La pequeña de Aizawa [Aibakufem] (Hiatus)

capitulo 5 malentendido

Bakugou Katsuki

Quité la mano de Deku por quinta vez, de manera molesta, no quería que me diera palmadas en la espalda, no era una niñita para necesitar tal forma de consuelo.

Miré mi celular, tenía varias llamadas perdidas de la vieja y el viejo, no les había avisado que estaba en casa de Deku y ya era bastante tardé. Solté un suspiro echando mi cabeza hasta atrás topandó con la cama ya qué estaba sentada en el suelo recargada en ella.

- suspirar así da mala suerte.-
Dijo Deku sin dejar de escribir en su cuaderno, apreté mis puños volteando a verlo.

- dime nerd, ¿parezco alguien con buena suerte en estos momentos?.- pregunté fastidiada golpeando el suelo con mi palma, había sido tan ingenua, creer que alguien como el se fijaría en mí que formariamos un relación bonita, ¿En qué diablos estaba soñando?.

- Kacchan.- Deku bajó su libreta al piso, sentía su mirada preocupada, me molestaba.

- ¡Me voy!.- me levanté del piso tomando mi bolso.

- nos vemos mañana nerd.-
Sin voltear a verlo abrí la puerta dejando la habitación de Deku así como su casa.

Apenas abrí la puerta de mi casa me recibió una sandalia de la bruja que esquivé con fastidió.

- ¡¿Dónde diablos estabas?! Tu padre y yo emos estado preocupados por tí.- regaño mi madre acercándose hasta la entrada, en la casa reinaba un olor a comida indicando que apenas habían terminado de cocinar.

- Que me importa.- conteste arreglando mis zapatos en la entrada.

- ¡Katsuki!.- grito la bruja cruzándose de brazos.

Estaba irritada y sentía que las ganas de llorar volvían con más fuerza, quería quitar aquella frustración que tenía al ver a Aizawa con alguien más que no fuera yo.

- ¡Deja de regañarme!.- grité agachando mi cabeza apretando mis puños.

- ¿Y ahora que te pasa?.- pregunto la bruja acercándose más a mi, fue en ese momento dónde me dí cuenta que ya estaba llorando, las lágrimas se acumulaban ojos haciendo nublada mi visión por pequeños momentos ya que al estar agachadas las lágrimas caían siendo reemplazadas por otras. 

Mordí mi labio inferior tratando de contener el llanto tallando mis ojos con un intento de frenar las lágrimas.

Todo quedó en silencio, solo se podría apreciar mis sollozos ahogados y aquella frustración que arrastraba desde hace unas horas.

- ven aquí Katsuki.- alcé la mirada viendo a la bruja con los brazos extendidos con una expresión que no era de preocupación ni molestia, si no una de compresión.
Aventé mi bolso escolar corriendo a sus brazos, justo como lo hacía hace años cuando sufría alguna caída y la bruja me consolaba en su regazo.

Lloré, y no por una caída, lo hacía por qué mis ilusiones, mis ingenuos anhelos y unos sueños lindos habían sido rotos por una realidad que ignoraba, la chicha que lo beso es más linda además tiene su edad, estudian en el mismo instituto, es normal que se entendieran mejor, debí haber renunciado a un amor imposible pero esa no era una posición para mí, no lo era antes.

Había cenado solo por que el viejo había insistido en cuanto termine subí al cuarto sin decir nada, mis padres no preguntaron el por que lloré, supongo que piensan que se los diga por mi propia cuenta.
Miré mi celular tenía dos mensajes de Aizawa, no los abriría, no ahora.
Tenía que pensar, ¿Que diablos hacía yo llorando por alguien más?

Claro sentía rabia y tristeza de haberme ilusionado con mi amor platónico que había sido besado justo enfrente mío, pero que haría ahora, me veía a mi misma como un perdedora, había perdido una apuesta en la que había ofrecido mis sentimientos y lindas esperanzas en una relación sin imaginar que la apuesta era arriesgada y con posibilidades inestables.