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El día en el que apareció el niño Felix y una niñita algo gritona, no pudo visitar y ver a Adrien. Enfadado, casi rompe la base de la Torre Eiffel. Y riendo nervioso, ingresó a la manción y se sentó encima del ropero del benjamín. Emilie lo notó y le giñó el ojo.
—Tu hijo es presioso, Emilie —dijo una mujer con un gorro de ala ancha—. ¿Qué dices de arreglar una boda entre él y Chloe?
Plagga negó con todos los miembros de su cuerpo. No permitiría eso nunca. El alma gemela de su niño estaba afuera esperando que ambos crecieran y estuvieran juntos.
No recordaba como se llamaba... ¿Marinette?
—Eh... Creo que el estar juntos tendrían que elegirlo ellos, ¿no crees Andrew?
—Si. Amelie —se dirigió a la hermana, o copia, de Emilie. Quiso reír, ya que notó a distancia que la mujer de lentes de sol intentaba cambiar de tema—, y tu hijo...
—No. Felix no se casará a menos que la chica se gane mi corazón —dijo seria.
Todos, incluyendo a Plagga, temblaron asustados y sonrieron nerviosos. Andrew se rascó la cabeza temerosa, como nunca. Miró de nuevo al niño —en busca de alguna cosa en la que se parezca a Chloe— y enarjó una ceja; volteó a ver a Felix y de nuevo a Adrien. Plagga hizo lo mismo. ¡Eran casi iguales!
La única diferencia era lo que más temía el kwuami...
Adrien tenía unos ojos verdes muy inusuales. No eran nada parecidos a los de Gabriel, su padre de ojos azules. Los de Emilie eran más claros y grandes. El niño parecía un gato con las pupilas dilatadas.
—Vaya, Emilie. Tu hijo no se parece en nada a Gabrikins —murmuró la crítica de moda, dudosa. La pequeña Chloe golpeó el suelo con su sonaja, como avisando que había conflicto.
Amelie mantuvo la vista fija en su hermana. Quien, se hallaba muy nerviosa, como el ser de la Destrucción. Y, alguien más se encontraba en el marco de la puerta, borrando su sonrisa.
***
Gabriel pocas veces estallaba en un ataque de nervios. Es más, regularmente era una persona seria pero también muy amable. Excepto estos días en donde ni siquiera cargaba a su propio hijo. Se encerraba en su oficina y no salía de allí hasta bien entrada la noche. Natalie, negaba con la cabeza. Le dolía ver como despreciaba a su esposa e primogénito.
—Quiero tener otro hijo —pidió una vez a la rubia. Casi suelta la taza de té humeante que bebía en esos instantes.
Adrien ya había cumplido 2 años.
—¿O-Otro hijo Gabriel? —preguntó preocupada. Rara vez él pedía algo a alguien. Y con tanto ahinco... no. Algo pasaba—. ¿No te sientes bien con solo tener a Adrien?
—¡Adrien no se parece en nada a mi! El físico, su cara... ¡parece un gato! —estalló, haciendo que la mujer cargara al menor y acariciara su cabeza, para evitar que escuchara los gritos de Su padre—, ni siquiera tiene la misma forma de ojos que tú. Lo demás si... ¡El carácter ni se acerca al mío! No hay Nada de mi en él.
—¿De qué demonios hablas? Sé claro.
—Hablo de que no parece ser mi hijo... —susurró con los ojos cristalizados. Emilie aguantó darle una bofetada, pero, recordó lo dicho por el Guardián:
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Hijo De La Destrucción [OS MLB]
FanfictionPlagga siempre soñó con crear algo, justo como Tikki. En vez de destruir todo a su paso. Nunca imaginó ser partícipe del nacimiento de Adrien Agreste, el mejor Chat Noir que tuvo. Y al quien quiere más que nada. Claro, el camenbert y Tikki se halla...