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Advertencias: angst, violación, traumas.

Al día siguiente ella regresó diferente, Yoongi lo olía, ella olía diferente, olía a alguien más, y eso no fue todo, llevó a alguien a su casa, donde solo eran mami y Gigi.

—Gigi, hijo, te quiero presentar al señor Choi Dong-Yul, él será papi de ahora en adelante, un gran y apuesto alfa —Jimin sonreía abrazada a ese hombre que Yoongi desconocía, aunque no del todo, su olor era parecido al que su mami llegaba oliendo algunas veces. Y al ver que el niño no decía nada, el señor habló.

— ¿No habla?—pero antes de que Jimin o Yoongi pudieran decir algo, él volvió a hablar— está bien, esto será mejor así si eres mudo.

—Cariño, pero Gigi... —Jimin fue callada por un beso bastante lascivo de él. Yoongi no decía nada, si ese señor creía que él no podía hablar, mejor. Sin saber que muy pronto él también empezaría a creerlo.

A los tres días, aquel señor se había mudado con ellos y ahora mientras ellos dos dormían en la cálida habitación donde mami y Gigi dormían antes, el pequeño dormía en el pequeño y frío sillón del diminuto comedor.

Su rutina había cambiado, no, eso era poco, su vida había cambiado por completo, ahora mami no le hacía caso y se la pasaba todo el día fuera con ese señor, y en las noches cuando por fin volvían, Yoongi exigía mimos y cuidados, los cuales eran negados, dejándolo solo.

Al mes, Gigi dejó de hablar por completo, el señor lo hacía pasar muy malos ratos y eso no le gustaba. Si hablo me encerrará otra vez y no me dará de comer, tengo que ser un buen niño, por mami, pero..., mami no hace nada para defenderme. Yoongi escuchaba, pero ya no hablaba, y eso no parecía importarle a nadie, ambos adultos actuaban como si él fuera así desde su nacimiento, y ese eso seguía así, Yoongi dejaría de escuchar, no le gustaba escuchar los gritos tan horribles de su mami en las noches, no le gustaba que ese señor le gritara a él. En su sexto cumpleaños, pensó que ahora si su mamá lo acompañaría, pero vaya que se equivocó.

—Agh... no molestes Gigi —su madre lo empujó al suelo, Yoongi la estaba moviendo para que despertara y celebraran su cumpleaños, aprovechando que no estaba aquel señor. Siguió insistiendo hasta que Jimin se levantó. Yoongi se señaló a sí mismo para luego poner frente a su mami seis dedos, indicando que era su cumpleaños.

—Sé que es tu cumpleaños, no molestes Gigi, hoy será un día especial —Yoongi comenzó a liberar feromonas de completa felicidad al escuchar esas palabras de su mami. Empezó a brincar en su lugar, Jimin, sin esperárselo, recibió un cálido abrazo de su hijo—. Aléjate —lo apartó sin cuidado— ve a darte un baño, papi dijo que hoy te llevaría a un nuevo lugar por ser tu cumpleaños —aquello confundió al pequeñín, ladeó la cabeza en señal de no entender, pero solo recibió un fuerte grito, como quisiera dejar de escuchar, pensó Yoongi tapando sus pequeñas orejitas.

— ¡Eres un inútil! ¡Nunca entiendes nada y ahora ni siquiera puedes hablar! ¡Vaya error que di a la luz! —Jimin tomó con fuerza el pequeño cuerpo de Yoongi y lo metió con brusquedad al baño—. ¡No tardes! —después de cerrar de un portazo, Yoongi se limitó a desvestirse en silencio, mami tiene razón... soy un niño tonto, no soy un niño bueno.

Minutos después salió Yoongi, se dirigió a la habitación donde ahora dormían mami y ese señor, se aproximó a un pequeño baúl, el cual contenía toda su ropa, la cual había sido movida a ese lugar debido a la nueva ropa del señor. Sacó un lindo suéter color amarillo con huellitas de perritos color negro junto a un short blanco, le gustaba mucho usar shorts y playeras sin mangas, pero ahora tenía varias marcas muy feas en casi todo su cuerpecito y no le gustaba tenerlas al aire libre, se miró al espejo con una sonrisa, pero comenzó a deshacerla al ver lo feas que se veían sus piernitas cubiertas de varios moretones y marcas de quemaduras. No tuvo más remedio que cambiarse a un pantalón negro y sus únicos tenis.

Buscó a su mamá, quien estaba en la cocina preparándose un café, jaló un extremo del pantalón para notificarle que ya estaba listo.

—Por fin, envejecería antes de que salieras —ella rodó los ojos y jaló al pequeño de su muñeca hasta el sillón, el que ahora era la cama de él. Ambos tomaron asiento y estuvieron en silencio unos segundos, aunque no es como si Yoongi hablara, es triste, pero es la verdad.

—En un rato llegará, y no quiero que le digas no, hazle caso en todo lo que te diga, es un alfa de muy buena posición, cualquier cosa que hagas o que digas —se interrumpió a sí misma soltando una risa altanera— que tonta, ni siquiera puedes hablar, que inútil hijo tengo —Yoongi bajó su cabeza y comenzó a apretar en puños sus manitas, las cuales se encontraban reposando en sus muslos, el dolor que sentía en señal de que sus uñas se estaban encajando en su piel lo distraía de aquellas palabras hirientes de la única persona que amaba más en este mundo.

—Solo obedece y di que si a todo lo que te diga —Yoongi tomó una crayola de su kit y un cuadernillo especial que le habían comprado debido a su "incapacidad", para escribir, algo lento.— Dios, ni para escribir sirves, escribe más rápido —le arrebató el cuadernillo y leyó en voz alta los garabatos del niño, pero no podían culparlo, su mamá no le dejaba asistir a la escuela y le había dejado de enseñar en casa, por lo que comenzó a aprender por su cuenta—. "¿Tú no irás mami?" No, no iré, solo irán ustedes.

Yoongi comenzó a temblar, no quería que su mami lo dejara solo con ese hombre.

—No llores, Yoongi, llorar es de niños malos, y tu no eres un niño malo, ¿o si? —Jimin acarició la suave y regordeta mejilla de su hijo, quien negó con su cabecita lentamente, no, él no era un niño mal, se esforzaba por ser el niño bueno de mami—. Muy bien Gigi —su "plática", si es que así se le podía llamar su forma de comunicarse, se interrumpió por el sonido de la puerta abrirse.— Ya llegaste —Jimin se levantó a recibir al alfa con felicidad.

—Vine lo más rápido que pude, ¿dónde está el cumpleañero? —Yoongi sintió escalofríos recorrer su diminuto cuerpo al escuchar eso. Su instinto le decía que algo iba mal.

—Está en el sillón —respondió Jimin señalando con la mirada al pequeño que seguía tiritando echo casi un ovillo en aquel sillón.

—Vamos —habló el alfa con una voz totalmente diferente, una voz a la que Yoongi reaccionaba, y no de buena manera, esa voz era una de las principales razones por las cuales él ahora diferente.— Yoongi —volvió a utilizar esa voz, ocasionando que el mencionado casi se hiciera pipí en los calzones y que arcadas en su garganta le dieran un nuevo malestar, sin embargo, se levantó haciendo caso omiso a las advertencias que una vocecita le susurraba, le decían, no vayas, es peligroso, pero solo era un niño, no podía hacer nada, y sin darse cuenta, el señor ya se encontraba subiéndolo a un auto que lucía bastante lujoso—. ¿Llevas tu cuadernillo y crayolas? —preguntó antes de arrancar. Yoongi asintió abrazando aquel cuadernillo, el cual estaba adornado por varios dibujos que él mismo había hecho con su kit de crayolas, su nombre estaba escrito con crayola color azul en la parte inferior derecha. Varios minutos después llegaron a lo que parecía ser un hospital, el olfato del pequeño estaba fascinado, había bastantes olores nuevos entrando en su pequeña nariz, y mientras curiosamente miraba todo el lugar, su mano izquierda abraza su cuadernillo y kit de crayolas, su mano derecha estaba ocupada por la gran mano del señor. Los pacientes, enfermeras y doctores que pasaban a lado de ellos parecían morir de ternura con la imagen de ellos dos, cualquiera pensaría que era un padre llevando a su hijo a una revisión. Pronto entraron a una habitación, la cual estaba adornada con varios stickers de animalitos, lo cual atrapó la mirada de Yoongi.

06.03.21

Your Eyes Tell ― KNJ&MYGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora