Capítulo XXII: Viaje al Centro de la Tierra

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Nara Drake

No se con exactitud cuánto tiempo estuvimos nadando y nadando y nadando en plena oscuridad, tuvimos que usar los tridentes como linternas porque ese sitio sí que era oscuro, inexplorado y solitario. A medida que más avanzamos, más se sentía la presión y nos cansamos más, por lo que tuvimos que desacelerar el paso antes de que ocurriera alguna tragedia, de la cual, luego nos arrepentiremos el resto de nuestra vida.

La corriente era muy, muy fuerte, chocabas las dos, es decir la fría por un lado y la caliente por el otro, ya sabemos que origina los maremotos o las tsunamis, las mezclas de gases y corrientes, que se atraen porque son diferentes, dos polos opuestos.

Lo más importante es mantener los ojos bien abiertos y estar alertas a cada segundo, listos para atacar en caso de ser necesario, no conocíamos nada del sitio, más allá de los viejos mitos y leyendas que nuestros padres y abuelos nos habían contado que eran más de mil como aproximado.

Estos iban desde el peligrosos Megalodón, "supuestamente extinto desde hace siglos" hasta poblaciones de sirenas oscuras que se suponen que tomaron este territorio y protegen la zona de los curiosos que intentan entrar, desde luego que sirenas o tritones. Así que podíamos bajar la guardia, en lo absoluto, es muy probable que para llegar al Vellocino de Oro, tengamos que enfrentarnos a algún monstruo submarino o bien un grupo de sirenas malignas y oscuras llenas de odio y rencor por lo que debíamos ser lo más cautelosos posible.

Una vez que luego de horas y horas llegamos al sitio comenzamos a sentir esta sensación de que algo allí no estaba nada bien, la vibra y la energía que se percibía alrededor de nosotros, no era buena. Sin embargo, en medio de toda la oscuridad hubo una especie de luz al final del túnel, sin pensarlo mucho nos fuimos directamente allí y vimos que arriba de nosotros había sol, un solo brillante, mis hermanos y yo no quedamos impactados con lo que estábamos viendo. La visión era cristalina, tal como si nosotros hubiésemos llegado a una especie de cueva o islote.

Cuando seguimos nadando y llegando a esta nueva superficie nuestros ojos quedaron impactados. Era un sitio totalmente nuevo, una tierra totalmente virgen y parecía ser un mundo totalmente diferente.... Habían cascadas, había frutos, había ríos, montañas, animales prehistóricos y animales que creíamos distintos.

Narro Yo

-¿Qué es todo esto?-Dijo Perseo-

-¿En dónde estamos?-Dijo Lucchía-

-Esperen, esperen, esperen ¿no conocen el sitio?- Drake vio a nuestros otros hermanos y estaban fuera de sí...

-Le presento ¡El centro de la tierra!

-¿Queeee? no, no, no puede ser no es ese sitio....Ese sitio de ese tipo-Dijo Perseo-

-Con ustedes el Centro de la tierra redactado por Julio Verne, el maestro de la ciencia ficción-Dije-

El resto de mis hermanos se quedaron impactados, nosotros amábamos esa historia, nuestros padres no las contaban diario, un capítulo por noche, cuando éramos tan solos unos moluscos antes de dormir.

-Andando chicos, no se distraigan, recuerden lo que dice la historia, la belleza espléndida está en su exterior pero el verdadero infierno está dentro de este sitio, en su centro. No sabemos dónde rayos está la tumba de Cronos y mucho menos el Vellocino de Oro, no será nada fácil, y aunque ahora solo parece pura belleza es solo el cascarón, lo feo vendrá cuando nos adentramos. No hay tiempo y debemos encontrar el Vellocino y salir por donde vinimos, no podemos perder el camino.

Olympus Curse 2.0. (Completa) #Ganadora de losPGP2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora