EX SALVATORE | A Damon nunca se le ocurrió mencionar que luego de Katherine mantuvo una relación con una vampiresa llamada Halsey Grimm y ahora ella está en Mystic Falls
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La rubia despierta soltando unos minúsculos gemidos de dolor, sentía parte de su cuerpo entumecido y también como si le hubieran arrancado sus fuerzas al igual que estaba deshidratada pero no por agua. Era como estar vagando por un desierto sin beber sangre durante días, no lo aguantaba.
— Damon...—Susurra por lo bajo empezando a levantarse, se sentía demasiado débil y la mugre en su cuerpo le fastidiaba pero el peli negro no acude a su llamado — Damon...Damon...¡Damon! ¡Ven aquí, maldito bastardo! — Finalmente la rubia saca fuerzas y logra ponerse de pie apoyándose en la pared gritando el nombre del Salvatore mayor.
Se encontraba en lo que parecía ser una prisión y el lugar era lo suficientemente detestable, sus preciados zapatos estaban llenos de tierra al igual que su cabello y su fina ropa demasiado arrugada. Al escuchar la puerta abrirse gruñe a punto de lanzarse sobre el que entra pero una barrera la empuja hacia atrás provocando que se estrelle contra una de las paredes, Halsey suelta un jadeo sintiendo como sus huesos se recuperaban si fuera humana hubiera terminado con la espalda y tres costillas rotas.
— Eso tuvo que doler — Espeta una voz masculina y ella abre los ojos encontrándose al hermano de su ex en frente suyo.
— Vete al diablo — Murmura la rubia colocándose de pie tratando de demostrar que aquello no le afectaba.
— Okey, entonces me iré y de paso beberé este vaso de sangre que era para ti pero ahora es mío — Dice el Salvatore menor como si nada y ella abre los ojos con sorpresa empezando a negar.
— ¡No, no! Quédate...— Murmura lo último dejándose caer contra el suelo y Stefan sonríe sin emoción extendiendo el vaso para que la rubia pudiera tomarlo, sin embargo, era solo un amago porque lo aleja de ella provocando el gruñido de Halsey — ¿Acaso ya no estás grande para estas estupideces? — Pregunta con una mueca de fastidio.
