Parte Cinco

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Collins había estado cuidando de él la gran mayoría del día que llevaba ingresado en el hospital, aunque había pequeños momentos en los que debía salir a patrullar o a saciar sus necesidades. En esos pequeños lapsos de tiempo venía Ford o Walker a hacerle compañía.

Cuando la pareja del rubio entró a la habitación a informar a Horacio sobre su diagnostico no esperaba ver a Chris echándole la bronca al jefe del FBI como si de un padre regañando a su hijo se tratara. 

Con un pequeño carraspeo rompió la tierna escena que tenía delante de sus ojos.

-Señor Horacio, le vengo a dar su diagnostico. Tiene lo que se le conoce comúnmente como resfriado, pero sus síntomas se mostraron más fuertes debido a unos altos niveles de estrés, haciendo que se encuentre aquí. Deberá quedarse aquí entre una semana o dos si todo va bien, aunque le recomiendo tomarse unas vacaciones o como mínimo, una reducción de horario. Hasta donde estoy informada, usted es el jefe de su facción, así que no creo que tenga problemas en cualquiera de las dos alternativas.

Horacio soltó un largo suspiro mientras pensaba en sus opciones. Podía, o bien, dejar el FBI apartado durante un largo y tendido tiempo, aunque no le sirviera de mucho al tener a la mafia también sobre sus hombros; o bien reducir su horario, cosa a la que no haría mucho caso, porque conociéndose, gastaría ese tiempo en su mafia.

Collins, viendo la cara de dilema que ponía el teñido contestó por él:

-No te preocupes Sun, me encargaré de que Horacio tenga unas buenas vacaciones.

El nombrado miró ofendido al rubio por haber tomado la decisión por él e iba a abrir la boca para reclamarle cuando le contestó antes de que pudiera decir una sola letra.

-Me voy a pedir yo unas vacaciones de un mes y te voy a pedir una baja a ti, y nos vamos los dos a cualquier sitio lejos de aquí después de que te den el alta. Y no acepto un no por respuesta.

Horacio miró a Chris con cara de ofendido y se tumbó en su camilla dándole la espalda, a lo que el sheriff contestó con una pequeña risa. Entendía que ser jefe de toda la policía no era un trabajo fácil y que no dejara tiempo para descansar, pero después de tantos años sin parar, el más joven merecía un descanso y si hacía falta, sería lo último que Collins le diese.

-¿Y te vas a ir sin mí?

-Vamos Sun, no te preocupes, solo va a ser un viaje a la playa, o a algún balneario para que vuelva con las pilas recargadas.

La chica miró con una sonrisa de lado y negando la cabeza a su pareja y salió de la habitación.

-Vamos Horacio, podremos ir a las Maldivas durante todo un mes, o a las Bahamas. Donde tu prefieras.

-A las Bahamas no.

-Bueno, pues a las Maldivas. Siempre he querido ir de viaje a algún lugar con clima tropical. Nos pasaremos los días en la playa disfrutando del sol y las noches en algún bar o en alguna terraza...

Horacio desconectó de lo que su amigo le estaba contando. Su cabeza estaba hecha todo un lío. ¿Cómo iba a dejar el FBI solo? ¿Quién lo controlaría en su ausencia? No podía dejar a Dante, él era solo un crío que acababa de entrar a la policía. ¿A Gustabo? Ni loco. ¿Volkov? Era mejor idea que los dos anteriores, pero si no era capaz de controlar su maya, no quería ni pensar las tres de la ciudad. ¿Conway? Era de las mejores ideas, pero su falta de confianza le hacía dudar de él.

Mientras el de ojos bicolor seguía pensando, sumergido en sus ideas y aislado de la realidad, Collins vio que no le estaba haciendo caso, por lo que decidió salir de la habitación y comenzar su turno de patrullaje.

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