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Aaron García ⬆️

Capítulo 1

— Voy a estar bien — dije sosteniendo mi teléfono entre mi hombro y mi oreja mientras seguía guardando ropa en una maleta.

— Recuerda abrigarte mucho, en Londres siempre hace mucho frío; si necesitas algo, dinero, lo que sea sabes que puedes llamarnos y te enviaremos.

— Mamá, solo son unos meses, creo que tengo suficiente — sonreí y rodé los ojos, aunque ella no podía verme. Realmente se puede tomar muy enserio el papel de "mamá oso sobreprotectora".

— De acuerdo, recuerda... — la interrumpí.

— Lo sé, Theo me irá a buscar al aeropuerto y me quedare en casa de tía Anne durante un tiempo.

Aun no entiendo por qué Theo ira a buscarme, de seguro Anne lo había amenazado con algo, no hay forma en la que él haya decidido hacer este acto tan desinteresado hacia mi persona, mucho menos después de lo que pasó aquella noche hace diez años.

— Te quiero mucho Brooke.

— Yo también mamá, voy a extrañarlos.

— Nosotros a ti — noté como su voz temblaba, lo cual solo indicaba una cosa: va a llorar.

— Por favor, nada de llorar que sino lloraré yo también — hice una pausa mientras cerraba la maleta — Mamá, tengo que irme, Aaron llegará en cualquier momento para llevarme al aeropuerto.

— De acuerdo. Adiós Brooke, avísanos cuando llegues allí — y colgó.

Dejé la maleta aun sobre la cama y me acerqué a mi bolso para verificar que todos los papeles y la documentación necesaria para viajar estén guardados. Sin embargo, cuando estaba llegando a mi bolso mi teléfono volvió a sonar, esta vez con un mensaje de Aaron avisándome que estaba abajo con el auto, listo para irnos. Como ya no tenía tiempo para verificar todo como me hubiese gustado, repasé mentalmente para ver si había guardado lo necesario y bajé con mi maleta y mi bolso.

— Déjame ayudarte — dijo en cuanto me vio cargando con todo yo sola.

— Que caballero — lo miré divertida y le entregué mi maleta para que la deje en la parte trasera del auto mientras yo me subía al asiento del copiloto.

— ¿Estás lista? — preguntó una vez sentado en el asiento del conductor.

— Si... aunque un poco nerviosa — sonreí a medias — Hace poco mas de diez años que no veo a nadie de la familia Cooper.

— No tendrías que estarlo — me aseguró regalándome una de sus sonrisas tranquilizadoras — ¿Sabes? Mientras te esperaba, estuve viendo el perfil de Instagram de Theo... Yo no estaría nervioso por ver a la familia entera, sino por reencontrarme con él, ¿Acaso viste lo guapo que esta? — levantó una ceja, enseñándome su teléfono; a lo que le hice una mueca de asco, la cual podía verse desde Marte que era totalmente fingida. Theo es como un maldito modelo, honestamente me sorprendería si no lo fuera realmente.

— Diuj, es solo... Theo. No podría verlo de otra forma, siempre será el chico que me llenaba la cara de pastel en todos mis cumpleaños solo para molestarme — puse los ojos en blanco al recordarlo.

— Claro, ¿Y acaso vamos a ignorar la parte en la que antes de irte de Londres él te dijo todo lo que sentía por ti? Vamos, que yo me conozco toda la historia.

Cuando nos mudamos a Nueva York, Aaron fue el único en acercarse a mí en la escuela ya que nadie quería estar cerca de "la nueva del acento raro". Tras un recreo lleno de conversaciones y risas, Aaron se ofreció a acompañarme a mi casa al finalizar las clases ese día. Dio la casualidad que nuestras casas quedaban a solo una manzana de distancia, lo cual hizo que prácticamente viviéramos juntos. Tanto mi familia como la suya se hicieron muy buenos amigos, al igual que nosotros. Por esa razón es que Aaron sabe todo de mí y de mi historia con él.

— Ambos sabemos lo que sentías por él cuándo eran niños y lo que te provocó aquella conversación. Admite que estas nerviosa porque tienes miedo de verlo y que esos sentimientos vuelvan a aparecer.

— Eso no es verdad

Spoiler alert: sí, es verdad. Sientes pánico de volver a encontrarte con el frente a frente.

Ahora no es el momento de pensar en esto ¿Sí?

— Él nunca me soporto, siempre me jugaba bromas pesadas y estoy segura que todo lo que dijo aquella noche fue solo parte de otra de sus bromas. Durante mis años en Londres hizo de mi infancia un infierno ¿Recuerdas? ¿Cómo podría creer que todo ese discurso iba a ser verdad?

— Claro, por eso es que van diez años y sigues sin poder sacártelo de la cabeza ¿Verdad? Porque solo fue otra de sus bromas pesadas — Aaron rodea los ojos haciendo que note que está hablando sarcásticamente.

— ¿Podemos dejar de hablar de él? — le pedí incómoda e inevitablemente triste.

Realmente Aaron tiene razón, diez años después de aquella noche sigo sin poder olvidar sus palabras, sus gestos, sus hermosos ojos verdes mirándome suplicándome a gritos que no me vaya, que podíamos hablar con nuestros padres y que me dejarían vivir en su casa. Todas esas palabras tan vacías, solo palabras, sin ningún acto que las avalara.

Diez años y no sabia nada de él, nunca me había enviado un mensaje, una solicitud de amistad en alguna red social, nada. Simplemente fue como si mi existencia le diera igual; como si nunca nos hubiésemos conocido; como si, al irme, él hubiese borrado mi existencia de su mente.

— ¿Y perderme la posibilidad de molestarte los últimos minutos que tenemos juntos antes que te largues durante meses? Ni lo sueñes — sonrió malignamente sacándome de mis pensamientos.

Siguió hablando sobre cosas relacionadas a Theo las cuales decidí ignorar y concentrarme en las canciones que pasaban en la radio.

De verdad no quería pensar en él. Sólo saber que dentro de unas horas debía verlo de nuevo hacia que mi corazón diera un brinco y mi estomago se llenara de mariposas que revoloteaban sin parar. Mariposas que durante años estuvieron enterradas y que al parecer justo hoy habían decidido volver a la vida. Pensar en él durante todos estos años fue realmente doloroso. A pesar de nuestras peleas, diferencias, bromas... yo le quería; y mucho.

— Ali, ¿Estas escuchándome? — su voz hizo que volviera a la realidad.

No...

— Claro.

— Como te decía, deberías averiguar si alguno de sus amigos es gay y conseguirle pareja a tu mejor amigo ¿No te parece? — dijo dedicándome una de sus hermosas sonrisas ladeadas. Sí, Aaron es gay. Olvidé mencionarlo.

— No tienes remedio Aaron — dije resignada.

***

— Voy a extrañarte mucho — lo abracé con fuerza por última vez.

— Prometo ir a visitarte tanto como pueda — me dio un beso en la frente antes de devolverme el abrazo con mas fuerza.

— Y saldremos de fiesta.

— Ya, cualquier cosa que necesites, sabes que soy capaz de tomarme el primer vuelo a Londres e ir a ayudarte ¿Verdad? — pude notar preocupación en sus ojos.

— Lo sé.

— Voy a extrañarte Brookie — a lo que me dedico una sonrisa triste.

— También yo. Conste que dejo que me llames así solo por hoy — lo abracé una vez más causando que ría suavemente.

Y con eso, caminé hacia la puerta de embarque y subí al avión.

Antes de despegar, pedí a una de las azafatas un poco de agua, la cual amablemente me dio y me tomé una píldora para dormir. Bajé la pequeña cortina y me acurruqué en el incómodo asiento -consiente del dolor de cuello que tendré mañana-. Honestamente los aviones nunca fueron mis favoritos.

Afortunadamente pude dormir la mayor parte del viaje y desperté faltando solo unos minutos para aterrizar. Exhalé todo el aire que no sabía que estaba conteniendo y volví a subir la pequeña cortina para admirar el paisaje. Londres, ahí voy...de nuevo.

CooperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora