Lillian se ajustó el peto, arregló las correas torcidas lo mejor que pudo antes de ponerse sus botas de agua rojas y correr a encontrarse con su padre. Otro día de pesca. Los sábados eran siempre días de pesca para ella y su padre, incluso cuando llovía. A ella no le importaba mucho. Por lo general, él la dejaba correr y tratar de encontrar algunos gusanos para el cebo, feliz de relevarlo de su posición de solo mirar.
Hoy no fue diferente. Después de un rato, Lillian dejó escapar un pequeño gemido, mirando a su padre con ojos grandes. "¿Puedo irme ahora, papá? El suelo está muy embarrado allí ... muchos gusanos"."Está bien, está bien. No vayas demasiado lejos". Se rió entre dientes, lanzando su anzuelo de nuevo.
La pequeña se puso de pie de un salto, corriendo tan rápido como sus pies le permitían. Finalmente, se detuvo, casi chocando contra un chico un poco mayor que estaba sentado en el suelo. Lillian se tambaleó, cayendo con un bufido audible. Parpadeó, luchando contra las olas por la vergüenza que se estrelló sobre ella, amenazando con ahogar su pequeño cuerpo.
"¿Estás bien?" El chico habló, su acento era uno que Lillian no había escuchado antes. Estaba sentado en el suelo, sosteniendo un libro estropeado en una mano, mirando a la extraña chica con curiosidad.
"Sí", tarareó, con sus grandes ojos azules fijos en el chico. "Tu voz es graciosa... ¿De dónde eres?" La propia voz de Lillian llevaba su característico acento de Luisiana.
Él rió entre dientes, doblando su libro y colocándolo con cuidado a su lado. El extraño vestía pantalones cortos grises, medias largas y una camisa de vestir blanca, todos cubiertos de manchas de suciedad. "Soy de Lituania... estoy aquí con mi tía".
"Eso es genial", se secó la pequeña mano en su overol, tendiéndola al chico mayor. "Soy Lillian... llámame Lily. Tengo nueve años y mi Pa está pescando allí".
Apresuradamente, él tomó la mano de la niña y la estrechó, dejándola caer después de unos segundos. Bonito nombre, pensó.
"Soy Hannibal. Tengo trece años y once meses. ¡Así que casi catorce!" Tarareó, orgulloso de sí mismo por ser tan viejo.
"Nombre gracioso. Haaaannibal." Ella se rió, arrugando la nariz. Lillian apartó los gruesos rizos castaños de su rostro sonrosado y volvió a ponerse de pie. "¿Quieres ayudarme a conseguir algunos gusanos para mi Pa? Es mucho más divertido que los libros".
Hannibal sonrió ante esto, una sensación desconocida se apoderó de él mientras se levantaba, arrojando su bolso sobre su hombro. ¿Un amigo? "¡Está bien! Nunca antes... cacé gusanos, suena divertido."
La niña más joven agarró la mano de Hannibal y lo arrastró a un lugar, se arrodilló en la tierra y metió las manos en el barro blando. Produjo algunos gusanos, colocándolos en la hierba para que no pudieran excavar y esconderse de nuevo.
"¿Dónde los pones?" Hannibal preguntó, sacando gusanos del barro.
"En tus bolsillos, ¿Dónde más?"
"Ah, okey." Sus pantalones cortos ya estaban hechos un desastre, algunos gusanos no harían daño. ¿Correcto?
"Creo que ya tenemos suficiente, volvamos con Pa". se puso de pie, metiendo su colección de gusanos en sus bolsillos, tarareando felizmente mientras caminaban juntos. Lillian estaba extasiada. No era frecuente que pudiera hacer amigos. Franklin, el padre de Lillian, se levantó de su puesto cuando vio a su hija regresar con alguien. Sus espesas cejas se fruncieron. ¿Dónde había recogido a este chico larguirucho? "Lily, ¿Qué es todo esto?" Preguntó una vez que estuvo lo suficientemente cerca, con los ojos puestos en el chico.
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See You At The Tree | Hannigram; Traducción
Fanfiction"Cuando Lillian conoce a Hannibal, está convencida de que serán amigos para siempre. Pasan casi todos los días juntos; pescando, leyendo y haciendo nada bueno... hasta que Hannibal tiene que irse. Cuando regresa, la joven no está por ningún lado, ya...