El principio del encantamiento

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un mes anterior


Era mi primer día de trabajo, había llegado en ayuno, con mis clásicas ojeras sumamente notables por haber estado jugando toda la noche a la PlayStation y escuchando música con los auriculares, me la pasaba así todas las noches de mi vida, mi vida es tan rutinaria, estudiar y trabajar, trabajar y estudiar, y de súper casualidad salir al parque a escribir o disfrutar de algún libro o simplemente estar bajo un árbol escuchando música y dibujando mirando a las personas pasar e intentar no sentirme invadido o acusado por sus miradas juzgadoras.
Recuerdo haber estado muy ansioso por comenzar a aprender sobre el puesto que me habían asignado, para mi suerte no fue nada difícil, solo anotar datos de las personas que llegaban y se marchaban en cuestión de segundos.

Un día bastante tranquilo, ya era la hora del almuerzo y yo había olvidado prepararme algo para no estar todo el día sin comer y correr el riesgo de descomponerme o que me suceda algo y todo terminé en un día asqueroso como lo es de normalidad, para mi sorpresa los encargados me trajeron un sándwich de milanesa súper rico, tenía todo, tomate, lechuga, mayonesa, condimentos, un súper rico pan que literalmente me terminé chupando los dedos, más una gaseosa la cual la termine regalando por falta de gusto personal, mis compañeros eran buenos, no me miraban mal, no me juzgaban por mi vestimenta, lo que sí, siempre me preguntaban si tenia calor con tremendo saco puesto, si no quería quitármelo y dejarlo a un lado para estar más fresco, pues que les puedo decir... Este saco no me lo saco ni a palo, me siento seguro con el... Me hace sentir... Yo... Es increíble como una simple prenda logre completar esa parte de tu personalidad que buscabas perfeccionar.


El trabajo continuó, las personas no dejaban de llegar, no habían descansos a menos que la gente llegue tarde , hasta que por fin llego la noche, por fin la hora de acabar, por fin llegó el momento de juntar todo y largarme de este lugar y volver a casa, acostarme y descansar un rato para luego retomar la partida que deje guardada por la mañana, hasta aquí en mi mente sonaba muy... ¿Normal?

En el horario de juntarnos todos y compartir, hacer cálculos, hablar de como nos fue y toda esa cosa cordial sumamente aburrida, menos mal que yo estaba nuevamente con un amigo que lo habían metido en otro grupo y ahí nos pusimos a hablar hasta esperar a otros grupos que terminaran, mientras mirábamos Y veíamos todo exactamente igual una persona hablando a todos los demás, me hacía pensar que estaban en clases y aburría el pensamiento asique decidí mirar hacía otro lado y antes de girar la vista al terminar de ver detalladamente cada espacio, vi una muchacha agacharse como si fuese una gatita sumamente tierna y cariñosa, fue un movimiento muy simple, suave, sin apuro por llegar al suelo para luego subir nuevamente, creo que se estaba estirando, debo admitirlo, sus movimientos fueron muy sensuales...
Algo provocó en mí... Miré a mi amigo para desviar la mirada porque me puse incomodo cuando quiso dar la vuelta y no pude aguantar la risa al ver la cara de soperutano que tenía él, se había quedado embobado con sus movimientos, con su figura, con el tamaño de sus muslos, de como le quedaba la calza, sí, demasiado baboso.

Al oír mi risa volvió a la realidad, vaya a saber que estuvo imaginando mientras la observaba moverse, me miró como avergonzado y yo me le reí aún más al entender del todo su actitud, volví a mirarla y aún se encontraba de espalda, con su chaqueta negra, su calza del mismo color y su pelo semi-largo negro.Decidí intentar hablar de algo para olvidar ese momento incomodo, sí, situaciones así me incomodan mucho, ¿A quién no le incomodaría que justo cuando miras hacía tal lugar hay alguien agachándose de forma sensual?Pero el soltó sus típicos comentarios morbosos y asquerosos, "uuuy, pero que ricoo" "por dios" "¿viste eso?" "eu eu eu, mira esa chica, esta re buena".

A lo que solo pude responder de manera molesta y desinteresada. "Sí ya la vi, ¿Qué tiene de emocionante?

Él sabe bien que comentarios así, me generan mucho asco y molestia, se dio cuenta de ello tarde y decidió callarse y pedirme disculpas por su irrespetuosa acción.Luego de unos segundos soltó como un tipo de apuesta o reto, no se que quería conseguir con eso."Te apuesto a que te la comes y que va a querer contigo".

Dejémonos EndulzarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora