2. Empiezan los problemas

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Enfadada. Enfadada, así es como ella se sentía en esos momentos. En esos momentos y des de que empezó el curso. Ni durante las vacaciones había conseguido eliminar ese sentimiento tan persistente. Con paso firme y altivo se dirigía a su oficina dispuesta a dejar las cosas claras. Ella había construido toda una vida alrededor de este colegio. El Saint Mary. Tanto esfuerzo y dedicación le había puesto que era como un tercer hijo. Y no iba a dejar que nadie se lo quitara. Menos él. Lo había visto. Tan feliz. Con su nueva hija. Cómo si nada pasara. Pero las cartas se iban a dejar sobre la mesa ahora. Y con ese pensamiento llegó a su destino.

Feliz. Feliz y cansado. Así se sentía él. Feliz por saber la verdad sobre su hija. Feliz por haber recuperado una parte de Mariana. Feliz por haber solucionado las cosas con Lupe, a la que seguía considerando su hija. Pero cansado. Cansado de todas las mentiras. Cansado de todas las discusiones. Cansado de todo lo que ahora tendría que afrontar con Mercedes. Y cómo si sus pensamientos la hubiesen invocado, ella misma hizo presencia en su despacho sin tener la necesidad de llamar antes a la puerta.

-Vos y yo tenemos muchas cosas de que hablar, Ramiro- empezó la recién llegada a la oficina de forma directa- Y esta vez con todas las cartas sobre la mesa.-

-No podría estar más de acuerdo, Mercedes- le respondió el propietario del colegio levantándose de la silla- Y por ese motivo voy a empezar diciéndote que no me importa todas las mentiras que ocultaste, para mí Lupe es y siempre va a ser mi hija, lo mismo que Álvaro si él así lo considera también. Pero merecen saber la verdad, toda.-

-No sé que paraíso imaginario te montaste en tu cabeza durante la estadía en el hotel, pero Lupe y Álvaro son mis hijos y no voy a dejar que su casa sea la misma que la de una persona que tanto daño le ha hecho a Lupe- empezó con voz firme mientras se acercaba al escritorio

-Mía no es la enemiga.-

-Y el cómo y cuándo decirles la verdad es sola y únicamente cosa mía, porque el único motivo por el que lo hice fue para asegurarles un hogar y un futuro a mi familia. Y vos, no vas arruinar todo lo que he construido.- finalizó dejando caer una carpeta con papeles dentro

Ramiro miró extrañado la carpeta antes de abrirla para empezar a leer los documentos. Al finalizar la lectura levantó la vista para mirar a la persona que una vez quiso, sin poder creerse la persona que en realidad es, y lo que acababa de leer lo confirmaba.

-No voy a firmar estos papeles- remarcó contundente con una mirada entre furiosa y decepcionada- Una cosa es pedir el divorcio, papeles que voy a firmar con gusto, y otra es demandar la custodia completa de los chicos y el control del Saint Mary, y por ahí no voy a pasar.-

-Lupe y Ávaro, te recuerdo otra vez, son MIS hijos. Y fui yo la que hice del Saint Mary el colegio que es hoy. Por lo que, a mi parecer, el trato que te estoy proponiendo me parece más que justo.-

-¿Podemos hacer las cosas bien, por una vez en la vida, y pensar en que es lo mejor para todos?- preguntó ya desesperado, era como hablarle a una pared- Te ofrezco esto: Álvaro va a poder decidir con quién va y cuántos días quiere pasar con cada uno. La custodia de Lupe o es compartida o, en todo caso, me la quedo yo, porque no quiero saber cuántas mentiras más vas a meterle en su vida. Y el colegio sigue siendo de los dos, solo tenemos que organizarnos para no encontrarnos. ¿Te parece?-

-No.-

-Pues entonces vamos a tener que ir a juicio, porque tampoco pienso ceder.-

Mercedes estaba lista para contratacar por sus derechos, cuándo una persona entró de forma apresurada a la oficina con un semblante muy preocupado. 

Go! Vive a tu manera: temporada 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora