Creo que me enamoré de tu mirada antes que de ti. Quizás porque la necesitaba en mi vida, como uno necesita llenar los vacíos con sonrisas, como uno combate la tristeza con felicidad. Quizás me enamoré de tu mirada porque la veía de lejos y ya me hacía ver la vida de otra forma. Quizás llegaste para que el orden no importara, ni tampoco las reglas o los límites. Quizás llegaste para inmunizar mis días contra la tristeza, o para desterrar la nostalgia de mi almohada. Ni siquiera sé cuanto te quedarás, pero lo que sí sé, es que me gusta beber de esa mirada tuya, como si encontrase agua en pleno desierto. Un agua que necesito para vivir. Porque me gustas... Me gusta ese misterio que le das a todo. Me gusta lo que experimento cuando estoy contigo. Me gusta esa luz que veo al mirarte a los ojos... Algo único, que no sé de donde sale... Y tal vez por esa razón me fascines tanto...
Te quiero.