Capítulo IX

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- E-esto, ¿podría preguntarte algo? -afirmó el de cabellos blancos levantando su pulgar- ¿Por qué solo dices una palabra al hablar? Y casi siempre son alimentos, me parece un poco extraño.

- Este chico vive en su mundo, y siempre está hambriento, no intentes encontrarle el sentido -un chico moreno con ojos cansados respondió por él, le había visto en algún recreo pero nunca habíamos hablado- Soy Okkotsu, encantado -sonreí amable para después presentarme.

Me encontraba con ellos dos debido a que Megumi estaba hablando por teléfono a unos metros, antes de irse dijo que era su hermana.

- Hola pardillo -apareció una Maki salvaje entre los árboles del lugar donde nos reuníamos diariamente, y golpeó en la nuca al que parecía no haber dormido en meses- ¿Vas a ir a la fiesta de mañana, verdad Yuta? No te conviene dejar a Inumaki solo de nuevo, la última vez estuvo toda la noche triste.

- ¡OKAK-! -el pequeño iba a replicar pero fue interrumpido al sentir un brazo agarrando e intentando arrimar su cuerpo al ajeno, un beso fue depositado en su mejilla, abrazados.

Ante esa escena sentí mi corazón derretirse, me gustaría que Gumi dejara a un lado su vergüenza y me mimara en cualquier lugar, en público, a todas horas.

Suspiré a la par que metía una pequeña galleta en mi boca, la de gafas tomó sitio a mi lado, en la fresca hierba verde.

Lágrimas amenazaban con deslizarse por mi rostro, intentaba pensar en cualquier otra cosa mientras devoraba algo ansiosa mi snack. No sentía tristeza, todo lo contrario, estaba tremendamente agradecida por tener a buenas personas de compañía, aún no éramos amigos cercanos pero podía ser yo misma sin miedo, les agradaba y me trataban bien, confiaba en ellos.

- ¿Te encuentras bien? -preguntó preocupada Maki pues mi vista se encontraba fija en mis piernas extendidas.

- Sí, tan solo estoy pensando -le dediqué una pequeña sonrisa, era muy atenta conmigo.

⁂⁂⁂

Era última hora, quería ir a casa con él y pasar la tarde tumbados en mi cama, besarle.

Pero aquí estaba, en clase de matemáticas sin entender un pimiento, observé al resto, todos parecían seguir las explicaciones del profesor sin problema y realizar los ejercicios propuestos, incluso Fushiguro.

Se veía tan tierno concentrado en su esquina, rascando su nuca y frunciendo el ceño al intentar resolver la tarea, yo no tenía pensado hacerla, prefería admirar su rostro.

Tras segundos anonadada mirándole se percató de mis ojos saltones y marrones, un leve sonrojo en sus mejillas, regresó la vista al cuaderno tímido.

⁂⁂⁂

El buen delineado negro, con dos rabillos al final hacían que mis grandes ojos destacaran más de lo habitual, me encantaba realizar eyeliners un tanto raros, alternativos. Era realmente buena en ello y siempre que tenía ocasión, y tiempo, lo llevaba pues me hacía sentir mejor.

Los ojos son el reflejo del alma, por lo tanto, lo más importante en un rostro.
En el resto de la cara no me gustaba llevar mucho peso, solo corrector de ojeras, iluminador suave y un poco de colorete coral en la punta de la nariz.

Sonreí pensando en cómo me vería Megumi y en qué llevaría, siempre traía chándal o uniforme, me encantaría verle con una camisa informal o tal vez un jersey de cuello alto.

Mi vestimenta constaba de unos vaqueros anchos rotos y una camiseta de manga larga, pegada al cuerpo, dejando una pequeña parte de la espalda desnuda.

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⏰ Última actualización: Apr 06, 2021 ⏰

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ʄʀǟɢɨʟɨɖǟɖ - ʍɛɢʊʍɨ ʄʊֆɦɨɢʊʀօDonde viven las historias. Descúbrelo ahora