Prologo

7 2 1
                                    

Castigo: pena que se impone a alguien por a ver cometido una falta.

Esa falta era la que habían cometido y verlos aquí, el ambiente estaba muy tenso tanto que se podía cortar con una simple hoja de papel, en el rostro de los juzgados se podía ver la ira, el resentimiento, discordia de uno con el otro.

- Buenos, el castigo será hasta las cinco de la tarde-decía el señor Grayson.

Se notaba en la mirada que estaba molesto, claro a quien le gustaría quedarse después de clases, pensaban los implicados, pero ninguno sabia era la situación en la que los encontró.

- pero, hoy tengo entrenamiento-se quejó uno-sino asisto el entrenador me mandara a calentar banca.

- yo tengo el club de robótica-aporto otro-tenemos que terminar el Dron antes de la feria de ciencia.

- uhh, es cerebrito necesita jugar con sus cables-lo molesto el deportista.

- Porque no te callas, no todos somos unos buenos para nada como tú - lo ataco el otro chico que se había quedado alejado a la situación.

- Claro defiende a tu noviecito, y vas y te pones pacheco es lo único que sabes hacer.

- ¿El novio de quién? - Ataco el cerebrito poniéndose de pie.

- Crees que soy un mariquita que se las tira de Heterosexual como tú.

- Repite lo que dijiste niñato.

Se puso a la defensiva el deportista mientras que el otro muchacho veía a los otros dos dispuestos a agredirse.

- ¡Jóvenes, se calman me hacen el favor!

Paro todo el señor Grayson, con voz dura, pero helable que ponía los pelos de punta a cualquiera.

- yo no, se cómo tendrán que hacer, pero el castigo se extendió por dos semanas más.

Declaro dejando a los tres muchachos congelados y antes de que contratacara agrego.

- Primero lo que hicieron esta mañana no es algo muy tolerable que soportas-hizo pausa para calmar su enojo-y segundo el que vuelva a abrir la boca sin pedir la palabra sele aumentara una semana más.

Tuvo que pasar unos minutos para que cada uno de chicos se calmara y se sentaran en su puesto, por lo tanto, el maestro aprovechó el tiempo para controlar su enojo.

- voy a llamar a lista-hablo el profesor ya calmado-y solo levantaran la mano, ¿estamos? -pregunto recibiendo acertamiento de parte de los jóvenes.

- Blake Harry.

El chico que lo apodaron "cerebrito" alzo la mano se encontraba sentado al frente del profesor como siempre.

- Berry Harvey.

Ahora era el turno del joven que lo habían acusado de drogadicto, estaba sentado cerca de la ventana ignorando lo sucedido.

- Evans Henry.

Y el último chico el denominado deportista estaba en el fondo del salón con una postura despreocupado.

- Valla hasta sus nombres combinan-dijo el señor Grayson sonriendo cosa que los jóvenes simplemente ignoraron.

- ¿Bueno ahora si me dirán que paso?

Esta vez sí cacto la atención de los tres muchachos que lo miraron incomodó.

Si algo sabían los muchachos era que el señor Grayson era uno de los mejores maestros de la escuela, profesor de matemáticas, abogado y médico especialista en pediatría serán unos de muchos títulos que poseía el joven maestro.

Cualquiera se preguntaría, alguien tan exitoso como el que hacía trabajando como un simple maestro en una escuela de clase media-alta americana.

pue la única respuesta era una simple palabra educación, no había algo más grandioso para el que educar y enseñar a jóvenes.

Poso su mirada en los muchachos.

Esta será una tarde muy larga, pensó 

Los hermanos Blake: SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora