1# templeton

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Ya me había marchado varias veces del pueblo aunque esta vez lo sentía diferente, me costaba más alejarme del lugar donde nací y crecí. Sabía que esta vez tenía que hacerlo con motivo y tener un motivo para decir adiós no era nada bueno porque era una forma obligada de marcharme del lugar donde nací y sin ni siquiera saber si era para siempre.

Casi un año antes de mi despedida, el capullo de Rainer Tate me dejó embarazada de mi preciosa niña llamada Joana, a la que adoro tanto que no la cambiaría por nada del mundo, que con solo una mirada suya enloquezco de amor por ella, aunque las que son madres eso ya lo sabrán.

Él nunca supo de su existencia porque no se dignaba a contestar las llamadas de absolutamente nadie, y su familia me hizo el favor de no decirle nada si conseguían saber algo de él, por todo el dolor que me había causado. Pero eso, al final dejó de importarme porque ya no tenía nada que esperar de él sabiendo que no tenía ni que pensarle porque ya no valía ni un segundo de mi tiempo. Le había borrado definitivamente de mi vida y de mi corazón.

Lo peor de todo, fue enterarme de un tumor creciendo dentro de mí a la vez que lo hacía mi bebé. Por mi niña, descubrí sentimientos nuevos que no sabría explicar y terminé casándome con mi mejor amigo y amante Leonard para que mi hija tuviera una familia. Fui feliz con él los meses de embarazo y tras la boda, pero llegó ese instante, el que siempre llegaba en el peor o mejor momento. Mi propia psicóloga Michelle, me recetó marcharme a un lugar tranquilo donde vivir feliz y en paz con mi pequeña hasta que mi corazón se reparara, ya que de mala manera no podría criar a una personita y menos si estaba tan enferma. Tras el accidente, quise pasar todo el tiempo posible con mi pequeña hasta el cercano día de su muerte ya que me avisaron que no llegaría a creer ni tener una vida propia, le diagnosticaron leucemia y le daban como mucho cinco años de dolor, vómitos, mareos, moratones, debilidad y convulsiones.

···

Llegó el día de mi marcha y todos charlábamos tranquilamente en la mesa de casa, en esta se encontraban: Leonard a mi izquierda, Ronald enfrente mía, a su derecha el pequeño Cole y a la izquierda Clary, en el extremo de mi  derecha mi madre y en el otro extremo Cassandra y su madre Susan.

-Al final, con el tema de la boda y el embarazo no hemos hablado del concurso, ¿Cómo os fue?- Preguntó mi madre antes de comerse un trozo de zanahoria. Al terminar de comer lo que tenía en la boca me preparé para responder. La verdad que me molestó que lo preguntara tan tarde, ya que nunca le he importado.

-Fuimos semifinalistas, pero no me preparé para continuar con el concurso, llamé hace un par de meses y me retiré, lo estuve pensando bastante hasta que estuve decidida, aunque me avisaron que estaban a punto de echarme-. Me mantuvieron en mi posición porque dijeron que tenía el talento en mis venas y quisieron darme todas las oportunidades posibles. Mi Leo me cogió de la mano entrelazando nuestros dedos, giré mi cara en su dirección mirándole fijamente, queriendo besarle en ese momento pero sin hacerlo porque todos miraban y me avergonzarían con sus miradas y comentarios.

-Ahora lo primero es que estés bien y si tienes que marcharte, estar tranquila y empezar de cero en esa casa... yo aquí te esperaré-. Me sonrió tranquilizándome porque yo no lo estaba y él, tan bueno, se dio cuenta enseguida. Al terminar de cenar abracé con muchas ganas a Cass, despidiéndome de ella y del resto uno tras uno.

-Por favor, Cass, si consigues comunicarte con tu hermano, te lo ruego, no le digas nada de mí ni de Joana. No estoy preparada para verle en caso de que venga a conocerla, no lo soportaría, ahora mismo me duele odiarle-. Acarició mis mejillas chocando sus labios con los míos, dándonos un pico supuestamente de amigas. Retiró con sus pulgares unas cuantas lágrimas que recién caían por mis mejillas y me sonrió.

-Tranquila, después de lo que ha hecho estoy enfadada, cuando estés lista, yo te apoyo-. Le cogí de las manos besando sus nudillos. -¿Sabes?- Preguntó cuando empezaba a marcharme con las maletas. -Entiendo su fijación por la increíble Jennifer-. Le sonreí ruborizándome mientras daba la vuelta hacia la salida. 

-Enano, pórtate bien sin mí-. En un año mi hermanito había pegado un estirón, pero igual tuve que inclinarme para abrazarlo y besar su frente. Me miró como si no entendiera mucho lo que ocurría, ya que él no sabía cuánto tiempo estaría fuera. -Nos vemos pronto, pequeñajo-. Me volvió a abrazar, bien fuerte y eso me emocionó tanto que me entraron ganas de llorar. Me despedí del resto y subí al coche para colocar a Joana en su asiento y asegurarla bien.

-No te olvides de mí-. Habló Clary antes de abrazarme tan fuerte como el día que regresé al pueblo.

-Al menos no te dejo sola-. Miré de reojo a Ronald, que se acercó informándome que él la cuidaría. -Me encanta la parejita-. Cerré la puerta del lado de Joana para luego dirigirme a mi asiento, preparada para conducir durante un par de horas.

Tras unos minutos en la carretera, alcancé a ver el cartel donde Templeton se despedía de mí con un "Hasta pronto". De repente volvió a mi mente Rainer incluyendo la primera vez que le vi después de mi vuelta, entrándome unas enormes ganas de decirle algo, cualquier cosa. Y con mi vista borrosa por las lágrimas, le escribí un adiós en su contacto de WhatsApp creyendo que nunca le llegaría el mensaje. Al dejar el teléfono me distraje pensando en que no quería tener en mi mente al cabronazo que me destrozó la vida por haberme enamorado y no haber sabido llevar la relación como debía. Me quité un par de lágrimas, sin esperar a que un camión de gran anchura se cruzara con mi coche, quedando cegada por los faros y sin saber que lado tomar.

Mi mundo quedó patas arriba en un solo segundo, retrocediendo en el tiempo hasta mi primer recuerdo de pequeña. Todos los momentos felices me hicieron prometerme a mí misma que si regresaba, solo habrían momentos felices en mi vida.

Los capítulos serán publicados poco a poco.

Gracias por la espera.

Loca Por Ese Chico 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora