NOCHE DE BUEN SEXO

Lo conocí en un bar

Lo conocí en un bar. Estaba sentada en la barra pidiendo al barman otro trago de lo mismo. No solía tomar, pero ese día se me antojó ponerme ebria saliendo del trabajo, por fin podría descansar después de tanto papeleo en la oficina. Era mi momento especial, era tiempo de darme una noche libre. Iba a beber hasta creerlo oportuno.

—¡Ah! —expresé satisfecha después de haber tomado todo lo que quedaba del licor —otro más, por favor. —El barman asintió y comenzó a servir mi quinto trago de whisky.

—¿Cuál es la ocasión? —Escuché a mi izquierda en tanto sentía como un chico se sentaba al lado mío. Me hizo dar un pequeño brinco en mi asiento. Había salido de repente.

—Ninguna —dije concentrada en tomar el vaso de vidrio mientras veía cómo estaba lleno de ese líquido que estaba encantándome tomar esta noche.

—Siempre hay una razón válida—dijo esa misma voz ronca.

—Tienes razón, siempre la hay. — Volteé a verlo —Quería descansar del trabajo. —Vaya, era un lindo hombre rubio cenizo con ojos color carmesí.

Sólo sonrió. Joder, qué sonrisa tan sexy.

—Y dime, ¿Cuál es el motivo por el que estás aquí? —pregunté mientras bebía del vaso.

—Lo mismo, quería descansar del trabajo —respondió el rubio cenizo mientras pedía su trago —. Whisky, por favor.

—Me llamo (t/n). —Le miré, sonreí y acerqué mi vaso hacia él.

—Katsuki Bakugo, un placer. —Devolvió el gesto y chocó su vaso con el mío para después beber nuestros tragos.

Cuando dijo su nombre, ¡Dios! ¿En verdad era posible decirlo con tanta sensualidad?

Pasaron unas horas, él y yo habíamos dejado el bar. Ambos nos encontrábamos alcoholizados pero bastante conscientes de lo que sucedía alrededor.

—No hay mejor forma de descansar del trabajo que con alcohol y... buen sexo. —Guiñó Bakugo y besó mis labios para después sonreír de una manera que me hizo estremecer al escucharlo e imaginar lo que estaba por venir.

Nos encontrábamos sentados frente a frente en la gran cama del varón. Continuó quitando aquella blusa blanca hasta hacerlo por completo. Divisó mis senos, los besó y me miró con picardía.

Me acostó en la cama quedando arriba, seguimos besándonos hasta separarnos para retomar la respiración.

Se alejó un poco y quitó mis jeans para dejarme al descubierto quedando sólo con ropa interior de encaje color negro. Lamió sus labios y dijo «ese color te queda bien» sonrió de lado.

Lo tomé de la camisa, lo acerqué y empezamos a besarnos apasionadamente, mientras él se despojaba de su prenda. Nos separamos por falta de aire.

Continuó dando besos por mi cuello hasta llegar a mis clavículas, con una mano quitó mi sostén gracias a que este era de broche delantero dejando ver mis pechos. Ahora estaban completamente a su disposición.

—Qué lindos senos tienes, mujer —dicho esto metió uno de ellos a su boca para succionar y lamerlo. Movía su lengua en círculos mientras que con una mano apretaba sutilmente el seno que quedaba libre. Incrementó el placer.

—¡Ah! —gemí y acaricié su cabello mientras cerraba los ojos. Siguió así por unos segundos más.

Se detuvo un segundo, me miró y cuestionó —¿Lista para lo que está por venir? Te aseguro que no seré gentil, pero prometo que te encantará y estarás rogando por más. —Acercó su boca a la mía y mordió mi labio inferior.