Capitulo 10: Cuarto compartido

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-Pásame el azúcar.


-Lo tienes a diez centímetros de tu brazo, tómala tú.


-¡Que me des el azúcar, Justin!


-¡No!


-¡Listo, no me caso, pido el divorcio absoluto, contrataré a alguien para que llegue a mitad de la boda y diga "yo me opongo"! -le grité a Justin en el desayuno.


Las cosas no iban bien, tal vez Rizos estuviera considerando el matrimonio ahora que éramos novios oficiales. Había pasado una semana desde su cumpleaños y nuestro compromiso, pero más allá de parecer la pareja feliz que fuimos en el parque de diversiones con los chicos, volvimos a ser los mismos de antes. Y de alguna manera eso me gustaba.


-Toma -me extendió el frasco de azúcar con la cabeza gacha y la voz cansada, esto de las peleas le estaba estresando, aunque para mí eran un respiro de tantos besos y cariños que me daba en la escuela.


Si creía que la peor parte había pasado cuando les contamos a nuestros amigos que nos casaríamos, es porque había olvidado que aún iba a clases. Todas las chicas comenzaron a dedicarme miradas aterradoras, los chicos nos molestaban con la luna de miel y Mike... él era el primero en iniciar las burlas.


-____, ¿me puedes acercar la miel? -me pidió Holly. La miel estaba más lejos que el azúcar, así que me levanté y la tomé para entregársela.


-¡¿Te paras por la miel y no por el azúcar?! -exclamó Justin, su cuello iba acalorándose por la frustración y no paró de bufar hasta que terminamos de desayunar.


Mi padre que ya se había ido al trabajo, mamá desayunaba en la cama cuando se despertaba -al mediodía-, Lily no se encontraba en casa porque ahora vivía en la universidad y Pattie comía en la cocina. Nuestros desayunos sin la supervisión de un adulto eran un caos total.

-Iré a lavarme los dientes, espérenme -nos avisó Holly mientras corría escaleras arriba.


Nos quedamos solos en la entrada, listos para irnos a la escuela. Miré de soslayo a Justin, nunca logró usar el uniforme como se debía: la chaqueta arrugada, la camisa afuera, los pantalones por debajo de lo normal y la corbata suelta alrededor de su cuello.


Me acerqué a él y comencé a anudar su corbata, al menos se vería un poco más presentable. A veces me preguntaba que había pasado con el chico que todos adoraban de pequeño.


-Tienes que pasarla por abajo, la pones por aquí y ya está -mientras le arreglaba la corbata le daba indicaciones para que aprendiera. Él me dedicó una sonrisa y besó mi mejilla.


-Tendrás que darme clases particulares si quieres que aprenda a cómo anudar esta cosa -me dijo, sosteniendo entre las manos el extremo largo de la corbata.


-No es necesario, puedo hacer esto todas las mañanas -le dije, restándole importancia con la mano. Sin embargo, para Justin, mis insignificantes gestos de amabilidad tenían mucha relevancia.

Marry Me{Justin Bieber y Tu}(TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora