Capitulo 19

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*Alerta de mucho texto*

Cuando hice el cronograma del fic y determiné que papel tendría cada uno de los personajes, escribí a Pieck y Hanji, como mejores amigas (a ese punto iba a llegar su relación) es el motivo por el cual hice a Pieck, médico. Pero he visto que a much@s les gusta en plan romántico y como no afecta en nada a la trama, ni cambia lo que ya pensaba hacer. Aquí serán pareja.

También quería agradecerles por su apoyo, ayer me di cuenta que la historia sobrepasa los 1.2k de votos y aún no me lo creo, por el poco tiempo que tiene de publicado y porque la verdad jamás pensé que alguien leería el fic. Empecé a escribir por una perdida que acababa de tener y tomé la escritura como terapia, pero han sido ustedes los que me han animado con sus buenos comentarios, así que gracias chic@s, son l@s mejores.

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Hanji ajustaba sus gafas al tiempo que intentaba maniobrar torpemente la caja de madera llena de frascos, recién amanecía pero no pudo estar ni un minuto más en la cama, la ansiedad la estaba matando lentamente y que mejor lugar para desahogarse que su laboratorio; ese lugar que solía ser su propio santuario, su zona de confort, no había lugar donde se sintiera mejor que allí. Eso era antes de que todo se pusiera de cabeza, con toda la presión que manejaba a diario desde que apareció “la peste” ya no encontraba tan relajante el lugar, cada vez que estaba en él solo recordaba su incompetencia, su poca capacidad para dar una solución.

Abrió la puerta con el pie, la caja impidiéndole ver bien hacia el frente, pero el sonido molesto de un objeto contundente golpeando contra la madera de la mesa le hizo saber que había alguien en la espaciosa habitación. Suponía era Armin, su joven aprendiz tendía a no hacerle caso cuando le ordenaba que fuese a dormir, así que no le sorprendía que el siguiese trabajando en vez de irse a la cama como ella le había ordenado unas horas antes de irse a su propia habitación.

Para su desconcierto era Pieck, quien estaba sentada cerca a la mesa, tan ensimismada en los papeles que leía que no sintió su presencia, ni siquiera cuando puso la caja al otro extremo de la estructura de madera se percato que ya no estaba sola.

¬ ¿Comandante? Pensé que llegaría hasta mañana. ¬ Mencionó en voz alta, haciéndole saber que estaba allí.

Pieck saltó en su silla, estaba tan cansada que su mente la traiciono creyendo que había puesto seguro a la puerta, por lo que no espero que alguien entrara.

¬ ¡Hanji! Me diste un buen susto.¬

La mencionada sacaba los frascos con diligencia, tomando la pluma más cercana para marcar su contenido.

¬ Lo siento, esperé encontrar el lugar solo. Pensé que aún estaba fuera.¬

Pieck se recostó en la silla, mirando a la castaña. Estaba aliviada de que hubiese llegado, era la única persona que se podría decir hablaba su mismo idioma, había descubierto algo estando en Trost y por eso regresó antes de tiempo, pero al no ver a Hanji en ningún lado prefirió verificar la información comparando datos y dejarla descansar.

¬ No importa.¬ dijo restándole importancia con un gesto despreocupado. ¬ De todos modos te estaba esperando, solo no pensé que aparecieras tan temprano.¬

Esto atrajo la atención de Hanji, debía ser algo muy importante para que regresara antes de tiempo, aunque en el fondo se alegraba de que estuviese de vuelta, si bien Armin era una buena compañía, disfrutaba mucho de las conversaciones con Pieck, algo que era bienvenido cuando las horas de trabajo eran tan largas.

¬ ¿Qué sucede, comandante? ¬

La más baja señaló la silla que estaba a su lado, quito los papeles que había dejado allí para que la castaña se sentara.

Una Y Otra Vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora