Capítulo único.

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Las luces blancas iluminaban el lugar casi en su totalidad, las cámaras apuntaban directa y estratégicamente hacia la zona de fotografía, toda la gente corría de un lado a otro, ocupadas llevando vestuario y accesorios a los modelos que pronto aparecerían en el set. Uno de ellos, bien conocido en la industria de la moda, esperaba paciente la llegada de su nuevo compañero de trabajo.

Jiang Cheng, sentado en el camerino, piernas cruzadas con elegancia, té de jazmín en mano, movía nerviosamente el pie a espera de... ¿Lan Xichen? Sí, así decía, en el folleto que le entregaron esa mañana, que se llamaba el hombre que haría su debut en la compañía, en SU compañía. Y, ¿estaba nervioso? ¡Claro que no! No tenía por qué estarlo, sin embargo, era la primera vez que tendría que trabajar con un completo extraño, un "novato" y eso, muy sinceramente, no era una buena idea.

Nadie se atrevía a entrar en contacto con el joven modelo a menos que fuese necesario el hacerlo. Incluso el personal tenía cuidado de perturbar su espacio sin el consentimiento previo. Y es que no era nada nuevo en el set, cada vez que en el edificio se llevaba a cabo una sesión fotográfica, o se presentaba alguna nueva colección de moda, la gente corría y entraba en tensión por culpa de la constante presencia del heredero Jiang. Teniendo en cuenta la casi nula capacidad de socialización que tenía, su lengua ácida, su temperamento, su aura intimidante, más su estatus en la Compañía de Modelos Yunmeng, no era de extrañar que esto ocurriese. Pero, volviendo al tema, ¿cómo esperaban qué él, entre todas las personas, se encargara de un novato?

—Joven Jiang... — titubeó la chica fuera del camerino, tocando la puerta suavemente a espera de alguna señal de reconocimiento.

Jiang Cheng se levantó de su asiento, dejó la bebida que estaba sosteniendo a un lado y, con el ceño profundamente fruncido, se encaminó hacia su asistente.

—¿Ahora qué? Habla, rápido.

—El... —carraspeó —El joven Lan Xichen ha llegado, necesitan su presencia en la planta baja... para que le muestre el lugar y...

—Ya entendí.

Sus pies empezaron a moverse de manera automática, no dejó que la muchacha siguiera con sus explicaciones, estaban de más y solo hacían que se retrasara.

Por alguna extraña razón se sentía abrumado por Lan Xichen.

Se subió al elevador, presionando repetidamente el botón del primer piso, ansioso, esa era la palabra que describía a la perfección cómo se sentía, estaba ansioso de ver el tipo de persona que era aquel nuevo modelo, tres años mayor que él, centímetros más alto que él, definido como un ángel por un sinfín de personas (no como a él), un adonis en carne viva. Y sí, todo el momento de espera que había tenido, lo usó para leer la ficha del hombre mayor. No era curiosidad, mucho menos interés, simplemente quería estar preparado para cualquier cosa o situación que se le presentase... o eso se decía a sí mismo.

Cuando llegó a la planta baja, lo primero que encontró fue a un montón de adolescentes gritonas saltando de un lado a otro, pero nos las culpaba, Lan Xichen era un hombre verdaderamente guapo, él ya se esperaba tal recibimiento por parte de la gente, aun así, ¡era demasiado! ¿acaso él era invisible? Esas chiquillas podrían por lo menos lanzarle una mirada y no tratarle como si fuese un maldito árbol viejo que les bloqueaba la hermosa vista de un árbol nuevo nunca antes visto.

Los murmullos crecieron a su espalda en cuanto tomó al contrario y lo arrastró fuera del círculo de "fans" que se había formado hacía unos minutos atrás.

Ahora estaba molesto, con el ceño aún más profundamente marcado, caminando con aire imponente mientras el novato reía suavemente a su espalda.

—De qué te ríes, imbécil. —Espetó en un gruñido mientras volteaba a ver la irritante, pero bella sonrisa del mayor, sin detenerse aún, esperando llegar lo más rápido posible al ascensor.

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