Prologo

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5 de marzo del 2018

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5 de marzo del 2018

—¡Lo sabía! Valentinaaa. ¡Oh por Dios! Valentinaaaaa

—¡Queee! — Gritó desde el otro extremo de la habitación.

—¡No lo puedo creer!, si viste, yo te lo dijeee

—¿Tú me dijiste qué? ¿De qué mierda me estás hablando? ¿Estás bien?

—¿Qué si estoy bien?, estar bien no englobaría la cantidad de emociones por las que actualmente estoy pasando. Créeme estoy más que bien.

—¿Qué te esta sucediendo? Estas actuando mas raro de lo normal y creí que no podría ser posible.

—Desde que teníamos 13 años te lo dije y no me creíste. ¡Yo tenía razón! Debo ir planeando las cosas.

Me agarró por los hombros. —Mírame. Me estas espantando, se que nunca has sido normal, y es algo que siempre me ha hecho gracia, pero, en estos momentos creo que te volviste loca. No entiendo ni la mitad de las cosas que dices, y menos se que debes planear.

—¿Cómo no vas a entender?, Mira— Señalé la palma de mi mano izquierda.

—Ya te perdí. ¿Sabes lo difícil que va a ser para mi decirle a tu mamá que esta chiflada?

Le tiré del brazo.

—Mira mi palma de la mano. Y concéntrate en el triángulo que se forma entre la línea del destino y la del corazón. ¿Lo ves?

Achino los ojos intentando encontrar aquella figura geométrica.

—Okay... mmm Angela. ¿Por qué mierda te exaltas por un maldito triangulo?

—Cállate y ahora mira esta imagen.

—¿Esa no es la esposa del príncipe de Inglaterra?

—Sii— Chillé.

Tomó aire para luego expulsarlo. —Necesitas ir al psicólogo. ¡Por qué no se que tiene que ver un triángulo con aquella mujer! ¿te tomaste algo?

—No digas tonterías. Tiene que ver mucho, ahora observa esto.

—Sabes que estas actuando como una maniática al hacerle zoom a su palma.

—Observa. ¿No ves algo familiar?

—Aparte de verse borroso no tiene nada del otro mundo, solo líneas, así como cualquier otra persona común.

—¡Oh no! En eso te equivocas, sus líneas no son comunes, fíjate en la línea del destino y la del corazón.

Se acercó a la pantalla del computador.

—Tiene un triángulo.

—¡Exacto! Ahora, lee aquí.

—No se que rayos consumiste, pero, esto no es gracioso.

—¡Lee!

Todos los seres humanos anhelamos conocer gran parte de nuestro destino, algunos desean saber si tendrán suerte en el amor, que tanta salud tiene o simplemente si tendrás dinero, a continuación, te presento el significado de cada una de ellas. — Puso los ojos en blanco— ¿En serio?

Le asentí— Sigue.

Cada maravillosa línea que se encuentra trazada en la palma de tu mano alberga un significado diferente, desde ser famoso hasta millonario. Aquí conocerás cuantos hijos tendrás y con cuantas personas te casaras.

—Ahora, lee esto.

—Es absurdo. —Suspirando prosiguió—Si tiene un triángulo que une la línea del destino con la del corazón, felicidades muy probablemente pertenezcas a la realeza o tengas nexos con ella.

—¡Si viste! —grité. — Tendré nexos con la realeza por ende perteneceré a ella, eso significa que me casare con ¡Teodoro Augustos!

Valentina cansada opto por sentarse.

—¿Cómo puedo decirte esto sin lastimarte Angela?, ¡Al diablo!, Es una maldita página de Google, aquí todo el mundo se cree bruja, vidente o adivino. ¡Por dios! Eres mas que eso, se que lo amas, lo se mas que nadie, pero, no puede rebajarte a creerte semejantes mentiras.

Ignorándola frote con mi pulgar aquel triángulo. Nadie me comprendía, nadie sabia lo que en estos momentos sentía y menos lo que anhelaba. ¿Cómo no podía creer en eso? Durante toda la noche rogué por alguna señal que confirmara mis sospechas, pedí una palabra, una foto e incluso un sueño, y obtuve más de lo necesario.

Aquella pagina fue sugerida por la mejor amiga de mi príncipe, está la posteo en una de sus historias de Instagram en donde alardeó tener un futuro próspero. Esa era una clara señal ¿no?

Desde el inicio de mi adolescencia empezó mi amor por la realeza e indiscutiblemente mi extraña obsesión con Teodoro. Suspiré, no sabia como iba lograr conocerlo, no obstante, si tenía la certeza de que seria su esposa. Loco ¿no?

Recordé una escena de una maravillosa película, en esta una adivina le explicaba a la protagonista que, si bien el futuro estaba escrito, nosotros también podríamos manipularlo. Sonreí con malicia.

—¿Qué estas haciendo? — Me preguntó curiosa mi mejor amiga.

—Tomando las riendas de mi destino. 

Bienvenidos a esta nueva aventura. ¿Están listos para seguir las locuras esta hermosa y atolondrada latina?

Una latina en la realezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora