Un Dios de la destrucción en Tower of God

Acto 7 (Borrador)

En una sala de hospital dentro de uno de los pasillos se encontraban dos personas una frente de otra.

Una de las personas tenía una especie de espada verde que se asemeja más a una aguja. Las características más distintivas de la persona es que, es una niña pequeña con una cola de lagarto. esta niña es Anaak Zahard.

Enfrente de ella se encontraba otra chica aunque esta era un poco más grande se podría decir que estaba en su adolescencia, está joven es Androssi Zahard

Actualmente ambos se estaban viendo de manera desafiante, la atmósfera era sofocante para cualquiera que pasara y viera esa escena "Sabes escuché un rumor de que Yuri Zahard anda merodeando por los primeros pisos, yo que tú tuviera cuidado de andar con esa espada al aire libre..." La primera en hablar rompiendo el silencio fue Androssi Zahard, la cuál le estaba dando una sonrisa arrogante a la niña que se encontraba al frente de ella.

Ya habían pasado unas cuantas horas desde que salieron de la habitación del joven Dios, dejándolo descansar. Anaak contrario a los demás se quedó merodeando por el área médicaz, así fue como se encontró con Androssi que había regresado para cambiarle el vendaje al chico "Eso no es de tu incumbencia" La chica mitad humana mitad lagarto le respondió con veneno en la boca a la joven princesa

La sonrisa de Androssi solo creció más al escuchar esas palabras "Bueno no digas que no te advertí... Impostora" Androssi tuvo que saltar y dar una voltereta en aire instintivamente para esquivar el tajo de espada perteneciente a la niña mas pequeña "Oye!? deberías tranquilizarte sabes, los enfermos de este lugar tienen que descansar"

"Tch..." Sin decir otra palabra la niña de piel verde se fue, dejando a una Androssi que ahora miraba la espalda de la niña con seriedad

"¿Problemas familiares?" Androssi se sorprendió a escuchar una voz detrás de ella, cuando se volteo para mirar quien era, vio a un joven apuesto de cabello negro con forma de culo de pato, dos mechones adornaban su cara hasta el punto de llegar a la barbilla, ojos oscuros como la noche, nariz fileña y un color de piel blanco como la nieve, lo más distintivo del chico era que estaba vendado por todas partes, como si hubiera salido de una guerra.

"¿Oye, que haces aquí?" La niña alzó una delicada ceja al observar al chico afuera de su habitación, obviamente ignorando intencionalmente la pregunta del joven "Se supone que deberías estar descansando sabes"

"Me estaba preguntando si vendrias a ayudarme a cambiar las vendas, pero como no llegabas salí a buscar a alguien más" El chico la despidió con la mano, restándole importancia al asunto "Oye acerca de Anaak..."

"No hay nada de que hablar" la chica lo ignoro y siguió de largo luego volteo y le guiño el ojo "Ahora, sí quieres que te limpien esas vendas será mejor que no te quedes atrás" la chica siguió su camino balanceando las caderas de forma seductora

'Es mi idea o me está insinuando algo?' "*Suspiro* Espérame mujer! estoy lisiado" agarrando la muleta que le sirve como apoyo siguió a la joven

Ambos no se dieron cuenta de que otra chica misteriosa estaba viendo la interacción de ambos escondida

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"Observa Baam, está bonita ¿No?" Cumpliendo con el protocolo establecido, los examinadores le habian regalado dos días de descanso a los habituales antes de la siguiente prueba, esos dos días transcurrieron sin incidentes y sobre todo, estos dos días sirvieron para que el joven Dios se apegara más al trío llegando a verlos como hermanos "vamos! te la compré para ti pontela, pontela!" el chico actualmente le estaban mostrando una sudadera negra con líneas doradas de una tela de buena calidad a su nuevo "Hermano pequeño" Baam