cada vez que sabrina lograba
llamar algo como "suyo", su
pasado la perseguía, las mentiras
en las que vivió la atormentaban.
donde lo único que podia hacer
era decirse a si misma
"solo...
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i.|backstory
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—isaac —la rubia llamo a su hermano, este casi dormido en su pecho.
—¿si?
—tengo miedo. no quiero que nos vuelva a hacer algo, y menos a ti.—las manos de la chica se posicionaron ahora en las mejillas de su mellizo. acariciando estas lentamente.
al rubio le tembló el labio inferior, sabiendo que ambos compartían ese sentimiento. se enderezó y se inclino a abrazar a su hermana.
—yo no quiero esto para ti, para nosotros, no te lo mereces y haría lo que sea para—soltó un suspiro lleno de dolor y tristeza —para darte lo mejor.
la rubia solo escondió su rostro en el cuello del chico, intentando perderse en su aroma, ese aroma que todas las noches huele, ese olor que la tranquiliza. mordió su labio intentando no sollozar.
—gracias, amor.— la rubia se acurruco con su hermano.
ese día, los dos volvieron tarde, tuvieron que llegar a la biblioteca pero el escándalo de la desaparición de "Lydia Martín" los retrasó. su padre al llegar, golpeó a Isaac en el estomago repetidas veces, y a Sabrina le estampó un plato en la cabeza, los dos malheridos, subieron a su cuarto. no querían dormir solos, ya no lo hacían.
la rubia curó las heridas de su hermano, y se lamentó, se culpaba mucho. algo la hacía sentir que esto era su culpa.
—sab, quiero decirte algo.—su hermano se mostraba nervioso con ella. cosa extremadamente extraña.
—¿todo bien, amor?
—tengo una propuesta. y se que va a sonar una locura, y yo también creía que era una locura, pero el me lo demostró.— una enorme curiosidad invadió el cuerpo de la rubia, sacó su rostro del cuello de su hermano y lo miro con un brillo, que el podría asegurar, no veía desde antes que su madre muriera.
¿quién es "él"?
—¿y? ¿cuál es?— la voz sonó impaciente, como si quisiera acabar con esto ya.
—tal vez suene raro pero... podemos salir de aquí, podremos ser nosotros mismos, validarnos por nuestra cuenta. de poder ser alguien por fin, de ser felices.
—podemos ser hombreslobo...
¿y este de cual se fumo?
[ ... ]
—me alegro que aceptaras esto, Lahey— un Derek victorioso se mostraba en la estación.
—bien, Hale. solo has, lo que sea que tengas que hacer.— musitó Sabrina.
—deberán saber que al transformarlos yo sere su alfa.
ninguno de ellos sabía cuanto cambiaria sus vidas después de la mordida.
