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Escuchó los constantes abucheos, no me importa la verdad. Falta poco para las 1:00 de la tarde. Si no fuera por ellos yo estaría tranquilamente tomando mi cafe helado en mi jardín con Carolina mí mucama principal al lado mío. Ella es mi unica amiga. La unica que me apoyo. Esta en medio de esta multitud. Y puedo verla llorar por mi culpa.

No llores, Carolina, eres la mejor amiga de la villana. No llores, no lo meresco. Nadie merece tus lagrimas.

Estan a punto de dar la orden de mi muerte y ahora que volteo a mi costado puedo verlos. Ella lo abraza y me mira por el rabillo del ojo, mientras sonrie con sorna hacia mi persona. Es una puta hasta el final ¿eh?

El me mira con desprecio y una sonrisa de felicidad asoma por su rostro. Maldito rubio teñido.

Mi padre y mis hermanos me ven con decepción. Me estresan esos estupidos por ellos el Ducado no sobrevivira mucho.

Ya son las una y ya dieron la orden.

-- ¡Ejecuten a la dama malvada de una vez! -- pude escuchar. Y antes de que la guillotina callera dije mi ultimo parrafo.

-- ¡oh! Es la hora del té, y el imperio perecera a manos de imbéciles, buenas tardes y noches. Me retiro. -- senti un dolor punzante y aun con la cabeza cortada pude ver una ultima cosa a ella poner un rostro de terror al escuchar mis palabras y sonrei. Y morí.

 Y morí

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La villana narra su final Donde viven las historias. Descúbrelo ahora