Capitulo 8

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Off pensó en lo rápido que había pasado otro mes... era tan fácil estar con Gun. Siempre se estaban riendo y Gun tenía una forma de desafiarlo como nadie más; él amaba su combate verbal. Hoy se encontrarían en la cafetería durante su descanso para el almuerzo.

Off estaba esperando en la cola para tomar un café cuando apareció una cara familiar a la vista.

—Entonces, veo que ya volvimos a practicar medicina. Debe ser bueno tener abogados caros y un novio rico, Dr. Jumpol.

Off lo miró.

—Mire, sé que todavía está molesto por lo que sucedió y lo siento. Pero no hice nada malo. Hice todo lo que pude. Puede creerme o no.

Off miró al hombre que tenía delante; él estaba roto, tenía, al menos, un par de semanas de vello facial, sus ojos estaban inyectados en sangre y parecía que no se había bañado en mucho tiempo.

—¡Off!

La voz de Gun flotó en la cafetería. Él había venido por la puerta de atrás.

El hombre frente a Off sacó algo de su bolsillo, haciendo que los ojos de Off se ensanchasen en estado de shock.

—Me quitaste a la gente a la que amaba, Jumpol. Primero Blue, y luego mi esposa ¡ella se suicidó porque perdió a su hijo! ¡Ahora mira cómo se siente tener a alguien que te quita a quien más amas!

Gun vio el destello de un arma y corrió para alcanzar a Off, quien estaba tratando de tomar el arma. Pero el hombre fue demasiado rápido. Él se inclinó alrededor de Off y apretó el gatillo. Gun sintió que un calor increíble lo atravesó, cuando la fuerza de la bala lo derribó.

—¡Oh, Dios mío! ¡Gun! —Off corrió hacia su novio, agarrando un mantel de una mesa para aplicar presión en el abdomen de Gun.

—Por favor Gun... oh, Dios, espera ahí. Alguien llame a una ambulancia, ¡maldita sea!

La gente gritaba y se apresuraba para salir del café. Se disparó un segundo disparo y Off se arrojó sobre el cuerpo de Gun.

—Oh, Dios, Gun, ¡Por favor! ¡Aguanta! ¡Te tengo! Por favor, no me dejes... por favor, Gun, ¡no me dejes!

Las sirenas atravesaron los gritos y Off se inclinó sobre Gun de nuevo. —Ya vienen, cariño; están casi aquí. No te voy a dejar nunca, ¿me oyes?

—Duele, Off, —jadeó Gun, cerrando los ojos. —¿Por qué? ¿Por qué me disparó el Sr. Khing?

—¡Lo siento mucho, Gun! Dios mío, todo esto es culpa mía. ¡Lo siento! Estoy aquí. ¡Te quiero mucho, Gun! Por favor, quédate conmigo, ¡abre tus ojos! Gun, oh Dios, por favor abre los ojos! — Off se sentó en el piso acunando la cabeza de Gun en su regazo y tocando ligeramente su mejilla.

Se limpió los ojos; estaban borrosos y se dio cuenta de que estaba llorando. Esto no podía estar sucediendo, no a Gun. Él había pasado suficiente, maldición.

Los ojos de Gun se agitaron.

—Te amo, Off, mucho.

Los técnicos de emergencias médicas aparecieron e intentaron que Off se alejara.

—¡Tiene que moverse, señor! ¿Quiere que muera? ¡Déjenos hacer nuestro maldito trabajo!

Off se movió, pero se quedó de pie mirando inexpresivamente la sangre en sus manos. Sangre de Gun. Sostuvo la frágil mano de Gun en la ambulancia; su otra mano alisando el cabello marrón de su frente.

—Estoy aquí, Gun... yo no te dejaré, —sollozó.

Gun había perdido mucha sangre. Habían controlado el sangrado y estaban tratando de verter tanta sangre en él como pudieron.

MAFIA [Finalizado] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora