Campaña para Derribar al Sol

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¿Quién era el hombre detrás de la masacre? Aquel hombre de voz profunda, cabellera larga y túnicas grisáceas, Jiang Cheng y Lan Zhan permanecieron alejados mientras el misterioso torturaba a Wen Zhuliu, con la ayuda de su energía demoníaca extrajo el núcleo del mayor y lo rompió, no había tortura más cruel que ver como uno de los hombres Wen más poderosos había perdido contra un simple discípulo

―¿Q-quién demonios eres? ―preguntó aterrorizado Wen Chao, fue en ese momento que el misterio terminó, el hombre detrás de todo era nada más y nada menos que...

―Wei... Ying

―Wen Zhuliu, ¿querías protegerlo? ―preguntó Wei Wuxian

―¿Wei Ying? ¡D-de ninguna manera, es imposible! Monstruo, ¡Monstruo! ―gritó el segundo maestro Wen antes de correr aterrado ―Wei Ying, si te atreves a tocarme, m-mi padre te asesinará ―no importaba hacía donde corriera, pues Wang Lingjiao lo alcanzó y sacó la lengua de un mordisco, dejándolo incapaz de seguir ladrando

―¡Wei Ying, es suficiente! ―respondió Lan Zhan mientras corría hacía donde estaba Wei Wuxian, pero no lo logró, una ola de energía resentida lo obligó a detenerse. El sonido de la flauta incrementó y con él, los lamentos de Wen Chao, hasta que finalmente fue decapitado junto a los otros dos que lo habían acompañado a destruir muelle de loto

―Wei Ying...

―¿Uh? Lan Zhan...

―¿Fuiste tu quién mató a los discípulos Wen en el camino?

―Por supuesto...

―¿Y los talismanes siniestros?

―También fui yo

―Wei Ying... hay un precio que pagar por cultivar el camino del mal, en toda la historia nunca ha habido una excepción

―Cualquier precio que haya, lo pagaré

―Es malo para tu cuerpo y mente...

―Se lo que estoy haciendo

―¡Algunas cosas están más allá de tu control!

―¡Todo está dentro de mi control! Respecto a lo que le hace a mi mente... No es de tu incumbencia

―¡Wei Wuxian!

―¡Lan Wangji! ¡Guarda tus lecciones! ¿Qué puede ser más malvado que el clan Wen? ―cuestionó Wei Ying, la energía resentida volvió a brotar de los alrededores y se arremolinó detrás de ellos, la tensión entre ambos hombres aumentaba sin parar

―Wei Ying, vuelve a Gusu conmigo ―suplicó Lan Zhan, su mirada determinada había caído, solo se observaba la profunda preocupación que irradiaban aquellos ojos ámbar

―¿A Gusu? Ya veo, después de todo, Gusu Lan siempre ha odiado la magia negra

―¡No es para castigarte!

―¡¿Entonces para qué?! ¡¿Para cultivar mi mente?! ¡¿O para quitarme mi poder?! ¡¿Quién te crees que eres?! ¡¿Quién crees que es el clan Lan?! ―recriminó Wei Ying mientras una explosión de energía resentida se expandía en el terreno, los cadáveres feroces cayeron al suelo y el color del fuego cambiaba constantemente

―Segundo maestro Lan, con todo respeto, ya sea que Wei Wuxian tenga razón o no, él pertenece a Yunmeng Jiang. Lo que ha dicho, no es asunto del clan Lan para juzgarlo ―intervino Jiang Cheng, fue entonces que Lan Zhan se retiró con profundo pesar e impotencia ―Toma tu espada ―habló antes de entregar a Suibian, la espada que fue recuperada tiempo después de que Wei Wuxian desapareciera

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