Dunkelheit

La reunión de la Oscuridad era por mucho, uno de los eventos underground más esperados del año en el mundo mágico internacional. Se trataba de una versión "retorcida" de lo que, en teoría, debía ser la CIM en Europa, pero los magos oscuros no seguían las reglas de los comunes ¿Por qué deberían limitar su alcance a Europa cuando había otros 4 continentes donde había otros como ellos?

No, La Sociedad Dunkelheit, iniciada durante la segunda Guerra Mundial Muggle, era por mucho, aún más extensa y basta que la Confederación Internacional de Magos Europea. Oh, si, se hacían llamar Internacional, pero fuera de algunos pocos países, todos sus miembros eran Europeos o de un país conquistado por alguna corona de Europa.

La Sociedad Dunkelheit era verdaderamente Internacional. Había toda clase de magia y no solo oscura, aunque por su naturaleza salvaje y su alta dificultad, muchos países seguían el ejemplo de los Ingleses y clasificaban a dichas formas de magia como "oscuras".

La reunión de este año estaba siendo precedida por una leyenda viviente que había salido de su "retiro forzoso" para apoyar a su bisnieto en su primera incursión como Señor Oscuro. Gellert Grindelwald estaba como pavorreal en el podio central mientras a su alrededor, los otros Señores Oscuros charlaban y rumoreaban que había hecho el bisnieto del presidente en estos años.

Por lo que decían los rumores, Grindelwald encontró a su bisnieto cuando este estaba en su segundo año en Hogwarts y si no fuera por Gringotts, jamás hubiera sabido que tenía un bisnieto.

Oh, esa sí que fue una conversación incomoda, pero luego de que Grindelwald explico por qué desconocía que tuvo una hija, aunque sabía que tenía un hijo. Todo fue porque una amiga suya deseaba mucho tener un hijo y él le dio, ejem, el "material" para poder embarazarse, pero jamás hubo una relación física entre ellos. Meses después del nacimiento de su hijo/hija (Gellert desconocía el género del bebé), su amiga fue asesinada durante un bombardeo y él pensó que su bebé corrió la misma suerte.

Nunca supo que la bebé (su bebé había sido una niña) había sido puesta en adopción con una buena familia muggle, ya que su amiga sospechaba que la estaban rastreando por su papel como espía de los aliados y aun hasta la fecha, ignoraban si el bombardeo era la causa real de su muerte. Lo último que hizo su amiga fue poner a salvo a su mayor tesoro, su hija Marian.

Marian luego tuvo dos niñas y una de ellas se casó con un mago, siendo que era una bruja y la otra que resultó una squib, se caso con un muggle, ambas tuvieron un niño, que ahora eran sus bisnietos. Simple. Bueno... no si la suerte de su bisnieto tenía algo que decir.

Finalmente las puertas se abrieron para revelar al más nuevo miembro de Dunkelheit, un chico recién entrado en su madurez mágica entro, seguido de tres hombres. Uno de ellos tenía la nariz ganchuda y cabello negro lacio, así como ojos tan negros como dicho cabello. Tenía un rostro que indicaba un claro peligro de una muerte dolorosa si te metías con él. Ese hombre estaba al lado derecho del joven.

A la izquierda del mismo, estaba otro hombre, este con cabello negro corto pero bien peinado, ojos azules intensos y un rostro esculpido por los mismos ángeles... caídos. Si esa sonrisa de crueldad y el brillo de sus ojos tenían algo que decir, era que nadie debía cruzarse con él o siquiera darle una molestia.

El último hombre era, a falta de una mejor definición, una masa de músculos peluda. Era EVIDENTE que era un hombre lobo. Un hombre lobo a punto de transformarse y de ahí la musculatura y el pelo en todas partes, pero exudaba atractivo animal y peligrosidad en partes iguales. Su papel era claro, dado que iba detrás de la triada de hombres. Era el guardaespaldas, el brazo armado y la primera línea de defensa del joven Señor Oscuro.

La mirada de orgullo de Grindelwald era tal, que a todos les quedaba claro que su bisnieto había hecho un excelente trabajo haciendo lo que fuera que hizo—Abuelo—Dijo el joven cuando llegó ante Grindelwald.