#𝐀𝐓𝐑𝐀𝐏𝐀𝐃𝐎𝐒 𝐄𝐍 𝐄𝐋 𝐀𝐑𝐌𝐀𝐑𝐈𝐎 || TaeGyu - TXT

14 | Confesiones y Finales

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Cuando Beomgyu huyó del lugar Taehyun quiso perseguirlo, pero el amigo del pelinegro lo detuvo. Sunoo trató de tranquilizarlo diciéndole que no era el momento indicado para hablar y lo mandó a casa. Taehyun le obedeció.

Ahora caminaba por su habitación de un lado a otro con impaciencia. ¿Por qué pasó esto justo cuando había logrado un avance con Beomgyu? ¿Por qué ahora que por fin estaba dispuesto a confesar todo lo que sentía por él?

Sabía que se lo merecía, actuó como un cobarde desde el inicio. Traicionó a su mejor amigo y ahora el chico del que estaba enamorado lo odia de verdad.

Golpeó su escritorio, frustrado. Ahora sí la había jodido en grande.

No quería rendirse. Todos estos años intentó llamar la atención de Beomgyu. Soobin le dijo que esa no era la forma más Taehyun no lo escuchó. Para él funcionaba. Tenía un lugar en la mente del mayor, no era bueno ni el que el pelirrojo quería, pero al menos era algo. Y ahora que había logrado hacer que Beomgyu sintiera algo más que repulsión por él, no se daría por vencido.

Taehyun nunca fue bueno con las palabras, Soobin le mencionó muchas veces que todo lo que decía era diarrea verbal. Aunque se ofendió en ese entonces, ahora comprendía que su amigo tenía razón.

Y si no podía hablarlo lo escribiría.

Taehyun se sentó a su escritorio, tomó varias hojas en blanco y se dedicó a escribir en ellas los sentimientos que lo invadían al pensar en Beomgyu.

Si no era capaz de confesarse con palabras entonces lo haría a su propia y única manera. Aunque necesitaría un poco de ayuda.

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Beomgyu no podía concentrarse en clase. Cada minuto volteaba hacia atrás, al lugar vacío de Taehyun. Ningún docente se había enterado de la estúpida pelea del día anterior, aún así el cobarde de Taehyun no tuvo el coraje de asistir.

¿En qué estaba pensando al tratar de tener algo más con Taehyun? Seguía el consejo de Sunoo y, a pesar de que aún le costaba aceptar que sentía algo por el hombre, quería darle una oportunidad. Qué estúpido fue.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la voz que salía del altavoz en la pared.

— Se solicita la presencia de todos los alumnos en el auditorio en este momento.

¿Acaso ese era Soobin? Beomgyu no pudo comprobarlo puesto que Sunoo, quien en algún momento llegó a su salón, lo sujetó por el brazo y lo arrastró rumbo al auditorio.

— ¿Qué está pasando? —Preguntó el pelinegro mientras corrían.

— Cuando lleguemos lo verás. —La escueta respuesta de Sunoo lo puso nervioso.

Al llegar y entrar al auditorio vieron como sus compañeros se amontonaban cerca del escenario. Ellos murmuraban sobre lo que había en dicho lugar. Pese a tener una estatura considerable, Beomgyu no veía nada más que cabezas y cuerpos de estudiantes.

De pronto el sonido de un piano acompañado de una dulce voz cantando hizo a todos guardar silencio.

— Te gustan las rosas rojas, te gusta el mar azul, pero a mí me gustan las violetas y quiero ir a las montañas de nuevo.

— Somos todo lo contrario y eso nos hace más especiales.

Una segunda voz, ahora más grave, cantaba junto a la primera.

Beomgyu podría jurar que conocía esas voces, sin embargo, no podía cerciorarse de lo que pensaba. Por más que trataba de ponerse de puntitas no alcanzaba a ver algo.

De pronto sintió como sus pies no tocaban el suelo y era elevado en el aire, sostenido por unos fuertes brazos. Al mirar hacia abajo vio que Jake lo ayudó a poder mirar el escenario. Cuando lo hizo, vio a Taehyun tocando el piano y cantando, a unos cuantos pasos estaba Soobin con un micrófono entre sus manos, haciendo lo mismo que Taehyun, cantar.

— En este mundo oscuro, tú eres el mejor color para mí.

Al acabar su verso, Taehyun observó a la audiencia y se detuvo en el pelinegro que sobresalía de entre todas las cabezas de alumnos. Con un gesto les indicó que se hicieran a un lado para que el mayor pudiera pasar.

Taehyun caminó hasta Beomgyu y lo ayudó a subir al escenario. Tomó una de sus manos, jalándolo hacia sí.

— Como los colores complementarios, quiero colorear este mundo entre nosotros. Entre nosotros. Solo entre nosotros, cariño.

Soobin cantó su parte y Taehyun la susurró viendo directo a los ojos de Beomgyu, aún sin soltar su mano. El amigo del pelinegro se acercó a Taehyun, entregándole el micrófono y saliendo del escenario, dejando a Taehyun y Beomgyu solos.

— Eres el centro de mi vida, eres la luz de mi corazón. Puedo mantenerme joven porque eres tú. —Taehyun continuó cantando. Beomgyu tenía los ojos cerrados, sintiendo cada palabra recitada por el pelirrojo. — A medida que pasa el invierno, me haces florecer. Derrites a mi frío yo.

Taehyun paró de cantar y los demás compañeros gritaban y aplaudían con emoción. Al abrir sus ojos Beomgyu vio al menor hincado en una rodilla, mientras tomaba sus manos.

— Te lo doy a ti, Beomgyu, ahora tú eres el dueño de mi corazón. Sé que me he portado como un reverendo imbécil y ya que no soy bueno hablando, espero que la canción haya funcionado. Pero si necesitas oírlo mejor, aquí va de nuevo. ¡Te amo!

Beomgyu fue incapaz de contener las lágrimas, se agachó y abrazó a Taehyun con todas sus fuerzas. El pelirrojo le devolvió el abrazo. Cuando se separaron, se miraron con dulzura y juntaron sus labios en un beso. Sus compañeros aplaudían y felicitaban a la nueva pareja.

Bien dice el dicho: del odio al amor solo hay un paso, o en este caso, una encerrada en el armario.

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FIN