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La madre de Manon ésa noche trabajaría hasta tarde, por lo que Marinette la estaba cuidando y pasaría la noche en ésa casa.

La niña que no podía dormir al sentir algo raro, se sentó y se levantó apurada, evitando mirar la rara muñeca de trapo que había en una silla.

Salió de su habitación y se acercó donde estaba su responsable niñera, mirando en la TV, "cosas que no sabías hace 5 minutos".

-Marinette.- llamó la pequeña.

La mencionada al oír su nombre, volteo el rostro con su boca abierta, para ver a Manon.

-¿Ah?- pregunto de manera algo tonta.

¡En su defensa... tenía sueño pero no quería ir a dormir.

-En mi habitación... hay algo raro.- susurro la morena, con su mirada asustada.

Marinette se puso sería al oír éso antes de ponerse de pie, con decisión.

Una buena niñera debía demostrar que no existe nada que temer mientras ella está presenté.

-Y esta vez no es Chat noir, intentando meterse por mi ventana para verte... es mi muñeca, creo que tiene vida.- aclaró la pequeña, ya sabiendo de las visitas que le hacía el héroe a su niñera cuando la cuidaba.

Lo único que no sabía, era a lo que jugaban, ya se oían aplausos por unos tres minutos, Marinette contenta y al final siempre se quejaba con un "¿éso fue todo?"

-Yo me voy, paz.- dijo la azabache, lista para irse y dejar sola a Manon.

Todavía era muy joven para enfrentarse a algo sobrenatural que no sean los típicos villanos de turno.

Fue un placer conocer a Manon, pero algo que aprendió últimamente es a priorizarse a ella y luego a los demás, así que se iba.

-¡Marinette!- gritó Manon, agarrando la mano de su niñera.

-¡Ahh! Ni siquiera me pagan lo suficiente.- se quejó la ojiazul como una niña regañada.

Bueno, como una casi adulta de 17 años responsable que no es, debía enseñarle a Manon a no temer a algo que no existe.

Varios minutos después.

Alya que había sido llamada, veía con los ojos entre cerrado a su amiga, que estaba jugando cartas con Manon, afuera de la casa.

-Hola Alya, gracias por venir a hacernos compañía.- dijo Marinette, con una gran sonrisa.

Alya miró a Manon que desvió la mirada apenada y suspiro profundo.

-Muy bien, ¿qué sucede?
¿Otra vez estuvieron mirando una película de terror y quieren estar afuera para huir más rápido?- pregunto a morena, cansada.

Ya era la tercera vez en ése mes que pasaba éso... aunque era la primera vez que veía a Manon asustada, ya que usualmente la bebita asustada sólo era Marinette.

Marinette y Manon se miraron entre sí, para ponerse de pie la mayor de ellas y ver a su amiga.

-Un monstruo del inframundo se quiere llevar a Manon mientras duerme y ella me quiere arrastrar a mí en sus pecados al provocar a un ente maligno.- explicó la ojiazul.

-¡No es cierto!- gritó Manon, enojada con su niñera.

¡¿Por qué Marinette la seguía cuidando siquiera?!

Ya no es tan pequeña y siempre demuestra ser más madura que Marinette.

-¡¿De verdad?! ¡Genial, yo quiero ver!- dijo Alya con entusiasmo, dejando confundida a las otras dos.

Miraculous vs lo sobrenaturalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora