LA LUZ DE TUS OJOS 28

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Angelique Marie

Llegó a este mundo el último di de verano, su madre lloró al ver la pelirroja cabellera de su hija.

- Eres preciosa - sonrío al sentir como él presbiterio colocaba a su pequeña bebé sobre su pecho.

Helier irrumpió en la recamara, encontrando a su esposa con sus piernas aún abiertas ante el presbiterio.

- Mi lord, no puede ingresar asi- dijo Ailsa, al ver a su yerno entrar como tromba a la recamara.

- Con el debido respeto, esto no me asusta, ella es mi mujer, y esa mi hija- dió una zancada para terminar de llegar a la alta cama, dónde estaba su mujer.

- Amor- dijo besando la sudada frente de la duquesa- es hermosa, igual que su madre.

Noelle sonrío, estaba agotada, el alumbramiento había sido largo y tedioso.

- Gracias- susurro aparentado con debilidad la mano de su marido- me diste lo que creí perdido.

- Gracias a ti, por permitirme entrar en tu corazón- Noelle solo río antes de cerrar sus preciosos ojos turquesa- que ocurre!? Dijo angustiado al ver que su esposa perdía el conocimiento.

- Por favor mi lord, salga. La señora necesita descansar, el parto ha sido muy largo.

En contra de su voluntad abandono la recamara.

Quería estar allí, con ella besarla abrazarla y decirle cuánto la amaba.

Sonrío al escuchar el llanto de su hija, su primera hija con su amada Noelle.

-No sabes cuánto te amo- susurro con su frente pegada a la oscura madera de la puerta.

Minutos después salió el presbiterio .

- Puede ingresar, pero no la despierte, necesita descansar para reponer fuerzas- asintió, solo quería verla, así fuera dormida.
Las horas pasaban, desesperado por qué Noelle no abría sus ojos pasaba sus manos por su rostro.
- Mi lord, debe tomar un baño, descansar, mi hija no despertara por ahora. Su alumbramiento fue muy largo, debe reponer las fuerzas.

Helier miro a su mujer, luego a su hija, lady Ailsa tenía razón, debía descansar.

- Está bien, solo me bañaré, comeré y descansaré, quiero estar aquí cuando ella abra los ojos.

- Tranquilo, no despertara tan pronto, puede estar tranquilo.

Sin muchas ganas abandonó la recamara, habían decidido que el ocuparía la adyacente mientras ella pasará el cuido, después volverían a compartir dormitorio.

Abrió sus ojos, elevo  un poco  su cabeza  para ver quien estaba cerca, al verla despierta Helier se acerco a ella.

- Como te siente?- beso  la frente de su mujer.

- Débil, siento que no tengo fuerza- trato de sentarse- mi bebe, donde esta?-  repartió su mirada por la recamara.

- Esta en la cuna, dormida. Es una buena niña.

-No ha comido desde que nació, debo darle alimento.

- De inmediato la traigo, no te levantes.

Con torpeza tomo a la pequeña de cabellos rojos, la cual se estiro al sentir que la sacaban de su tibia cuna. 

-Es tan linda, mira sus pequeñas manos- dijo tomando entre brazos.

- Igual a ti su belleza la heredo de ti.

- Le doy gracias al cielo por haberme permitido ser madre.

Helier tomo el mentón de Noelle para besar sus tibios labios.

CAUTIVADonde viven las historias. Descúbrelo ahora