Loca Por Ese Chico 2

3 #Espacio (parte 2)

Comí en el restaurante del hotel, me cambié de ropa para ponerme la que llevaría a la reunión y salí del hotel con mi portátil, mi pendrive, mi bolso y zapatos planos para ir lo más cómoda posible.

Me puse una camisa azul ajustada, unos pantalones de traje negro y la idea principal, era ponerme unos tacones también azules pero decidí ponerme unas zapatillas blancas, un color claro para una camisa clara porque no pensaba ponerme tacones como el resto de las trabajadoras, que aunque se quejen de las heridas, siguen soportando el dolor. Además, no quería torcerme un tobillo de camino solo para impresionar o para llamar la atención.

Como el edificio estaba cerca, no tardé mucho yendo andando. Entré al edificio por una puerta de cristal rotatoria, en dirección al mostrador donde había un hombre al que tuve que preguntarle donde era la presentación. Después de eso, fui al ascensor para ir al piso cinco, donde seguramente ya me estaban esperando. Primero entré en el baño para mirarme al espejo y ver que estaba perfecta sin maquillaje, así que no me hacía falta. Tan solo me puse bálsamo labial porque noté mis labios un poco secos y con alguna pequeña grieta, pero rápidamente lo arreglé.

Respiré hondo antes de llamar a la puerta de la sala de reuniones, al entrar había una mesa ovalada para doce personas, pero solo habían seis personas sentadas más el hombre que me abrió la puerta. Al principio solo vi sus zapatos de traje, ya que rápidamente miré a los demás.

-Señorita Hewitt, puede sentarse donde quiera-. El hombre a mi lado me habló, dándome cuenta que su voz me sonaba demasiado porque esa misma mañana ya la había oído. Era Mark y me sorprendí tanto como él, ya que pude notarlo en su mirada.

-¿Señor Ross? ¿El hijo de la presidenta Heather Ross?- Estreché mi mano con la de él mientras afirmaba con la cabeza y sentía un escalofrío al contacto piel con piel.

-Me alegra conocerla por fin-. Me sacó una sonrisa mientras me acompañaba a mi asiento, cerca de la pantalla para tener las cosas listas para mi presentación, donde tendré que informar de lo que hace mi empresa hacia otras empresas. Antes de dar comienzo, me preguntaron si quería un café y, aunque siguiera sin gustarme acepté uno ya que tenía un poco de sueño y necesitaba todas mis energías.

Cuando Mark se explicaba, yo no podía dejar de miras sus movimientos, era un hombre bastante sexi y eso me distraía de centrarme en la información que me daba sobre su trabajo y la empresa, aunque realmente ya me había estudiado todo lo necesario para hacerles notar que a mi empresa los clientes y socios importan. Al acabar él, me dio paso a mí y hablar de todo lo importante, además me hicieron preguntas de la forma en la que trabajamos. Cuando ya estábamos todos sentados, nos pusimos a debatir y a intercambiar ideas sobre el proyecto que tendríamos en común. En uno de esos momentos, apareció la mujer con una bandeja con los cafés y en el momento de dejar un vaso frente a mí, se le resbaló provocando que me manchara la camisa y me quemara el pecho.

-¡Joder!- Me levanté a toda velocidad del asiento, sintiendo como me ardía la piel y muriéndome de vergüenza por la forma en la que todos me miraban. Mark no dudó ni un segundo en cogerme de la mano y llevarme hasta su despacho donde tenía un baño privado y nadie me interrumpiría ni molestaría en el momento de quitarme la camisa y refrescarme la piel. No estaba segura de quitarme en sujetador blanco, aunque podía ver que también se había manchado un poco por el borde. Cogí papel y lo mojé para limpiarme el pecho. Mark llamó a la puerta y entró con una toalla en su mano. Le cogí la toalla y él me cogió el puñado de papel, entonces empezó a pasármelo por el cuello mientras mis ojos estaban fijos en su mirada para asegurarme que no mirara donde no debía o para desear de que lo mirara. Había disfrutado demasiado lo ocurrido por la noche y mi única duda era asegurarme si era porque había estado sola tanto tiempo o porque de verdad que Mark Ross era bueno.