Habían pasado dos meses desde que TN dejó la U.A. Sus amigos intentaron contactarla, pero era en vano. No respondía a mensajes ni llamadas. Simplemente había desaparecido.
—¿Te preocupa?— preguntó Mirio, con una nota de inquietud en la voz.
—Um... S-Sí... — admití, bajando la mirada.
—Lo entiendo. Yo también la extraño. Era diferente tenerla cerca— Su sonrisa era un intento de consuelo, pero no llegó a aliviar mi ansiedad.
—Yo... sólo...— mi voz se quebró —No sé qué decirle o qué hacer...—
—¿Por qué no vas a verla? Tal vez le animes— Él siempre encontraba la forma de simplificar las cosas.
—¡Lo haré!— Sonreí, sintiendo una chispa de determinación.
Gracias a Mina, sabía dónde vivía. Aproveché las vacaciones y después de un largo viaje, llegué a su casa. Estaba nervioso, más de lo que quería admitir. Respiré profundo y toqué la puerta.
Desde dentro, escuché pasos lentos y una voz cansada.
—¡Voy! Si busca a mi mamá, ella no está...—
La puerta se abrió, y la vi. Mi corazón se hundió. TN estaba irreconocible: su ropa desordenada, su cabello sin vida, ojeras profundas, labios partidos y mejillas enrojecidas.
—H-Hola...— Murmuré, tragando el nudo en mi garganta.
—Ah...— Sus ojos me recorrieron, pero no hubo sorpresa en ellos. Sólo cansancio —¿Quieres pasar?—
Asentí, y ella se hizo a un lado. Caminé con cuidado, como si cada paso pudiera romper algo.
—Per...dón por venir sin avisar...—
—No importa. De todas formas, no hubiera visto los mensajes— Se dirigió a la cocina sin más explicaciones —¿Té o café?—
—Té...—
La observé mientras preparaba todo. Sus movimientos eran automáticos, sin energía, como si estuviera vacía por dentro. Cada segundo en ese silencio se sentía eterno.
—¿Por qué viniste? — Preguntó de repente, sin mirarme.
—Me pre...gun...taba si es...tabas bien. ¿Por qué de...jaste la U.A?—
No respondió. Simplemente terminó de servir el té y lo puso frente a mí. El silencio continuó hasta que no pude más.
—¿Y tus pa...dres?—
Sonrió, pero su sonrisa era diferente. Fría. Vacía.
—Estás muy pregunton, Tamaki.—
—Yo só...—
—Me dejaron sola. Papá me abandonó y mamá se fue hace unos meses.—
—Lo sien...to — Murmuré, queriendo abrazarla, pero ella retrocedió.
—¿Por qué? ¿Tú me estás matando? No eres la razón de todo esto.
Su tono comenzó a endurecerse
—Tu nerviosismo me desespera. ¡Habla claro!—
Sus palabras eran como golpes. Sentía cómo su frustración creaba un muro entre nosotros.
—Tn...— Intenté calmarla, pero el ambiente se volvía más tenso cada segundo.
De pronto, rompió a llorar.
—¡Por qué viniste? ¡Por qué? ¡Mierda!— Sus lágrimas corrían sin parar, y su voz era un eco de dolor.
—Tn...— No lo pensé más. La abracé. Ella se derrumbó en mis brazos, llorando en mi hombro.
—Tengo miedo, Tamaki. No quiero morir. No quiero lastimar a nadie...—
Sentí su dolor como si fuera mío. La estreché más fuerte, intentando transmitirle algo de calma.
—Ya no estás sola, Tn. Estoy aquí. Pase lo que pase, no te dejaré.—
Ella levantó la mirada hacia mí, con los ojos llenos de lágrimas y una sonrisa temblorosa.
—Tamaki, estoy orgullosa de haberme enamorado de ti...—
De pronto, su cuerpo se aflojó en mis brazos.
—¡Tn! ¿Qué te pasa? ¡Tn!—
La revisé con desesperación y me di cuenta de que estaba inconsciente.
— ¡Ambulancia!—
Continuará.
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"La flor en invierno" Tamaki & Tu
Fanfiction¿Conoces la leyenda de la flor Naupaka? En esta leyenda la diosa del fuego de la isla, Pele, separa a dos amantes. Sus hermanas protegen a la pareja, convirtiéndolos en dos medias flores: una mitad en las montañas, la otra mitad cerca del océano. S...