INESPERADO 27

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Acaricio su espalda, frotó con la yema de los dedos un lunar que estaba a un costado de su columna.

– Una herencia– dijo ella refiriéndose al lunar – todos lo tenemos, excepto padre, es heredado por parte de madre– sonrío al sentir como Helier besaba sobre dicho lunar.

– Es precioso, un adorno digno de una espalda tan bella.

Era el que más sobresalía, por su tamaño y posición.

–Me gusta, es único.

Sonrío, le gustaba sentir los tibios labios de Eltong sobre su suave piel.

– ¿ Sabes que me gusta a mi?– inquirió cerrando los ojos para concentrarse en la sensación que despertaba Helier con cada beso que dejaba sobre su pecosa espalda.

– No amor, que te gusta?.

– Me gusta cada sensación que despiertas en mi, a medida que riegas besos en mi ahora hirviente piel, te amo, amo qué me beses, que recorras mi badana con tu tibia boca.

Se posicionó sobre ella por detrás, acomodándose en su cuerpo, haciendo que su pene ahora erecto pegará con sus redondas nalgas.

– Helier– susurro, la cercanía del cuerpo de el la trastornaba.

– Mmmm – regaba besos por toda la piel de su mujer, la cual seguía boca abajo sobre el colchón, mientras el estaba sobre ella amándola .

– Ámame, ámame como me gusta a mi – pidió en un susurro, en una súplica.

– Como pidas amor– apretó los senos de Noelle, frotando sus aureolas con sus ágiles dedos, robándole así gemidos de placer– te amo, jamás me cansaré de hacerlo– dijo a su odio antes de penetrarla .

Moviéndose en el interior de su esposa la trastornaba, la volvía loca de placer.

Sonrío al sentir como la dulce duquesa temblaba entre sus brazos después de haberla llevado a la gloria.

Abrazándola por detrás hundía su nariz en sus largos cabellos rojos, sentía que no había lugar más importante en el mundo que ese, en ese momento ella era suya y él era de ella, compartían una misma alma un mismo sentido, la amaba profundamente. Sabía que ella era su universo sabía que con ella sería feliz.

Los días pasaban lentamente, mientras ellos disfrutaban de la burbuja en la cual estaban sumergidos.

Sonrió antes de acercar el tenedor con el trozo de huevo a su boca, frunció el ceño al sentir como  su estómago su revolvía.

- Estas bien- inquirió Helier mirándola con preocupación.

- Si- El duque se levanto de su lugar para acercarse a ella.

- Estas muy pálida- dijo tomando la fría mano de Noelle.

- Llévame arriba- dijo levantándose de su lugar, Helier la sostuvo para evitar se golpeara al caer al suelo.

- Noelle, amor- la tomo el brazos armando un gran revuelo en la mansión, su mujer tenía algo y el no  sabia que era- Rosaura, Rosaura- angustiado llamo a su fiel amiga.

- Que sucedió?!- inquirió preocupada al ver que su amiga estaba inconsciente entre los brazos de su marido- ¿ que tiene?.

- No lo se, no se que le sucede, manda por el presbítero- pidió mientras subía las escaleras.

Frunció el ceño, todo le daba vueltas y sentía que devolvería su estómago en cualquier momento.

- ¿ Que sucedió? - inquirió al ver a su sonriente marido.

- Te desmayaste- dijo sin mostrar preocupación.

- Porque estas tan feliz, acabo de perder la conciencia, y tu estas dichoso.

- Amor- tomo las pequeñas manos de Noelle entre las suyas- no tienes nada malo- dijo  sin borrar su sonrisa de sus labios- estas de encargo, el presbítero lo ha confirmado.

La mirada de Noelle se ilumino, acaricio  su plano vientre; dentro de ella comenzaba a crecer una vida.

-Te amo- dijo Helier besándola con ternura- debes cuidarte, cualquier cosa que necesites pídela, lo que quieras cumpliré tus caprichos- Noelle sonreía divertida al ver a su afanado marido.

- Lo único que necesito es que me ames- estiro sus brazos para recibir a su  amado duque entre ellos.

- Eres mi todo, gracias por darme un hijo. 

La mirada de Noelle se cristalizó, después de lo ocurrido había perdido las esperanzas; pensó que nunca podría tener su propia familia, pero ahora esa ilusión estaba mas viva que nunca.

Acariciaba su panza. Está crecía poco a poco.

Sonrío, su dicha estaba casi completa; solo falta encontrarla a ella. A lady Seaford.

Pensativa miraba a través de la ventana.

- Estás bien- inquirió Helier sentándose a su lado.

- Si - sonrío con tristeza- es solo que...

Helier frunció el seño. Algo le falta a su mujer para ser completamente feliz.

-Que deseas, pídeme lo y lo concedere- Noelle sonrío, sabía que él le daría lo que ella anhelaba.

- Deseo encontrar a lady Seaford, no sé si conserva el apellido de su marido o si ha vuelto a contraer casamiento, lo único que se es que ella huyó hacia Ashford.

- Tranquila, tengo muchos contactos en Ashford , Te prometo encontrarla pronto.

- Gracias - se acercó a Helier para besar su labios.

- Nuestro bebé nacerá muy pronto, una vez comiencen los bailes podemos brindar uno, allí estará toda la socialite. La hallare  para que asista a la primera fiesta de la temporada.

Sonriente asintió, desea ver a Anisha.

Helier cumplió con su palabra, había movido cielo, mar y tierra . Pero la había encontrado, Anisha, o Ana como era llamada ahora vivía en una pequeña cabaña. En compañía de su doncella María.

- Oh amor- se colgó del cuello de su marido - no sabes lo feliz que me hace saber que ella está bien.

- Si, muy bien, un muy buen amigo mío la corteja- sonríente Noelle miro a su esposo, no imaginaba que Anisha hubiera sido capaz de abrir su corazón al amor.

- Me alegra, ella es una buena mujer, se merece ser feliz. Si no hubiera sido por ella no hubiera tenido las fuerzas para salir de ese infierno- dijo apretando su puño.

-Tranquila- la atrajo a su pecho- ese tiempo amargo ya pasó, ahora estás conmigo- así tío, sabía que nunca volvería a estar en ese infierno.

- El primer baile de la temporada tardará mucho- quería ir a verla.

- Si, pero debes aguardar, estás a punto de parir, en cualquier momento tendrás a nuestro hijo, no puedes arriesgarte a hacer tan largo viaje, además en unas semanas partimos a Londres, no puedes hacer dos viajes tan largos, tranquila. Me encargaré personalmente que asista a la fiesta.

Así tío, sabía que él lo cumpliría.

Dos semanas más tarde emprendieron su viaje a Londres, estaba lista para recibir a su hijo, anhelaba tenerlo entre sus brazos.


CAUTIVADonde viven las historias. Descúbrelo ahora