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Ofelia Shafit
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Ofelia Shafit. Una chica privilegiada, de ocho años de edad, llena de valores y siempre con una curiosidad fogosa, queriendo tener el control de todo y no muy entusiasta a la hora de tener que relacionarse con nuevas personas; y justo eso era lo que estaba por ocurrir.
El día anterior Ofelia junto a su madre fueron en búsqueda de nuevos vestidos, puesto a que la ocasión lo a meritaba, y aunque Ophelia no era fanática a conocer personas nuevas, el hecho de verso bien ante los demás, la emocionaba demasiado.
-Ophelia ¿estás lista? - preguntó su padre desde el pasillo.
-si, padre- respondió Ophelia, no muy complacida con la situación.
El tan esperado (por los padres de Ophelia) almuerzo en la mansión Malfoy, en donde sus padres, junto a otras familias, platicarían de negocios y los herederos de estos mismos tendrían una agradable "tarde de juegos".
Ophelia estaba preparada para consumirse en su mundo, llevaba con ella su libro favorito, dispuesta a no socializar y buscar un espacio en el enorme jardín del que le había hablado su madre para leer tranquila, sin molestias.
Salió de su habitación y bajó hasta la sala principal en donde se encontraban sus padres, ya estaban juntos, se dirigieron a la salida, los tres con aquella elegancia y porte que los caracterizaba, Ophelia y su madre, fieles amantes de la joyería y los perfumes; para ophelia " un buen libro, tiene una buena portada " ... Pero tal vez estaba muy equivocada, y esto sería su propia arma de doble filo.
Juntos se dirigieron a la salida de la mansión, en donde los esperaba su carruaje listo para emprender su camino hacia la mansión Malfoy; Ofelia ya sabía que iniciarían los "recordatorios" como los llamaban sus padres.
- O phelia, ya sabes como debes comportarte -exclamó el padre de Ophelia en un tono clamdo- tus modales y presentación son esenciales, no debes hablar si no te es solicitado, siempre con buena postura, y dando buen ejemplo a los demás chicos, la imagen de nuestra familia - no pudo terminar la frase porque Ophelia lo interrumpió.
