30 Días

I

Lindas. Perfectas. De sonrisas encantadoras y amables. Sin embargo, los Russell tienen varios secretos que por su bien es mejor enterrarlos...

Hace 10 meses...

Día 3...

Astrid.

Tres días duró la tragedia familiar en que todo Groxwill se enterara y la noticia se esparciera como virus.

"No están solas, hay mucha gente dispuesta a ayudar"

"Si quieres hablar con alguien no dudes en buscarme"

"Rezo cada noche para que aparezca pronto. Mucha fuerza"

"Ánimo"

"Pronto aparecerá, no estén tristes"

"¿Cómo están? ¿Han sabido de algo?". Por cierto, cuando aparezca ¿harán una fiesta?"

"Escuché decir que la vieron. ¡Háblame urgente!. PD: Soy tu fan"

Al principio era así, muchos mensajes de apoyo en nuestras fotos sin importar la fecha de publicación, lo mismo aplicaba en los chat de nuestras redes sociales, y no sólo eso sino que también nos comenzaban a etiquetar y el número de seguidores y like iban en aumento. Alexander Russell iba por mucho a la cabeza en las elecciones presidenciales y Ava Powell le llovían las ofertas de trabajos, ser rostro y tener cargos de suma importancia en fundaciones para personas desaparecidas. Resulta morboso que una desaparición provoque este tipo de contraste pero más morboso sería usarla a beneficio propio.

Más que en nuestros padres, el peso había caído sobre nosotras. En especial en Amber, su gemela. A veces las personas suelen ignorar que existe el contraste. Anwer y Amber fisícamente eran iguales pero a la vez eran dos gotas de agua y aceite difícil de juntar.

Entonces, yo era la segunda opción.

Por lógica, debería tener algún conocimiento sobre las razones de la desaparición. Creí tenerlas ¿Cómo no las iba a tener? ¿si siempre estoy metida en el orden y equilibrio?.

Me equivoqué.

No fue hasta el interrogatorio de la policía que me di cuenta que no sabía absolutamente nada de ella.

Mentí.

Una y otra vez.

Tenía "buenas" referencias gracias a los alumnos de la universidad.

Tampoco sospecharon mucho, Anwer se había convertido demasiada reservada tanto en su forma de vestir y ser.

Inventé una historia que no existe.

Y Anwer...

La recordé como la chica de 15 años, alegre, divertida, dulce, atenta y cariñosa.

Esa chica no volvió.

Ni siquiera para nosotras.

Se preguntarán ¿Qué llevó a Anwer a cambiar de esa forma?.

No fue LA razón. Fue LAS razones.

Y cada una de ellas tenían nombre y apellido.

Partiendo por nosotras y termina con Rank Frederick.

Su ex novio.

Todo lo que vivió Anwer en esos 4 años, lo estábamos viviendo nosotras.

Allison.

Se habían cumplido exactamente un mes sin noticias de Anwer. No había un indicio. No había pistas. Nadie llamó para un rescate. Estábamos en cero. Nadie sabía o sospechaba algo. Sólo supocisiones qué crecían con en tiempo.