Después de dormirme en medio de las chicas en bata, no recuerdo mucho, creí escuchar a mi abuela pero no pude verla.
Comencé a despertarme, estaba acostado en la cama de metal otra vez, estuve mirando el techo por unos minutos antes de notar que había una persona mi lado, desvíe mi mirada hacia ella y ahí estaba, mi abuela.
-¿abue?- le pregunté con la voz un poco ronca. vi a mi abuela que hasta ese momento parecía dormida pegar un pequeño salto pero sé tranquilizó a verme.
-Pequeño...¿como estas? Nos pegaste un buen susto- dijo acercándose un poco mas a mi.
-Estoy bien, un poco mareado-dije intentando sentarme pero la abuela no me dejó hacerlo solo.
-Cuidado, apenas despertaste hace unas horas, tienes que moverte de a poco.- me reprochó
-tranquila abuela, estoy bien.
Un hombre de bata blanca entró en la habitación, podía sentir como se me erizaba la piel, no me gustaban nada esos tipos.
-Tranquilo Leo, el doctor no te va a hacer nada- me dijo la abuela mientras tomaba mi mano, eso me tranquilizó un poco pero aún me sentía incomodo.
-Es cierto, niño, no necesitas nada. Parece que todo esta bien y según las pruebas que te hicimos te has recuperado bien mientras dormías - se acerco a mi para estrechar mi mano pero yo me elejé- Felicidades podrás irte mañana- me miro por unos minutos y se fue.
*Por fin se fue-pensé aliviado*
-¿que pruebas?- le pregunte a mi abuela mientras me ponía la ropa que me había traído, no me gustaba lo que tenia puesto, era parecido a los delantales de las chicas.
-Cuando te..dormiste el doctor aprovechó a hacerte unas pruebas ya que si hubieras estado despierto no estarías cómodo así que aprovechamos e tiempo.
no me gusto mucho lo que dijo pero tenia razón, no querría ir y tampoco quiero ir a ningún lado con el señor ese, da miedo.
De pronto recordé lo que dijeron las chicas vestidas de celeste.
-Abuela...¿es cierto lo que dijeron...que no voy a casa contigo?-le pregunté mirando triste el suelo
Tardó un poco en responder pero finalmente dijo un ya esperado si.
-No puedes venir conmigo,perdón- dijo la abuela otra vez.
-¿no me quieres? ¿que voy a hacer entonces?¿!voy a estar solo?¡- le pregunté sintiendo como las lágrimas corrían por mis mejillas. * ¿ que voy a hacer?-pensé*
-¿ como preguntas eso? ¡Obvio que te quiero! aunque no puedas ir conmigo, porque no puedo cuidarte, no vas a estar solo.
-¿ah, no?-dije secándome con la manga de mi camiseta
-No...vas a estar con otros niños como tu.
-¿como yo?-me alegré un poco. * ¿enserio había niños como yo?, quizá ellos me podrían ayudar con los desmayos...-pensé*
Entraron a la habitación un hombre y una mujer, el era alto y de tez oscura mientras que ella apenas le llegaba a los hombros, era rubia y pálida. Se acercaron a mi cama donde yo estaba sentado y me saludaron con un apretón de manos.
-Si señorito, vas a estar con niños que pasaron lo mismo que tu, pensaban estar solos porque ya no ven a sus papás pero aprenden que siempre van a estar con ellos- dijo la rubia.
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Mi aullido es para ti. (pausada hasta fines de diciembre)
Người sóiLeo siempre tuvo que valerse por si mismo , desde pequeño se sintió diferente a los demás ; Nunca tuvo a nadie , y debido a ello ahora es desconfiado , pero eso no explica por qué es agresivo e impulsivo y menos explica el hecho de que sus ojos se t...