Las personas suelen preguntarse ¿por qué la gente mala tiene tanta suerte? ¿por qué los hombres malvados se libran tan fácilmente de todos sus problemas? Y todos nosotros nos hemos preguntado aunque sea una vez ¿por qué la gente buena somos víctimas de desgracias? ¿qué razón hay para que sea así? si me lo preguntasen a mi tampoco sabría dar respuesta. Quizás sea una de las cosas mas difíciles de responder.Mi nombre es Jeffrie y desde muy pequeño me han gustado la pintura y el dibujo. De niño dibujaba todo lo que estuviese dentro de mi zona de visión; las nubes, los autos, la lluvia, los hogares, los niños, los animales, en fin... La cosa es que a mis padres les gustaba que yo tuviese algo que me entretenga, algo que me apasione, de modo que tuve el apoyo de ambos para continuar con mi pasión.Mis padres ahorraron para apuntarme en clases particulares de dibujo y pintura. Tuve un buen profesor, que me impartió muy buenas técnicas y excelentes conocimientos sobre el arte de la pintura. Mi profesor me explicó acerca de algo a lo que él llamaba "la pintura mas allá de la misma pintura". La habilidad de crear una pintura que sobrepase cualquier lamina y se vea completamente real como si el objeto pintado estuviese frente a ti, como si estuviese fuera del lienzo y tuviese vida. Mi maestro me hizo una demostración dibujando a una hermosa joven de ojos azules y yo, parado frente a la pintura pude observar lo que este me había expresado. Aquella hermosa joven en la pintura parecía observarme con sus bellos ojos azules, y su rostro se veía tan sereno, tan calmado.Desde ese día mi sueño fue lograr lo que había logrado mi maestro. Yo también lograría crear una pintura mas allá de la misma pintura aunque tuviese que tardar mil años en conseguirlo.El tiempo pasó y al convertirme en mozo viajé por todo el mundo mostrando mi arte. Pero aún no cumplía con mi cometido. En uno de mis viajes en los que expuse mis obras una joven asistió para contemplarlas y se acercó a mi para hacerme conversación.- Sus obras son ciertamente hermosas buen caballero ¿pero no le parece que además son muy ambiciosas? - me preguntó ella en un tono calmado aunque algo burlesco.- Verá señorita, el arte es más intenso cuando se tiene una gran ambición - le contesté de manera sencilla manteniéndome cortés ante ella.- Ya veo, entonces el autor de estas pinturas es muy ambicioso - me contestó la joven sonando con delicadeza sus palabras. Su forma de expresarse llamó mi atención de inmediato y tuve deseos de saber mas acerca de ella.- Disculpe señorita ¿cúal es su nombre? - le pregunté lleno de total interés.- Es Clara - me contestó la joven con total serenidad.Dicho esto la joven giró su rostro hacia mí. Yo quedé maravillado con su belleza al momento. Sus ojos tenían el mismo azul intenso que había observado pintar a mi maestro sobre aquel lienzo en mi niñez, aquel hermoso azul... En ese momento supe que quería ver a esa joven a mi lado siempre que me despierte. Supe que quería pedirle que fuera mi esposa.Tiempo después de unirnos en matrimonio, Clara y yo viajamos juntos por todo el mundo mostrando mi arte hasta que decidimos quedarnos a vivir en un pequeño y tranquilo pueblo habitado por personas amables y humildes. Allí nos casamos y tuvimos a nuestro primer hijo al que le dimos por nombre Jim. Le dimos a nuestro niño todo lo que un padre debe darle a un hijo, lo educamos y le impartimos valores brindándole el cuidado y el aprecio que un niño se merece.Cuando Jim cumplió cinco años lo inscribimos a la escuela y debido a la educación que le dimos le fue bastante bien en ella y resaltó como un alumno destacado.Debido a mi oficio yo tenía bastante tiempo libre para compartirlo con mi esposa y con mi hijo. Cuando terminaba de pintar cierta cantidad de obras viajaba para exponer mis trabajos y al terminar regresaba con mi familia, era algo realmente muy cómodo y sencillo.Pero en los últimos meses mi inspiración se había ido. Bajaba al sótano y me encerraba en él con el fin de concentrarme y lograr pintar algo pero no conseguía nada. Mi mujer bajó al sótano para acompañarme y observar como iba mi trabajo pero me encontró dormido frente al lienzo, con los pinceles y las pinturas sobre este.- Amor... Amor... - escuché como me llamaba meciendo mis hombros para que me despertara. Entre abrí los ojos y la observé a mi lado.- ¿Qué pasa? - le pregunté.- Te quedaste dormido aquí abajo. Dime ¿aun no logras crearla?- Aún no - le contesté - no he podido crear nada. Pero no me rendiré, muy pronto voy a conseguirlo.- Yo se que lo harás, pero ahora es muy tarde. ¡Ven! ¡vamos! Sube conmigo, vamos a arriba.Salí fuera del sótano con mi mujer disponiéndonos a irnos a nuestra habitación para acostarnos pues ya era muy tarde. Pasamos por el cuarto de nuestro niño y lo vimos ahí, dormido, tendido en su cama. Nos sonreímos el uno al otro y nos dirigimos a nuestra habitación para disponernos a dormir.Un fino rayo del alba golpeó uno de mis ojos por lo que me di cuenta que había amanecido. Sentí como si alguien saltara suavemente sobre mí para luego sacudirme con energía. Abrí lentamente mis ojos y observé a Jim sonriendo sobre mí, llamándome para que me levantase.- Papá me tienes que acompañar a la escuela hoy - me expresaba con una sonrisa en su rostro removiéndome del hombro para que me levante - ¡Vamos papá! ¡Vamos, vamos levántate!- ¿Ya amaneció tan rápido? - le pregunté de forma divertida a Jim. El hizo una cara de puchero cuando le referí esto a lo cual yo me reí, luego me senté en la cama y le acaricié la cabeza a la vez que él la removía molesto - Esta bien Jim permítame prepararme, en un momento nos iremos.- ¡Bien papá! - exclamó Jim dando un salto y salió de la habitación animado.- ¡Si que tiene muchos aminos! - observó mi mujer riendo y mirándolo salir de la habitación.- Si, creo que lo heredó de ti - le contesté riendo yo también.Me preparé para llevar a mi hijo a asistir a clases dándome una ducha y vistiéndome. Desayunamos los tres unidos como familia. Observé con cariño a mi mujer y luego a mi hijo, el cual comía muy deprisa para irse conmigo a la escuela.- ¡Hey! ¡Hey! La comida no saldrá corriendo - le señalé riendo.- Déjalo amor, es bueno que tenga ánimos de asistir a clases - me contestó mi esposa.- Si al principio siempre tiene ánimos pero al tiempo ya no desea asistir.Jim realizó una cara de enojo luego de que dije esto, pero retomó sus ánimos terminando de comer en tan solo dos cucharadas.Subí a Jim a mi auto y partí con el a la escuela. Me Sentía feliz siempre que lo veía así, ilusionado, motivado y tan lleno de ánimos.Dejé a mi hijo en la entrada de la escuela dándole un beso en la frente antes de que se marche, el se despidió de mi y se metió corriendo a la escuela hasta salir de mi vista. Me dispuse entonces a volver a casa tomando el camino de regreso en mi auto.A poca distancia de mi casa, en uno de las viviendas de la vecindad noté a una gran cantidad de gente reunida, y escuché sus voces mezclándose entre constantes murmullos. Decidí bajar de mi auto y acercarme para ver que ocurría.Allí me di cuenta de lo que estaba pasando. Se trataba de un señor extranjero, un nuevo vecino que se había mudado a una vivienda que estuvo por mucho tiempo desocupada. La cantidad de personas que rodeaban al nuevo vecino era muy grande, incluso para ver a alguien que vino del extranjero. Era bastante evidente que aquel señor de avanzada edad y aspecto no tan agradable no era la verdadera razón de que toda esta gente esté reunida sino que estaban ahí mas bien para ver aquello que lo acompañaba.A su lado, se encontraba un enorme felino de ojos carmesí con un hermoso pelaje de color negro, manteniéndose cerca de su amo y moviendo su cola de izquierda a derecha, era una pantera negra erguida sobre sus patas con elegancia y sofisticación.Todas las personas presentes tenían sus ojos en aquel animal que se mantenía cerca de su amo. No había ninguna señal de peligro en ella, contrario a esto la pantera mostraba calma y serenidad, de ser comparable con algo, lo mas adecuado sería compararla con un gato, un enorme y majestuoso gato.Me alejé de esa extraña escena subiendo de nuevo a mi auto y volviendo a mi casa. Al entrar en esta busqué a mi esposa la cual se encontraba sentada bebiendo un té y al observarme llegar me recibió pidiéndome acompañarla. Yo le hice conversación respecto al nuevo vecino.- Amor ¿ya viste al nuevo vecino?- Si, hace un momento, poco después de que llevaras a la escuela a Jim. Es un señor algo peculiar.- Ahora resulta que tener de mascota una pantera es simplemente algo peculiar - le contesté con ironía.- No me digas que te da miedo - me refirió Clara a modo de burla caminando hacia mi para luego acercarme a su pecho - descuida, tu mujer está aquí para protegerte.- ¡Basta! - le contesté separándome de ella - ¡que tonterías dices Clara! Por supuesto que no le tengo miedo a esa estúpida pantera es solo que... No estoy de acuerdo en que haya un animal salvaje en un vecindario en el que hay niños. Hay niños aquí, nuestro hijo está aquí por eso esa cosa no debería quedarse.- Bueno - me contestó mi esposa tomando actitud mas seria y pensativa - el señor Tom dijo que la pantera está domesticada y todos los vecinos fuimos testigos de que el animal es manso. Yo pienso que no hay peligro.- ¿Es ese el nombre de ese sujeto...? ¿Tom? - pregunté mostrando el mismo desagrado - pues bien, quizás deba buscar a ese tal Tom y decirle lo que pienso respecto a su pantera.- Amor, no causes un escandalo - me pidió mi mujer mostrando preocupación.- Descuida - le respondí - hablaré con él cuando los demás vecinos se marchen. Pero no podrás hacer que cambie de opinión - le advertí y dicho esto me acerqué a la ventana para observar la muchedumbre frente a la casa del nuevo vecino.- Bueno, está bien - me respondió Clara aceptando que no me haría cambiar de parecer.Dejamos de hablar de nuestro vecino para conversar sobre nosotros, mi mujer me cuestionó acerca de mis creaciones.- No he logrado pintar nada interesante - le contesté - de hecho bajaré al sótano ahora a ver si me llega algo de inspiración.- Está bien, yo saldré un momento a la tienda a comprar los ingredientes para la comida. Espero que logres pintar algo hermoso.- Lo haré... te dije que no me rendiré hasta lograrlo.Bajé al sótano y preparé el lienzo en busca de plasmar algo sobre él pero la inspiración me faltaba. Permanecí unos momentos esperando que se me ocurriera algo pero no obtenía resultados. Decidí que lo mejor sería salir a caminar un momento para despejar mi mente y obtener nuevas ideas.Clara ya había salido a hacer las compras así que decidí esperar a que volviera. Salí de nuestra casa para recorrer nuestro patio. Caminé observando la hierba y los pocos arboles que tenemos, a diferencia de las casas vecinas que presumen de árboles muy altos. Elevé la cabeza para observar los arboles mas altos cuando me pareció escuchar algo, un breve chillido, me detuve de caminar para escucharlo mejor, era como una sucesión de leves sonidos, estos se fueron haciendo cada vez mas intensos hasta que logré identificarlos, eran pisadas, pisadas muy veloces y constantes, cada vez se escuchaban mas cercanas como si se acercaran hacia donde estaba. El sonido se escuchaba justo detrás de mi por lo que me di la vuelta, al hacerlo observé al mismo felino de la escena que había presenciado anteriormente casi encima mio, había saltado la cerca que separaba mi vivienda de la de su amo para abalanzarse sobre mi. Intenté quitármelo de encima pero el animal pesaba mucho, observé su rostro cercano al mío, sus ojos rubíes... el animal procedió a lamer mi rostro una vez tras otra en un gesto cariñoso. Por más que lo empujaba no podía quitármelo de encima.- ¡Que sorpresa! La pantera es cariñosa con usted - exclamó su amo en tono de asombro presentándose ante nosotros.- ¡Quíteme este animal de encima! - le pedí con molestia mientras empujaba a la bestia.- ¡Levántate Krabel! ¡vamos apártate! - le ordenó el anciano al animal separándolo de mi.Me levanté y miré al anciano frunciendo mi ceño.- No me diga que le molesta el simple afecto de un animal señor Jeffrie - me refirió el anciano con tono burlesco en su voz.- ¿Cómo sabe mi nombre? - le cuestioné.- Su esposa me lo comentó al conversar conmigo unos momentos antes de que la multitud que usted observó se formase.- ¿Conversaron? - le pregunté pero no me dio respuesta - ya veo, ella también me comentó su nombre, es Tom ¿no es así?- Así es, es un placer conocerlo señor Jeffrie.- Ajá - pronuncié con pocas ganas - me gustaría decir lo mismo de usted.Observé como el animal acarició su pelaje oscuro contra su amo.- ¿Entonces el animal es manso? - le cuestioné al viejo Tom.- Usted mismo lo vio - me contestó este con tranquilidad - debería sentirse alagado, es raro ver que la pantera muestre afecto por alguien particular. Si usted comprendiera lo valioso que es eso estaría complacido.- Como sea - le respondí mirándolo fijamente - mas le vale que no me mienta y que esa bestia sea mansa escuchó.Al decirle esto el anciano cambió la expresión serena de su rostro por una expresión de ofensa, a la vez que dirigió el bastón que llevaba hacia mi mandíbula para amenazarme.- ¡No se atreva a volverse a dirigir a mi en ese tono! ¡usted no es nada! yo poseo la pantera así que yo soy el amo ¡Que no se le olvide!Dicho esto el viejo apartó su bastón de mi mandíbula y se dispuso a marcharse en compañía de la pantera.- ¡Vámonos Krabel! - le expresó a esta tomando ambos la dirección a su casa.Me levanté del suelo sin dejar de observarlos empuñando mis manos hasta que se metieron por completo en su vivienda.- ¡Maldito anciano demente! - pronuncié repudiando al viejo.Observé la silueta de Clara acercarse a la distancia con las compras en cada una de sus manos. La vi acelerar el paso al verme fuera de casa.- ¿Qué haces aquí afuera amor? - me cuestionó extrañada.- Nada, estaba... Conociendo al nuevo vecino.- ¡Oh que bien! Me alegra mucho que hayas decidido dar el primer paso y llevarte bien con el señor Tom. Estoy feliz por ti amor - mostraba gesto emocionado al referirme esto.- Si, Claro... - le contesté con pocas ganas.Entramos en casa mientras pensé que mi idea de despejar mi mente saliendo a caminar había sido arruinada por causa de esa pantera y de su dueño Tom. Me dispuse a ver la televisión tratando de olvidar lo ocurrido hace unos momentos, Clara por su parte se puso a preparar la comida.Al cabo de una horas Clara me avisó que ya debía ir a buscar a Jim a la escuela, observé la hora dándome cuenta de que tenía razón, ya estaba a punto de ser mediodía así que me preparé para salir a buscar a mi hijo.Al salir de mi casa no pude evitar echar un vistazo a la vivienda de Tom y su jardín. Él y su pantera se encontraban aparentemente dentro, dejé de observar su casa y me concentré en mis asuntos, me subí a mi auto y salí a buscar a Jim.Llegué a la entrada de la escuela y me dispuse a esperar a que mi hijo salga. Lo vi salir a lo lejos con una sonrisa pintada en su rostro mostrando que le fue bien, yo también sonreí al darme cuenta de esto. Hice a mi hijo subir al auto y nos marchamos a casa. Por el camino le pregunté si le fue bien en su primer día de clases, lo cual él me confirmó con emoción.Llegamos a casa y al entrar en esta Clara recibió a nuestro hijo con un beso y un abrazo para luego cuestionarle.- ¿Cómo te fue en la escuela cariño?- Bien mamá. La maestra es muy buena - le contestó Jim.- Me alegra mucho cariño, la comida estará lista pronto. Cámbiate de ropa Jim.Jim pasó a su habitación para cambiarse. Luego de un momento la comida estaba lista así que nos juntamos alrededor de la mesa para comer. En ese momento escuchamos sonar el timbre.- Yo abro - les dije disponiéndome a levantarme para ver de quien se trataba.Abrí la puerta y me sorprendí al darme cuenta de quien había tocado. Se trataba del señor Tom el cual traía un plato entre sus manos y debajo de él lo venía acompañando su pantera, la cual se frotaba en sus talones cual si fuese cualquier animal doméstico.- ¿Qué hacen aquí? - le pregunté de forma despectiva elevando la voz.- ¿Quién es amor? - me cuestionó mi mujer hasta entonces sentada al lado de mi hijo.- Saludos señor y señora Torres - saludó cordialmente Tom - quise disculparme por el pequeño inconveniente que tuvimos hace poco el señor Jeffrie y yo con mi pantera, así que decidí ofrecerles este estofado a su familia a modo de disculpa.- ¿Inconveniente? Jeffrie ¿tuvieron un inconveniente? - me cuestionó Clara.- No queremos nada de usted, le pido que por favor se vaya - le referí al señor Tom intentando cerrarle la puerta.- ¡Jef ya basta! - me pidió mi mujer elevando la voz en tono autoritario - ¡toma el plato que el señor Tom nos está ofreciendo ahora!.- Pero Clara... - traté de objetarle.- Nada de peros, el señor Tom está siendo cortés con nosotros al invitarnos de su comida así que la aceptaremos. Señor Tom por favor disculpe a mi esposo.- Descuide Doña Clara - le respondió Tom cortésmente - por favor acepten mi ofrecimiento, si me disculpan ya me marcho.Clara tomó el plato que el señor nos ofreció y hecho esto Tom tomó el camino de nuevo a su casa en compañía de su pantera.- ¿Por qué no me dijiste que discutiste? - me reclamó Clara al marcharse nuestro visitante.- Descuida no fue nada Clara, ya todo se resolvió.- Bien porque comeremos el estofado que el señor Tom nos ofreció y tú también lo harás.- Bueno, si no me dejas mas opción... - le contesté.- No, ya he dicho. Tú comerás también.Tuve que hacer caso a la petición de Clara y complacerla, comimos el estofado acompañado de la comida que ella preparó, tanto ella como Jim expresaron que el estofado estaba muy rico, yo preferí guardar silencio, ya que aun estando de acuerdo con ellos no iba a admitir tal cosa.Al día siguiente a lo ocurrido Jim volvió a entrar a nuestra habitación pidiéndome que lo llevé al colegio. Sonreí mientras él me pedía esto y le di un beso en la frente, luego me levante disponiéndome a prepararme para acompañarlo a la escuela. Una vez listo salí de casa acompañado de mi hijo para subirnos a nuestro auto y marcharnos.Dejé a mi hijo en la entrada de la escuela despidiéndome de él dándole un abrazo y deseándole suelte. Él me abrazó también dándome las gracias y rápidamente corrió hacia adentro. De nuevo lo observé marcharse para luego subir a mi auto y tomar el camino de vuelta a mi casa.Cuando volví me encontré con Clara y nos besamos. Le expresé que trataría de pintar algo así que bajaría al sótano y que no deseaba ser interrumpido, ella mostró estar de acuerdo así que de inmediato bajé al sótano con el fin de intentar plasmar una nueva pintura. Preparé el lienzo y tomé el pincel disponiéndome a combinar los colores, pero no tenía una inspiración concreta acerca de que pintar, era tan extraño... tenía a mi mujer, a mi hijo... No comprendía, ellos deberían ser musas mas que suficientes para lograr la pintura maestra ¿por qué no se me ocurría nada entonces? Tal vez la comodidad no siempre es la principal fuente para la inspiración.La hora de pasar a buscar mi hijo al colegio había llegado así que me marché rumbo a la escuela con el fin de pasar a recogerlo.Esperé a que mi hijo salga a nuestro encuentro y como siempre logré notarlo a la distancia, sin embargo esta vez venía acompañado de dos chicos mas de su salón de clases y estos lo traían sostenido de los brazos. Miré la pierna de mi hijo y me di cuenta de que tenía una de sus rodillas lastimadas, sangrándole levemente.- ¿Qué pasó? - le pregunté a sus amigos.- El maestro nos dejó solos jugando fútbol y Jim se cayó y se lastimó la rodilla.- ¿No ha sido revisado por una enfermera? - volví a cuestionarle a sus amigos.- No, salimos de inmediato, fue hace apenas unos momentos cuando todo ocurrió.- Bien... Vamos Jim, sube al auto. Iremos al hospital.- No papá - me contestó Jim - solo tengo una simple herida, apenas estoy sangrando pero no me rompí ningún hueso ni nada. Vamos a casa para que mamá me vende y ya verás que mi rodilla estará bien.- ¡Jim...! - le dije objetándole.- Por favor papá, no tengo nada, es solo que a penas me lastimé y por eso me duele un poco pero luego mejorará. Vamos a casa, te lo pido por favor.Hice caso a la petición de Jim y me marché con el a casa. Su herida mostraba ser superficial, y por lo que noté mi hijo no me mentía, así que nos montanos en el auto y partimos a nuestra casa.Cuando llegamos bajé del auto y traté de ayudar a Jim a bajar también pero este me contestó que podía bajar del auto por si mismo.- Lo ves, ya estoy mejor, puedo caminar por mi mismo - me expresó Jim.- Bien, pero aun sigues sangrando, vamos, tenemos que entrar a vendarte hijo.Nos dispusimos a entrar cuando escuchamos algo, el sonido de un fuerte golpe vino de la cerca, dirigimos nuestra vista hacia esta y al instante el sonido volvió a repetirse, observamos como la cerca volvió a temblar, algo la estaba golpeando. Tomé a Jim del hombro y me dispuse a entrar a casa con él. La cerca fue rota en ese mismo instante y traspasando los maderos de esta con violencia se manifestó la pantera intentando abalanzarse contra mi hijo.- ¡Krabel! - gritó Tom sosteniendo a la pantera por el cinturón que estaba atado al cuello de esta. La pantera trataba de morder la rodilla de mi hijo, el cual gritaba de forma desenfrenada mientras lo atraía hacia mi para que el animal no lo lastime.- ¡Krabel ya basta! tranquilo animal! ¡controla ese instinto tuyo! - le ordenaba Tom repetidas veces a la pantera atrayéndola hacia él. Le di una mirada al anciano como si deseara apuñalarlo con esta, lo cual el notó al mirarme a los ojos.El anciano atrajo la pantera hacia él y la abrazó del cuello hasta hacerla dormirse, tanto mi hijo como él y yo nos observamos respirando con ímpetu, luego de calmarse aquel momento me observé agachado sosteniendo a mi hijo mientras Tom hacia lo mismo con la pantera. Finalmente el viejo dejó de mirarnos y tomó al animal disponiéndose a entrar de nuevo a su casa sosteniéndolo en sus brazos. Yo por mi parte tomé a mi hijo de los hombros y me dispuse a entrar a casa con él.Clara nos recibió dentro de esta sorprendiéndose al ver la rodilla lastimada de Jim, preocupándose por lo ocurrido al instante.- ¿Qué pasó? - nos cuestionó. Sin embargo no escuché su cuestión sino que en su lugar hablé en voz alta manifestando lo que pensaba.- ¡Sabía que estaba mal, sabía que estaba mal que ese maldito animal éste aquí! ¡Es un animal salvaje por Dios santo!- ¿De que hablas? - me preguntó Clara tratando de comprender lo que decía.- Hablo de que la pantera atacó a Jim.Clara se quedó unos momentos en silenció tras revelarle esto. Luego se dirigió a nuestro hijo.- ¿Es eso cierto Jim? - le cuestionó Clara con el fin de cerciorarse de que era cierto lo que le decía.- Si mamá - le contestó Jim.Yo volví a referirme a ella manifestándole lo que pensaba tratando de convencerla de que no podíamos dejar las cosas así.- Tenemos que decirle a los demás vecinos lo que pasó Clara, no podemos callar esto, ese sujeto y su pantera tienen que marcharse de aquí.Clara se quedó en silencio tras hablarle, luego me contestó.- Por ahora lo importante es cerrar la herida de Jim, vamos hijo, tenemos que vendarte la herida.- Si mamá - le contestó Jim.Dicho esto Clara se llevó a Jim para vendarlo. Yo me dejé caer en el sofá recordando aun la situación por la que habíamos pasado, los ojos rojos de la pantera, los intensos ojos carmesí de la pantera y sus colmillos, sus enormes colmillos afilados tratando de probar la sangre de mi hijo. Me quedé dormido sin poder deshacerme de estos pensamientos quedándome derribado sobre el sofá.Me desperté al cabo de unos momentos notando a mi hijo y a mi mujer a mi lado, Clara ya le había vendado la herida a Jim y ahora miraban un programa en la televisión. Me moví acomodándome junto a ellos y Clara notó que me había despertado.- Hasta que te despiertas - me refirió - ya vende la herida de Jim. Ahora está mucho mejor.- Bien - le contesté - ¿Qué haremos con respecto a lo que te dije?- Bueno...En eso se escuchó que alguien había tocado a la puerta, Clara se paró para abrirla y el señor Tom se mostró frente a nosotros.- ¿Qué está haciendo aquí? - le pregunté elevando la voz - ¡márchese!- ¡Jef cálmate! - me pidió Clara intentando hacer que me relaje - señor Tom díganos a que vino.- Bueno, quería disculparme por lo ocurrido hace unos momentos con Krabel, de hecho es la primera vez que ando sin él. De verdad les aseguro que no se lo que le pasó, él nunca se comporta así, es un animal tranquilo, usted misma lo vio doña Clara.- ¿De que hablas maldito? ¡Lo que tienes es un animal salvaje! - le grité expulsando mi cólera ante sus excusas.- ¡Jeffrie cálmate! - me pidió Clara. Luego volvió a dirigirse al viejo Tom - aceptamos su disculpas señor Tom, quédese tranquilo.- Muchas gracias Doña Clara - expresó Tom seguido de un gesto de despedida y sin mas que decir se marchó.Le reclamé a Clara de inmediato por lo que acababa de hacer.- ¡No puedo creer que lo hayas disculpado! ¡Ese sujeto merece ir a la cárcel!- Jim me contó lo ocurrido, la pantera se salió de control pero el señor Tom los ayudó a ti y a él. No deberías estar molesto con el señor Tom, no es su culpa. Lo importante es que ya todo se aclaró.- ¡No! - le contesté - no todo se aclaró porque como pasó esta vez podría volver a pasar de nuevo. Algo extraño sucede con ese sujeto, algo extraño sucede con él y su pantera ¿por qué no puedes creerme Clara? ¿Por qué no puedes estar de mi lado?- No puedo apoyarte solo porque el señor Tom te caiga mal. Jef, te prometo que si algo extraño ocurre con nuestro vecino y su pantera yo seré la primera en apoyarte, pero ahora deberíamos confiar en el señor Tom y en su promesa de que esto no volverá a ocurrir. Mantendremos a nuestro hijo alejado de él por el momento y listo. Todo se solucionará, tranquilo amor.Me quedé en silencio tras Clara referirme esto, decidí hacer lo que me pedía a pesar de no estar del todo de acuerdo con sus palabras ya que parte de lo que me dijo era cierto, el señor Tom nos había salvado la vida a Jim y a mi y aunque su mascota haya sido la que nos atacó en primer lugar, quizás este no sea tan mala persona como yo deseo pintarlo.- Bajaré al sótano, quizás así pueda desestresarme un poco - le expresé a Clara dirigiéndome al sótano, al bajar a este, destapé mi lienzo y tomé el pincel para disponerme a crear una nueva pintura.Comencé a plasmar mis ideas sobre el lienzo con los colores que se manifestaban en mi mente, esta vez si tenía la inspiración, era una simple, no sabia exactamente que, pero la tenía. Mi mano se movía sola a la vez que con mi pincel manifestaba mi musa en el lienzo, combinaba los colores, una combinación tras otra, una manifestación tras otra todo reflejándose en el lienzo hasta que finalmente terminé mi obra. Fue entonces que volví en mi y logré contemplar mi creación, en ese mismo instante sentí como si el látigo mas punzante apretara todo mi cuerpo, aquellos ojos rojos, aquellos ojos de sangre me observaban y ese pelaje oscuro, ese pelaje oscuro parecía acercarse cada vez mas a mi, no cabía duda de que mi creación no era una simple manifestación de pinceladas, iba mas allá... ¡la había creado! ¡era la pintura mas allá de la misma pintura! pero no era lo que deseé... La imagen era la muerte acercándose hacia mi, la bestia estaba a punto de atacarme. Tropecé con uno de mis propios pies y caí al suelo, mi cuerpo temblaba, pensé en volver a recomponerme pero en su lugar un grito de desesperación se escapó de mi garganta.Clara y Jim bajaron al sótano para ver si algo malo me había ocurrido. Me observaron echado en el suelo, temblando, observando la pintura frente a mi sin poder levantarme.- ¡Cúbrela! ¡Cúbrela! - pronuncié repetidas veces pidiéndole a Clara que tapara la pintura con la manta, ella se movió rápidamente hacia esta haciendo lo que le pedí. Solo al ver el rostro de la pantera cubierto por la manta mi pulso volvió a relajarse.Observé entonces a Clara y a Jim manteniéndose a mi lado con preocupación en sus miradas, me sentía tan extraño mostrándome vulnerable ante mi esposa y mi hijo, todo padre desea que su hijo lo vea como una especie de héroe invencible como alguien que siempre podrá protegerlo, pero esta vez mi hijo había visto el miedo en mis ojos. Agache mi rostro debido a la vergüenza que sentí en aquel momento.Esa noche Clara y yo nos mantuvimos en silencio en nuestra cama, era evidente que queríamos conversar pero ninguno de los dos se animaba a hacerlo. Ella finalmente tomó los ánimos y se expresó.- ¿Eso era? - me cuestionó mostrando confusión en su rostro.- Si - le contesté con seriedad - era la pintura mas allá de la misma pintura. Logré crearla.Ella se quedó unos momentos en silencio, luego continuo con la conversación.- Entiendo si tú no quieres hacer la exposición...- ¡No! - exclamé interrumpiendo lo que me decía - necesitamos el dinero así que haré la exposición, tú quédate a cuidar a Jim, yo la realizaré en compañía de mis amigos.- Está bien - me contestó Clara luego de haberme escuchado atentamente - eres muy fuerte, estoy muy orgullosa - Me declaró sonriendo. Luego de expresarme esto nos besamos y nos dispusimos a dormir.El día en que realizaría la exposición de mis pinturas se presentó. Tal y como se lo expresé a Clara me dispuse a realizar mi expedición con dos de mis mejores amigos, viajando en una camioneta. Durante el camino conversamos sobre cosas triviales hasta que tocamos el tema de nuestro nuevo vecino el señor Tom, aproveché la oportunidad para tener la opinión de mis amigos sobre él.- ¿Ustedes que piensan sobre el señor Tom? ¿Creen que es un buen hombre o un mal hombre?- Es un sujeto común - me afirmó Lucas, uno de mis dos amigos - mi familia y yo conversamos un poco con él y nos reveló que perteneció al ejército, no hay nada de extraño en él salvo por el peculiar animal que tiene como mascota.- Si, así es - me confirmó Esteban, mi otro mejor amigo. Antes sus respuestas, opté por dejar el tema.Realizamos la exposición con mis antiguas pinturas y las pinturas que había creado recientemente, estando la pintura de la pantera como la principal. Como era de esperarse fue la pintura que captó las miradas de todos los presentes. Debido a la muchedumbre rodeando la pintura yo no tenía la posibilidad de observarla, y esto me causaba una extraña sensación de seguridad y satisfacción.Todas las personas estaban maravilladas con mis pinturas y habíamos ganado una gran suma de dinero con las entradas para verlas, lo cual nos hizo estar mas que complacidos y decidimos celebrar nuestro éxito yendo a beber al bar con el alcohol mas caro.Fuimos al bar y pedimos el vino mas costoso que había en este, bebimos celebrando con alegría nuestro éxito. Bebimos toda la noche sin parar dejándonos llevar por la emoción hasta que llegó el otro día en el que tras recuperarnos un poco, Esteban tomó el volante del auto para llevarnos de vuelta a casa.Llegamos al frente de mi vivienda en donde procedí a despedirme de Lucas y Esteban para entrar a mi casa. Aun me sentía un poco ebrio por lo ocurrido el día anterior, pero no lo estaba tanto para no desplazarme con firmeza. Atravesé la puerta de mi hogar y grité el nombre de mi esposa y el de mi hijo emocionado por contarles que la exposición de mis pinturas había sido un éxito, sin embargo estos no contestaron a mis llamados así que me dispuse a recorrer toda la casa por completo con el fin de hallarlos pero no los encontré a ninguno de los dos.Recorrí la casa de los vecinos para ver si alguno de ellos me podía decir a donde habían salido, pero ninguno pudo darme una respuesta de hacia donde habían salido. Solo me faltaba un vecino por ser cuestionado y este era el señor Tom. Por un momento dudé si pasar a cuestionarle o no, pero pudo mas la preocupación por saber a donde había ido mi familia que cualquier otra cosa así que me dispuse a hacerlo. Me dirigí a la casa del nuevo vecino y toqué su puerta. Esperé un momento sin obtener respuesta alguna así que volví a tocar de nuevo pero seguí sin obtener respuesta. No me iría hasta satisfacer mi duda así que continué tocando.- ¡Ya va! - escuché responderme al señor Tom y al momento este me abrió la puerta.- ¿Qué ocurre? - me cuestionó Tom con la serenidad de siempre dejando su puerta a medio abrir.- Verá señor Tom, es que no se a donde fueron mi mujer y mi hijo así que decidí pasar a ver si usted podría tener alguna idea de a donde se dirigieron.- Lo lamento señor Jeffrie pero no tengo ninguna idea, ahora si me disculpa Krabel y yo estamos desayunando.- ¿Puedo pasar? - le cuestioné intentando pasar adentro.- ¡No! - se apresuró a contestarme Tom evitándome el paso hacia su morada cubriendo su puerta y mostrándose nervioso, volvió a recomponerse luego de que me vio sospechar de su actuar.- ¿Qué le pasa? ¿Qué está ocultando? ¿Por que dejó su puerta a medio abrir? - le pregunté a la vez que lo empujaba tratando de ver lo que escondía.- ¡No estoy ocultando nada imbécil! ¡Lárguese de aquí! - me gritó el anciano tratando de proteger la entrada a su morada.- ¡Quítese! - le respondí elevando la voz a la vez que lo empujé con todas mis fuerzas y lo derribé con el fin de ver lo que escondía.Sentí como mi aliento abandonaba mi cuerpo, perdí por completo el movimiento en cada extensión de mí debido a lo que mis ojos presenciaban. La pantera ensuciándose el hocico degustaba un plato con estofado y en este, mezclados con el guiso estaban flotando aquellos ojos, aquellos ojos azules que con tanta pasión contemplé en la silueta de la mujer a la que entregué mi corazón, aquellos ojos azules a los que observé cada mañana al despertarme se combinaban entre salsa, pelos castaños y un lote de dedos humanos, uno de ellos con una sortija unida reflejando lo que alguna vez fue el lazo de un matrimonio. Otro plato con estofado se encontraba cerca de este, con dedos mas pequeños que aquellos que estaban en el plato de la pantera. Una sensación de nausea combinada con un breve mareo invadió mi cuerpo por un instante.Recibí entonces un fuerte golpe en el estomago que me hizo caer derribado debido al dolor. El señor Tom había aprovechado mi distracción para golpearme usando su bastón a la vez que me insultaba con varios improperios.- ¡Tenías que curiosear maldito bastardo! ¡Tenías que hacerte el bueno de la historia! ¡Deseas hacerte la víctima perro bastardo! ¡Entonces toma!El anciano me gritaba mientras me golpeaba repetidas veces con su bastón. Intenté levantarme para defenderme pero me fue imposible lograrlo debido a mi estado de medio embriaguez y a los constantes golpes del anciano los cuales impactaban a mis costillas.- ¡Hijo de perra! - pronuncié insultándolo al verme incapaz de poder defenderme o agredirlo. El anciano volvió a entrar a su casa y tomó el plato mas pequeño que estaba en su mesa para luego volver a mi y aventármelo.- ¿Quieres a tu familia? Pues ahí tienes a tu familia - me refirió de forma despectiva arrojando el plato a mi lado.Observé la mezcla de salsa, los trozos de dedos y cabello humano y me vino a la mente el recuerdo de la ocasión en que el anciano nos ofreció parte de su estofado a mi y a mi familia... Una inmensa cantidad de vómito salió disparado de mi garganta sin que pudiese contenerle.- ¡Mírese! ¡No tiene ni idea de lo patético que se ve! - me refirió el anciano mostrando repugnancia por mi situación - al parecer se le olvidó lo que le dije aquella vez ¡yo poseo la pantera por lo tanto yo soy el amo! ¡ni usted ni ninguna otra cucaracha puede hacerme frente! ¡Nadie puede!Dicho esto el anciano hizo gestos de volver a atacarme, me arrastré sobre el suelo dirigiéndome al agujero que la pantera había creado con anterioridad en la cerca y tras dos o tres golpes de Tom dirigidos a mis piernas, logré escapar de él atravesando el agujero metiéndome a mi patio, en donde logré ponerme de pie y casi cayéndome, meciéndome de un lado a otro en mis intentos por correr, logré meterme a mi casa y cerré la puerta. Habiendo logrado esto me dejé caer al suelo y tras gritar con todas mis fuerzas me eché a llorar.Me levanté observando todo dar vueltas, aun estaba mareado debido a los golpes y a la borrachera. Caminé tambaleando debido a mi falta de equilibrio hacia el baño, en donde seguí expulsando líquidos de mi boca recostado al excusado. Luego caminé entre tropiezos a mi cuarto y entre el tambaleo de mis piernas, me dejé caer en mi cama, perdiendo el conocimiento.Me despertó el sonido imprevisto de una motocicleta deteniéndose cerca de mi vivienda. Miré por la ventana descubriendo que se trataba de un repartidor de pizza que había venido a dejarle una entrega al señor Tom. Observé como el repartidor se metió en la casa saliéndose de mi visión, no pude apartar mis ojos de la ventana mientras me preguntaba si aquello sería una simple entrega a domicilio o si la vida de ese joven corría peligro, un fuerte golpe proveniente de la casa me dio la respuesta, el sonido del golpe me hizo apartarme de la ventana de sobresalto y tras esto el mismo sonido volvió a repetirse causando que mi cuerpo tiemble de nuevo, seguido a esto escuché el grito desgarrado de un enorme felino. Luego no volví a escuchar ni un sonido mas que provenga de aquella vivienda.Corrí al teléfono de mi casa pidiéndole a la policía venir lo mas pronto posible a la casa vecina a la mía, brindándoles la dirección y el número de la vivienda y me dispuse a observar por lo ventana en todo momento, hasta que se presentó el automóvil haciendo sonar su sirena, estacionándose frente a la casa de Tom y de este salieron dos policías altos y fornidos que se metieron a su vivienda.Observé por la ventana rezando para que estos encontrarán algo, algo con lo que puedan inculpar a mi enemigo y encarcelarlo, algo... Lo que sea... Quizás un corazón que delate sus crímenes, una mano disecada, dos ojos verdes o un dedo móvil rodando bajo la alfombra. Pero mis oraciones fueron rechazadas porque los dos policías salieron con mi agresor despidiéndose cortésmente de ellos, se metieron a su auto y se marcharon saliéndose de mi rango visual. Observé como el señor Tom dirigió su mirada hacia mi vivienda, aparté mi vista de la ventana al verlo hacer esto, luego volví a mirar por la ventana de nuevo, el viejo se había metido a su casa.Ahora ya estaba definitivamente derrotado por el anciano. Golpeé todo lo que se encontraba cercano a mi mientras gritaba ante la impotencia por todo lo ocurrido ¿cómo pudo librarse de la policía? ¿cómo puede tener tanta suerte ese bastardo? ¿como fue capaz de arrebatarme aquello que amaba y quedar impone? Fue entonces que recordé lo que tantas veces el anciano me repitió... "Él tiene la pantera por eso no puede ser vencido."Recordé todo lo que el anciano me dijo, todo lo que dijo en mi presencia en la ocasión que me atacó, lo que dijo en presencia de mi esposa, lo que dijo en presencia de mi hijo... la ocasión que su pantera atacó a mi hijo tratando de morder su pierna, su pierna herida envuelta en sangre... ver su pierna sangrando cambió la actitud del animal. Todos los recuerdos vinieron a mi manifestándose como si fuesen respuestas. Como si fuesen lo que necesitaba obtener para disponerme a actuar.Me levanté para subir a mi auto y me dirigí a la carnicería mas cercana. Al llegar a esta le pedí al carnicero que me venda el cerdo mas gordo y mas grande que tenga y que me lo entregara vivo, pidiéndole además que le atara las patas y el hocico. El carnicero hizo con gusto lo que le pedí expresando estar complacido por tener un cliente como yo, a lo cual sonreí. Luego de esto tomé el camino de vuelta a mi casa y me detuve en la entrada de esta mirando a la casa de mi vecino, se encontraba dentro de su vivienda, las luces de su casa estaban aún encendidas. Bajé de mi auto y tomé al cerdo para meterme a mi casa con él. Ya dentro de esta, tomé mi navaja mas grande y un balde y me dispuse a degollar al animal dejando caer en el balde su sangre hasta que el balde se llenó por completo.Me vestí poniéndome ropa cómoda y adecuada para lo que estaba a punto de cometer. Tomé un bate de béisbol y lo colgué con un cinturón a mi espalda. Luego me dirigí al patio de mi vivienda y me acerqué al agujero que la pantera hizo cuando intentó atacar a mi hijo, pasé a través de este a la propiedad de mi enemigo y corrí con precaución acercándome a su casa, miré por la ventana y me di cuenta que me encontraba frente a su habitación. Al observarlo adentro, concentrado, leyendo un libro de color negro, alejé mi vista rápidamente y me agache para desplazarme al otro lado de la casa, moviéndome casi gateando, hasta estar frente a la otra ventana, esta también se encontraba abierta pero estaba en el segundo piso así que debía buscar algún método para llegar a ella.Observé que uno de los arboles del patio tenía varias ramas que deban frente a la ventana y estas podían soportar mi peso, así que me dispuse a escalar el árbol para luego desplazarme encima de la rama más cercana a la ventana. Sin embargo la cercanía era insuficiente, tenía que lograr ponerme de pie y saltar. Hice fuerza en mis manos para levantarme hasta lograr ponerme de pie, traté de equilibrarme sosteniéndome en mis piernas y antes de perder el equilibrio salté hacia la ventana y me sostuve de esta con las manos. Haciendo fuerzas con mis brazos levanté mi torso hasta meter mi cabeza en la habitación, levante mis piernas empujándome hacia dentro y caí adentro del aposento haciendo un leve ruido.Me levanté dispuesto a recorrer la casa pero habitación hacia el frente sentí mi cuerpo petrificado por la sorpresa. La pantera estaba dentro de la habitación y debido al aunque leve ruido que causé cuando entré, esta se despertó y dirigió la mirada de sus ojos carmesí hacia mi para luego abalanzarse a mi encuentro. Ahogué mi grito con una de mis manos al ver a la pantera venir hacia mi. El animal luego de haber saltado se recostó a una de mis piernas, frotándose con ternura contra ella.- Buen chico... buen chico... - pronuncié agachándome para acariciarlo, mi mano me temblaba al acercarla a su pelaje oscuro, cuando la puse sobre su lomo procedí a frotarlo suavemente. Fui subiendo cada vez mas la zona de mis carias hasta que lo tomé del cuello cubriéndolo con mi antebrazo, lo apreté mas y mas, impidiendo su respiración hasta hacer que el animal perdió el conocimiento. Salí de la habitación trancando la puerta y dejando a la bestia encerrada dentro de ella. Luego me dispuse a continuar en marcha hacia la habitación de quien fue mi agresor.Lo encontré en su habitación, de espaldas a la puerta aun leyendo su libro, me acerqué lentamente hacia él, dando un paso tras otro a la vez que saqué el bate que tenía colgado a mis espaldas y cuando estuve lo suficientemente cerca tomé posición para golpearlo. El anciano notó mi presencia y reaccionó arrojándose al suelo antes de que logre golpearlo y tomó su bastón, el cual había dejado al costado de la pared.Le lancé otro golpe al viejo y esta vez logré golpearlo en las costillas por lo que el anciano lanzó un fuerte quejido, aproveché para golpearlo nuevamente en el mismo lugar. Seguí golpeándolo repetidas veces, una tras otra, el anciano gritaba debido al dolor que le provocaba. En su afán por defenderse, este aprovechó uno de mis ataques anteponiendo su bastón y rápidamente se puso de pie golpeando mi abdomen. Retrocedí casi cayéndome debido al dolor y al impacto del golpe.Corrí hacia el viejo golpeándolo de nuevo con mi bate de béisbol y el respondió golpeándome con su bastón, le devolví el golpe de nuevo golpeándolo en el estomago y él hizo lo mismo golpeando mis costillas, logrando esta vez hacerme caer rodando al piso golpeándome uno de los hombros con un mueble. Lancé un quejido debido al golpe pero me contuve apretando los dientes y fruncí mi ceño mirando con furia al viejo, me levanté gritando dejando escapar saliva de mi boca y le lancé un golpe con todas mis fuerzas a la cabeza. El anciano perdió el conocimiento y yo descargue mi furia golpeándolo repetidas veces, golpe tras golpe hasta haberme saciado por completo.Miré al anciano derribado en el piso y di por seguro que mi labor estaba casi terminada. Salí por la ventana de esa misma habitación y tomé camino a mi casa para buscar los demás utensilios que me servirían para dar por concluida mi venganza.El anciano se despertó tras arrojarle un vaso con agua fría lanzando un prolongado grito, se dió cuenta de que había atado su cuerpo a una silla con una cuerda y se meció intentando liberarse mientras me lanzaba improperios sin lograr resultado alguno.- ¡Maldito! ¡Suélteme bastardo! ¡Déjeme ir desgraciado! ¡Sáqueme de aquí! - me gritaba elevando la voz removiéndose mientras yo solo le daba una mirada inexpresiva.El viejo se cansó de removerse y gritar y finalmente se tranquilizó, por lo cual fue mi momento para hablarle.- La gente suele decir que en la vida real el bien no triunfa sobre el mal y que a la gente mala no le suceden cosas malas, solo a la gente buena. Pues bien, yo estoy de acuerdo con ellas. Se preguntará entonces ¿si es así, cómo fue que yo logré vencerlo a usted? Pues bien, no es que yo lo haya vencido por ser una buena persona sino que en su defecto yo me volví mas mala persona que usted.- ¿Qué rayos estás diciendo imbécil? ¿Qué rayos estás diciendo? ¡Libérame de aquí! ¡Te mataré! ¡Libérame ahora! - me gritó el anciano removiéndose y empuñando sus manos.- Usted ya sabe... - le contesté - un animal no puede controlar sus instintos.Dicho esto miré a una esquina de la habitación para que el anciano mirase también, este lo hizo y al girar su rostro vio a la pantera lamiéndose una pata con toda tranquilidad, sin prestar atención a ninguno de nosotros dos.Caminé a la otra esquina de la habitación tomando el balde que había buscado en mi casa y procedí a destaparlo. Él anciano observó la sangre dentro del balde y como caminé lentamente hacia él, luego giró su vista hacia la pantera, la cual realizó gestos de olfateo. El señor Tom tembló dándose cuenta de mis intenciones y comenzó a lanzarme suplicas.- ¡No! ¡Espera! ¡Ten compasión te lo suplico! ¡No lo hagas! ¡Por Dios no!Arrojé la sangre en el balde al anciano y la pantera, terminando su olfateo y notando el liquido carmesí, saltó abalanzándose sobre su amo y desgarró la piel y los órganos internos de este penetrando sus carnes con sus afilados colmillos, engullendo con avidez mientras su amo gritaba sin cesar con agonía por ser devorado entre mordidas insaciables y ser degollado por las garras del animal.Tras esta escena, salí caminando agotado de la habitación apoyándome de las paredes, tomando la dirección para volver a mi casa. Escapé esta vez por la ventana contraria en la que ocurrió el suceso, saliendo al patio del vecino, lo recorrí buscando el agujero de la cerca que une su casa y la mía. Me detuve al escuchar unos leves sonidos, eran pisadas, sonando en sucesión unas tras otras, pisadas suaves y veloces se escuchaban detrás de mi. Me volteé y ante mi vista, con mis ojos casi saliéndose de sus orbitas, observé a aquel animal de pelaje oscuro venir corriendo hacia mi a toda prisa y dar un salto que me tumbó al césped. Sentí que de mi garganta se liberaría el mas espantado grito que haya lanzando jamás pero antes de poder siquiera realizarlo la pantera acercó su rostro al mío sacando su lengua y me lamió la cara ronroneando con cariño, acariciando con dulzura su rostro con el mío.
Fin
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Historia de Enmanuel
HorrorHistorias de terror para entretenerse leyendo de mi autoría.