14 de febrero-Un camino tomados de las manos *NaruHina*

San Valentín-NaruHina

La luz de luna destelló contra sus rostros marcando una sonrisa sublime de placer. Y no importaba que se acercaran nubes amenazantes para tapar su brillo. Aquella noche se presentó hermosa y brillante para su encuentro. Y el vientito de los árboles—por más que fuese fresco—aullentaba sus ganas de regocijarse en sus casas como lo harían la mayoría de las personas... al menos aquellas que prefieren tomárselo con calma. ¿Y por qué ellos no? Porque aceptaron la invitación de su queridísima amiga Sakura.

Había sido de improvisto, pero por lo notado, la joven se entusiasmó y los unió sin siquiera su permiso. Pero qué va... no iban a decepcionarla. Era 14 de febrero... día de los enamorados. Puede que ellos no eran de festejar demasiado, pero para Hinata era un comienzo. Finalmente podría conservar el momento cálido junto con Naruto. O eso le prometió Sakura.

—Bajo el irrisistible clima, él te verá más bella que nunca. Y cuando cierres los ojos ¡Zas! Sentirás lo que es un primer beso.

—Y si no... ¿si no quiere hacerlo?

—Hinata... Naruto es un hombre. No podrá resistirse a tus encantos. Ya veras—animó apoyando levemente su mano en su hombro—eso sí—precavió—no vayas a escapar.

Y bueno... tuvo que conformarse con sus sutiles “consejos”.

Miró por el rabillo de sus ojos al rubio que parecía inquieto. Lo observó cuidadosamente para que el chico no notara que lo—en un decir—espiara.

Sonrió internamente. Aquel chico había sido la fantasía en sus sueños desde que lo conoció. No sabía si exactamente él estaba interesado en ella. Aunque sonara egoísta, no estaba muy segura de que repentinos choques de miradas o sonrisas nerviosas fueran suficiento para algún día afirmar “le gusto”.

Quizá Naruto aceptó ir para no dejarla sola, o para aceptar la invitación de Sakura y no quedar como amargado. Ella, más que cualquier otra persona, lo conocía bastante. Y sabía por defecto que el muchacho se la pasaba de pereza, por lo que haber salido aquella noche fría era extraño y había quizá otra razón.

Desvió su mirada: sólo se estaba deprimiendo. Suspiró tras sentir cierto escalofrío recorrer su espalda. Pronto, había olvidado la presencia del chico, que calentó sus manos con su aliento que aún se mantenía caliente.

No presenció, sin embargo, que Naruto la miró fijamente al notar su ingenuo gesto que ni él pensó en cometer.

—No trajiste guantes, Hinata—comentó. Y Hinata se sorprendió: era cierto.

—Por eso tenía frío—sonprendió diciendo. Y Naruto sonrio; como si no fuera obvio que eso fuese a pasar.

—Vaya, Hinata, ni yo habría olvidado tal cosa—dijo sonriente. Cuando Hinata lo miró, el chico le expresó una mirada llena de brillo. Luego se estremeció de calidez tras sentir que Naruto la agarraba de la mano luego de sacarse su propio guante y se lo ponía a ella. Intentó salirse... ¿de qué servía sólo tener un guante... y el otro?

Sin embargo su otra mano Naruto la sostuvo entrelazándola con la suya, y metió ambas a su bolsillo.