rubí

1K 172 46
                                    

Todos lo sabían cuando escucharon el estruendo. Se aproximaba el único enemigo capaz de lanzar cañones contra el barco del capitán Lee. Nadie nunca se atrevía a atacar, Lee Minho era uno de los piratas más respetados, había robado, asesinado y secuestrado sin ningún tipo de remordimiento, sin ningún tipo de piedad. Todos le temían, excepto una tripulación. Minho sonrió al sentir el segundo estruendo, el cañón había pasado muy cerca de su barco. Realmente no le asustaba, porque sabia que ninguno de esos cañones eran lanzados para dañarlo.

Entrecerró los ojos observando la gran nave con sus características velas rojas, aun estaba algo lejos y ciertamente, estaba emocionado. Sabia quien era el capitán de aquel barco. Lo conocía demasiado bien.

—Seungmin, ¿lanzaron el ancla ya? —preguntó. Se inclino apoyando los codos en el timón. Seungmin era como su mano derecha, su mejor amigo y por siempre su mejor aliado.

—Lo hicimos, Capitán, pero es peligroso, nunca sabemos si Han en verdad apuntará al barco —Minho negó, se incorporo y se giro un poco para mirar a su compañero.

—No lo haría, y tampoco le conviene. Además sabes que no es su estilo. —El capitán recostó su espalda en el timón, sintiendo el último estruendo resonar y el agua a su lado levantándose violentamente.

—No entiendo porque siempre tiene que hacer este alboroto —El resoplido de Kim, solo hizo que Minho sonriera.

—¿Por qué no hacerlo? Así es más emocionante —Seungmin rodo los ojos y asintió con la cabeza, sabia lo que venia después. Esto había estado ocurriendo más seguido los últimos meses. El capitán Lee avanzó hasta el comienzo de la proa, justo donde podía observar a su tripulación, algunos estaban sobre los mástiles atando las velas, otros con baldes de agua limpiando el piso del barco y los demás riendo y bebiendo—. ¡No creo que deba decirles que hacer, porque lo saben perfectamente! 

Todos se habían detenido a observar al capitán que los miraba de forma altanera mientras tenia un brazo cruzado atrás de su espalda. Minho le tenia cariño a su tripulación pero también necesitaba su respeto. A la tripulación realmente no le importo bajar a la bodega después de todo la mayoría de esta no era realmente una bodega sino donde se sentaban a beber y comer. Y esta tarde iban a beber tal vez hasta la mañana siguiente.

—Si algún día te mata, quiero esa linda espada tuya, esa que tiene el lindo dragón en la empuñadura —Kim hablo burlón. Minho se giro hacia él divertido.

—No lo creo, esa se la prometí a Seo, tu deberías tener alguno de esos lindos baldes y limpiar el barco en mi honor.

—Me voy a beber —se despidió Kim dándole la espalda—. Que te diviertas.

Ahora el capitán Lee se encontraba solo, al menos en la superficie, el gran barco del capitán Han estaba tan cerca que podía verlo perfectamente. Su lindo cabello castaño abierto a un lado y peinado hacia atrás con algunos mechones colgando rebeldes en su frente, ojos brillantes y desbordantes en diversión, labios en forma de corazón y rojos como las cerezas curvados en un leve sonrisa y como olvidarse de su linda piel canela. Una camisa blanca y holgada abierta vulgarmente en el pecho, amarrada con un fajín en su cintura y pantalones un poco ajustados abajo, con las manos repletas de lindos y brillantes anillos, y la espada colgando del fajín en su cadera. Era ridículamente elegante, ningún pirata que hubiera visto en su vida era como Han. Ni siquiera él y vaya que le gustaban las cosas bonitas y brillantes.

Los ojos del capitán Han se conectaron con los de Minho, y este llevo lentamente su mano a la espada que colgaba de su cadera. El barco de Han se había detenido y lo vio tomar una soga, impulsarse y caer elegantemente en la punta de la proa de su barco. Dando pequeños pasos hacia el frente, hasta que no estuvieron demasiado lejos.

rubí, minsung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora