Prólogo

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"Años antes..."

Las calles de londres en diciembre siempre eran frías y oscuras, la noche caía muy temprano y cuando eso pasaba, no habia ni un alma en la calle.

Se decía que diciembre era el mes más frío del invierno, pero para mi enero le gana, no hay nada más horrible que pasar noches en un colchón frío con tan solo una manta de abrigo.

Tal vez para algunos el invierno era genial, ya saben, por la nieve, navidad. Todo eso generaba felicidad en la gente, sin embargo eso solo pasaba para las familias de clase alta, aquellos que si tenian una cama calentita, con una comida calentita y sobre todo el refugio de su hogar.

Para la gente de clase baja como yo, eso no era lindo, el invierno para mi era pasar frío hasta el punto de temblar, mi cuerpo congelado las veinticuatro horas del día y cuando llegaba la noche era peor.

Realmente no disfrutaba el invierno.

Si me gustaba y me encantaba la nieve pero si tan solo tuviera recursos para disfrutarla supongo que seria mi estación favorita del año.

Tomo una gran bocanada de aire y me aferró a la mochila que cuelga en mis hombros, me colocó bién la capucha de mi buzo y comienzo a caminar por las calles desoladas.

Son apenas las ocho de la noche y recién salgo del colegio, eso es porque voy en la noche ya que por el día me mantengo ocupada con otras cosas, como por ejemplo intentar ganarme la vida como sea.

Y seguro se preguntarán;

¿Como se supone que puede ganarse la vida una niña de tan solo dieciséis años?

Y la respuesta no es sencilla pero no facil de explicar, supongo que cuando una persona no tiene a nadie debe hacer cosas extremas para poder vivir.

Vivo en un orfanato a unas cinco cuadras del colegio y realmente es un orfanato de mierda, no es como aparecen en las peliculas. La realidad es que nadie nos da de comer, tenemos que rebuscarnos como podamos para conseguir comida y si queremos podemos utilizar la cocina de alli mismo.

Pero no hay una directora que nos cuide, una sirvienta que nos limpie, ni mucho menos una cocinera que nos cocine.

Es por eso que cada quién vive como puede, entre la mugre y la miseria.

Aunque la verdad no me quejó, es una vida de mierda la que tengo, pero al menos tengo un lugar dónde dormir sin que nadie pueda hacerme daño. Y eso es algo que agradezco ya qué donde vivo es bastante peligroso, una de las razones por la que la gente no sale de sus casas despues de que el sol se esconde es porque la delincuencia reina por estos lugares.

Suceden cosas trágicas, como; robos, secuestros, gente drogandose, peleas, violaciones etc...

No es para nada seguró y a decir verdad corro con un miedo profundo de que vuelvan a lastimarme como ya lo hicieron una vez.

Continuó caminando por la calle mientras mi cuerpo se congela y el vapor sale de mis labios, está helando como la mierda.

Solo mis pasos y mi respiración se escuchan.

Dobló por una avenida para llegar al orfanato pero entonces paro en seco, mi cuerpo tiembla aún más y mi respiración se atasca.

Entró en pánico al ver a tres tipos parados tapados hasta la cabeza con ropa ancha y abrigada, el humo sale de sus labios y escucho risas secas llegar hasta a mi, eso me hace tragar saliva. Conozco a esos sujetos muy bien, y no son para nada buenos.

Caricias Ardientes © [#3]PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora