↠No More Tears. [Jungkook]

✎024.

•_____POV

"El amor"

Seis letras, tres sílabas, dos palabras, una misma ideología.

Ideología que en muchos, se crea por perspectivas diferentes. Entender las bases del amor no sería como aprender un ejercicio matemático que la respuesta correcta debe ser si o si, el amor puede ser escudriñado por cada persona de una manera diferente, y que esperaban, no todas las millones de personas amarían de la misma forma, cada ser tiene su forma única de amar.

Podrían existir miles de relatos, como el que nos enseñaron en la mismísima santa biblia: "el amor es sufrido, es benigno... no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor... todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta". Pero aún así, nada podrá enseñarnos lo que es realmente el amor.

Si algo había aprendido en mi corta vida, por más descabellada que suene la idea, es que había aprendido a amar, a mi manera, pero aún así aprendí.

Entregar todo a esa persona que nos hace salir de nuestros cabales, ya sea para el bien, ya sea para el mal. "Pero si apenas tenía 14 años" es el tambor que de seguro retumba en sus cabezas ahora mismo, sin embargo, nunca se es demasiado temprano, ni demasiado tarde, siempre y cuando conozcas a la persona indicada en el momento indicado. No siempre debe ser como lo hacen los adultos, porque como anteriormente expliqué, no todos amamos de la misma forma.

En mi retrospectiva, añoraba cada día de mi vida que el volviese a mi como aquella vez que se fue de viaje y no regresó si no hasta terminadas las vacaciones del instituto, porque eso quería creer, que solo se había ido de viaje y que en algún momento regresaría a mi como siempre lo hacía.

Porque algo dentro de mi siempre lo estuvo esperando, yo lo habría esperado una vida entera y llegaría hasta el fin del mundo si con el fuera, y eso hacía sin recibir nada a cambio más que dolor y sufrimiento de apegarme a esa idea, a su recuerdo.
Se supone que debería estar rebozando de la alegría por el hecho de que todo lo que creía ser una pesadilla resultó ser en parte incierta, sin embargo, lo que siento en estos momentos es una profunda amargura.

Y justo cuando creí que finalmente había abierto mis alas nuevamente, que comenzaría un nuevo viaje y conocería nuevos horizontes para ser libre, me las cortaron de nuevo, volvieron a encerrarme bajo llave en mi jaula.

Y no es para mucho, ya era demasiado con cargar el trauma de haber presenciado tres asesinatos frente a mis ojos como para también cargar de que la persona por quien tanto lloré regresó. Porque si, lo esperaba, sabiendo que dentro de mi lógica no iba a volver.

–Si sabías que la ama de llaves de todas formas me iba a dejar entrar ¿cierto? .-comentó mi mejor amigo entrando a mi cuarto como dueño y señor del lugar, en su voz no se escuchaba el característico brillo y destello, más bien se le notaba apagada y suave.

Me había restringido a abrirle la puerta de mi casa durante estos días. No quería verlo, a él ni a nadie.

Con mucho cuidado, se sentó en la orilla de mi cama, iba dispuesto a tomarme el pie pero en un rápido movimiento lo alejé. Yo me encontraba de espaldas a la habitación con mi mirada fija a la lámpara que tenía en la mesita de noche, lámpara que nunca volví a encender haciendo que en la habitación la luz se la tragara las tinieblas.

–Perdón por eso.- se excusó el mientras daba un respiro pesado.- pero enserio necesito hablar contigo.

Yo solo lo ignoré, tenía tantas cosas que decir pero no se porque mis labios y mi cuerpo desobedecían mi cerebro. Quería desahogarme, liberar todo lo que por dentro me estaba carmoniendo pero tenía una lucha constante en mi mente, como si estuviera atrapada en mis pensamientos. Y no es para poco con las pastillas que he estado ingiriendo que me hacen navegar entre viajes astrales, pastillas que creí que no necesitaba más hasta ahora.

–Por favor ____, yo se que necesitas hablar también, te conozco y se que en momentos así es cuando más necesitas hablar. Yo también la estoy pasando mal y por eso necesito hablar, que me oigas y yo escucharte también.

El tono de su voz se escuchaba suave pero preocupante, como si cuidara cada palabra que de su boca salía para evitar lastimarme.
Me di la vuelta de la cama y me senté a su lado, aún mirando cualquier punto fijo menos su rostro.

Esta no era la primera vez que pasábamos por algo así, pero esta vez el motivo había ido en reversa.
Había un silencio sepulcral en medio de la habitación, ninguno se atrevía a lanzar nada hasta que rompí el silencio con el poco impulso que tomé al aspirar una bocanada de aire.

–Jimin, iré a vivir a Londres con Hoseok.- fue lo que mis labios finalmente pudieron pronunciar.

Por su lado, el contrario no emitió palabra alguna, ni movió un solo músculo de su anatomía. De seguro se encontraba en un shook mental, de todas las veces que nos hemos encontrado en momentos así, nunca lo había visto así.

El siempre era el que emitía las palabras, el que siempre sabía que decir, asegurarles que nunca quedó en silencio hasta el día de hoy.
Le miré de reojo y pude notar ojeras horribles y sus ojos colorados como si hubiera pasado toda la noche ¿llorando?

Como anteriormente había mencionado, nunca lo había visto así.

–Así que ¿tú también me vas a abandonar?.- dijo mientras unas lágrimas traicioneras resbalaban por sus mejillas.

–Lo lamento tanto.- dije cabizbaja.

–No tienes que disculparte, te entiendo, yo haría lo mismo si tuviera un sitio donde escapar a parte de este, porque tú eres mi hogar ______.

Sus palabras sobraron para hacerme salir de mi trance, de aquella lucha contra mil demonios en mi mente para romper el espacio que en nosotros quedaba y finalmente hundirme en sus brazos en un cálido abrazo.

–¿Porque nos sentimos así? ¿No era esto lo que queríamos? .-preguntó el con cierto enojo.

Al parecer, yo no era la única que tenía una batalla interna con la lógica y los sentimientos.

–Supongo que lo que uno anhela, no siempre es lo que realmente necesitamos.- comenté

–A lo mejor es cierto, pero este caso es diferente, no es como si antes de el vivíamos del todo bien. Entonces ¿porque no somos felices ahora?

Y lo peor de todo, era que el tenía toda la razón y darnos cuenta de ello, nos hacía cuestionarnos si valía la pena o no darle una oportunidad.

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