1

949 40 1
                                    

1 ☆ Cuando me encuentro tan cerca del fin?


KENNA;

—Sí mamá, iré con mi prima y su novio, así que estate tranquila—Ruedo los ojos.

—Kenna, lo digo por tu bien ¿vale? No me gusta dónde estás metida—Niega con la cabeza repetidas veces y me mira a los ojos.

—Vuelvo temprano, tranquila. Su novio nos viene a recoger—La miro con los ojos entrecerrados.

—Bien, ve con cuidado.

Salgo de la casa con mi mochila en los hombros.

Desearía nunca más ir a la universidad, pero es algo que no puedo evitar.

Me paro en la puerta de la casa de mi prima y toco el timbre como ochenta veces, pero nada.

Saco de mi mochila las llaves de su casa, ya que yo tengo una copia de su casa, y obviamente ella de la mía.

La abro y me resulta raro de que no haya nadie. ¿Adónde mierda está metida?

Subo las escaleras, rumbo a su habitación.
La abro encontrándome con una escena para nada agradable.

—Oh por dios—Me tapo rápidamente mis ojos con mi mano y cierro la puerta de un golpe.

Suelto un suspiro y bajo las escaleras más rápido que "Flash."

¿Quién mierda folla a estas horas? Y justo cuando tenemos que ir a clase.

Me quedo procesando en el salón, minutos después baja mi prima con Tomás detrás de ella.

—Por dios, Kenna, aprende a tocar la puerta—Se cruza de brazos, algo avergonzada.

—Claudia, llegamos tarde—Le susurro mientras miro a su novio.

Él se encuentra mirando su móvil, sin que nada le importara. ¿No se siente avergonzado acaso?

—Joder, vamos Kenna—Agarra su mochila, que está en el sofá, junto a su móvil y las llaves.

—Tomi mi amor, me voy ya, luego nos vienes a recoger ¿sí?—Se dan un beso en los labios, a lo que yo hago una mueca.

Salimos los tres de su casa, Tomás ni se despidió de mí. Él se fue por su camino y nosotras por el nuestro.

Nada más salir y ya está empezando a llover, genial. Ninguna de las dos tenemos un maldito paraguas.

—Vamos, Kenna—Me agarra de la mano, arrastrándome.

Ruedo los ojos y bufo.

La ropa empieza a pegarse más a mi cuerpo y mi pelo no para de gotear agua de las puntas.


Las clases transcurrieron muy rápidas. Ya es la hora de la salida, estoy esperando a Tomás y a Claudia.

Llevo en el banco sentada cómo una hora esperando a que vengan a por mí.
Con mi prima no me la he cruzado en ningún momento en la universidad y eso me parece raro.

Me levanto frustrada del banco y me digno a caminar. La lluvia me impide seguir, pero aún así lo hice.

De un abrir y cerrar los ojos, me encuentro siendo acorralada en una pared a unas pocas calles de mi casa. Todo ha pasado tan rápido.

—Me sentí mal por no haberme despedido de una bonita forma—El susurro de Tomás hace que me de un escalofrío por todo el cuerpo.

—Joder Tomás, está lloviendo muy fuerte, déjame—Intento apartar sus brazos pero eso fue peor, ya que se cerca más de mí.

—Extraño a esa chica, la orgullosa y a la que nadie le bajaba su ego—Se muerde el labio inferior.

—Ya no soy esa persona—Lo miro desafiante.

—La verdad es que me gustas más ahora, aunque antes estabas mejor.

—Eres el maldito novio de mi prima, aléjate de mí—Puse mis manos en su torso para alejarlo.

Pero no lo muevo ni un poco.

—Vamos al infierno juntos, a ambos nos gusta lo prohibido. Te conozco perfectamente Kenna, te conozco.


Perfectamente.

INFIERNO Y ROLL ☆ C.R.ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora