía llorar a moco tendido o recibiria un castigo por no cuidar su rostro y dejar que se hinchara.

Oh.. ___-chan.. Vamos, tiene que salir de aquí antes que la señora de la casa te encuentre en este estado.

La mayor miro con pena a la de bellos ojos grandes, haciendo que se incorporará para partir a los pequeños dormitorios que las prostitutas normales debían compartir, aunque cambio a último minuto llevandola a su propia habitación, ahí tendrían privacidad.

Dime, ¿es por ese hombre rubio que estás así? Ha pasado mucho.. Él quizás ya este casado.. Sabes que no muchos se arriesgarian a tener una esposa de este sitio..

Junto las cejas mientras la menor se hacía bolita y ella palmeaba su espalda con delicadeza, ahora algo enojada. No creía posible que siguiera así, sino se cuidaba la echarían de la casa Himiko pronto, además de que ya no era tan joven.

Escucha, ____, tienes que superarlo de una vez. Si tienes suerte, pronto será acendida a Oiran ya que yo me iré. Y si te vuelves la Oiran de ésta casa, puede que encuentres a alguien mejor. Podrás salir más y tendrás mejor seguridad.

La azabache acarició el rostro de la menor que había alzado la cabeza para escucharla atenta. La mayor limpio todo rastro de llanto para luego besar su frente.

Incluso si trabajas aquí, seguro que eras mucho para ese viejo. Tú mereces alguien mejor.

G-gracias Haruka-Oiran, tienes razón. Pronto saldré de aquí yo también.

Esbozó una sonrisa, que fue mas bien una mueca. Y sin más continuo a lavarse el rostro y con una cuchara de plata fría, tratar de bajar la hinchazón de sus ojos.

-
-

Tal y como la antigua oiran habían hablado hacía unos dos años, ahora, la joven ___ de veinte años era la Oiran de la casa Himiko, ya no pasaba por las manos de cualquier sujeto depravado, ahora ellos sólo podían admirar su belleza.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 26, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Eine Kleine | Senjuro X ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora