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SeungMin veía con expresión extraña al chico se estaba sentado a su lado, JeongIn.

Era extraño ver como su pequeño amigo mantenía su mirada fija en uno de los tarados de la mesa que tenían al frente. ¿Acaso tenían algo en comúnSeungMin aún no tenia respuestas para el comportamiento de JeongIn.

Para él no era un secreto que su dongsaeng era una personita muy reservada, no tirándole a la idea de hablar sobre sí mismo en cualquier sentido, pero, vamos, al menos debía decirle qué era lo que tenía con ver fijamente al grupo de raros que tenían posicionados justo a sus narices. Hartado de no tener respuestas, golpeó ligeramente la mesa, haciendo sobresaltar sus alimentos y al pequeño JeongIn.

—¿O-ocurre algo, SeungMin hyung? —Preguntó temeroso el pequeño, extrañado por el golpe en la mesa—  Minnie hyung, cualquier frustración que tenga ¡No es culpa de la mesita!

—Cierto. —murmuró el mayor de ambos— ¡Es culpa tuya por no decirme qué es lo que te ocurre con alguno de esos tarados hediondos! ¿Por qué los miras tanto? Y no me lo niegues, Yang JeongIn. ¡Desde que nos sentamos aquí no dejas de ver a la mesa de al frente, incluso tus ojos parecen que se van a salir! —Exclamó SeungMin, soltando todo lo que tenía guardado desde que se sentaron a almorzar en su mesa favorita.

Gruñó cuando recibió un puchero de su menor para luego volver a fijar la vista al frente. Sin poder evitarlo SeungMin lo imitó. ¿Qué veía JeongIn en esos chicos? Era el club de los introvertidos, los inadaptados sociales, los otakus. Más de una vez los vio recibir varias críticas hacia ellos por su gusto a todo lo relacionado con el anime, llamándolos raritos o alegando que ninguno se bañaba.

Ah, las típicas críticas ridículas impuestas por la actual generación.

En la mesa, había exactamente tres chicos sentados, manteniendo una conversación de lo que parecía la muerte de alguna caricatura en las historietas que uno de los tres tenía entre sus manos, uno fingiendo llorar al releer una de las páginas de la historieta, seguidos de los otros que sólo rieron ante la acción del que parecía el más bajo de los tres.

En el lado izquierdo, estaba un tipo de tez blanca, llevando su cabello de un lindo rubio, casi llegando a blanco. Al sonreír, un hoyuelo aparecía sobre una de sus mejillas, SeungMin casi se sonroja cuando ese hoyuelo volvió a aparecer. Le seguía otro más alto, tez blanca, labios gruesos y con sus cabellos rubios sujetos en una cola mal hecha, haciendo que sus cabellos se vieran desordenados, pero no dejaba de verse aceptable, finalizando con uno de cabello negro, nariz grande, rostro pronunciado. ChangBin, lo conocía, más adelante revelará de donde.

Incluso podía decir que aquellos tres chicos tenían una buen físico que presumir

Pero eso no lo oyeron de SeungMin. 

Volviendo al tema, aún no lograba comprender las miradas que le brindaba el menor en dirección a los tres chicos.

—Innie... —Habló SeungMin— Sabes que puedes confiar en mi, sabes que no te juzgaría por nada del mundo. Somos amigos, los mejores amigos y—

—Me gusta uno de allí. —Dijo JeongIn sin rodeos.

La mandíbula de Kim SeungMin casi cae fuertemente sobre la mesa. ¿Había escuchado bien? ¿A JeongIn le gustaba uno de ellos? Pero qué inesperada sorpresa.

Dirigió su vista nuevamente a los tres chicos de la mesa de al frente, aquellos que ahora veían algo en el celular de alguno, ¿Cuál de esos era de gusto de JeongIn? No era que conociera los gustos del menor, a pesar del tiempo que llevaba conociendo a JeongIn, no sabía qué era lo que veía en algún chico que lograba llamar su atención.

Yang era tan reservado.

—Ya veo... ¿Y cuál de los tres chicos logró llamar tu atención? —Dijo SeungMin aún más intrigado por el rema. Vio como JeongIn se acomoda en su asiento, claramente tímido por la revelación.

—Bueno, no es que me tenga babeando. Es que es tan lindo, y desde que lo conozco me gusta verlo leer sus historietas, sus expresiones... —Yang pareció entrar en una especie de ensoñación con su mirada fija en el chico que —Aún no sabía cual era— le ponía de esa manera tan patética, según SeungMin.

— Ya, pero, aún no me dices cual de esos es. —Preguntó.

El menor pareció pensarlo por un momento si debía confesarle a SeungMin, pero las palabras del mencionado resonaron en su cabeza, él de verdad nunca le juzgaría y estaría para apoyarle. Decidido, se giró lentamente para quedar frente a su amigo confuso, soltando un suspiro antes de soltar con tanta emoción, y con todo el cariño que empezaba a sentir por su crush—:

—Me gusta el de las greñas largas.

—¿El de las greñas?

—Así es, Minnie hyung.

—Pero, seguramente es algo mayor que tú.

—¿Y qué? No creo que sea por mucho.

—Es algo raro, Innie.

—Lo hace ver más lindo.

—Es otaku.

—No veo que eso sea un problema, hyung.

—¿Y si los comentarios que dicen las personas es verdad y no se baña?

—Ah, basta. —Falló en su intento de defender al chico que le gustaba. Los comentarios de su hyung lograron sacarle una risita aunque fue reprimida al principio— Pero, en serio, hyung. Me llama mucho la atención, ¡Y ni siquiera sé como se llama!

Su compañero observó como en un momento de frustración su pequeño JeongIn dejaba caer su cabeza en la dura superficie, frustrado de no ver ninguna posibilidad de al menos conocer a su crush.

Era ahí donde su rol de detective tenía que hacer aparición y ayudar al pequeño JeongIn a obtener al menos algo de información básica de su flechazo, su raro e inesperado flechazo. Cupido de verdad se había vuelto loco con su puntería.

—Seguramente fue una flecha perdida. —Sin darse cuenta vociferó su pensamiento en voz alta. Tonto SeungMin.

—¿Qué dijo, hyung?

—¡Ah, nada!
















no sirvo para esto de ser escritora.
enfin, aquí el primer capítulo de A JeongIn le gusta el otaku, de verdad espero que les guste a medida que avance esta historia 💗
se me cuidan, no salgan de casa a menos que no sea necesario, laven sus manitas y usen tapabocas razA

¡A Jeongin le gusta el otaku! [HyunIn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora