My savior

41 12 1
                                    

Por un beso en la mejilla, ellos me arrastraron otra vez al baño.

"¿Qué es lo que hemos hablado rata asquerosa?"

Mi cuerpo temblaba y dolía por los golpes que me habían dado antes, aún así intenté mantenerme firme

"¡Lo juro!... Juro.. Que yo no me acerqué a él"

Hablé entre tartamudeos por el aire que sentía me faltaba, pero en realidad solo era la ansiedad consumiendome.


"¿Y qué fue eso en el receso mierdita?"


Un gemido de dolor salió de mi al recibir otro golpe

"Yo no fuí, él tiene semanas persiguiendome"

Otro golpe

"Pues haz algo para que sienta asco de ti y se aleje, rápido, o no querrás saber lo que te haremos la próxima"

Vi el puño de uno de ellos alzarse y cerré los ojos esperando el golpe, aceptando mi cruel destino. Las chicas reían grabando todo el momento, como si fuera el espectáculo de circo más gracioso de todos, cada vez que me golpeaban ellas grababan todo.

El golpe nunca llegó, entonces abrí mis ojos confundido y luego estuve sorprendido.

Vi tus ojos furiosos sosteniendo la muñeca de aquel chico que quería golpearme.

Ese día por primera vez te vi ser como un animal salvaje, como el líder de una manada.

Les diste una paliza a todos hasta que pidieron piedad, incluso golpeaste a la líder de las chicas en la mejilla sin importarte nada, les gritaste a todos y los amenazaste.

"Un sólo dedo en él y no respondo por mis acciones"

Por primera vez vi una sonrisa maquiavélica en ti.

"Quien sabe si sus padres llegan sin empleo, o alguno de ustedes pierde algunas notas y quedan fuera de sus equipos"

Por primera vez escuche una risa malvada en ti.

"Quien sabe si alguno de ustedes sale gay o lesbiana"

Silencio. Tu rostro se volvió neutro, pero temible.

"No los quiero cerca de mi ni de él, ¿entendido?"

Todos bajaron el rostro intimidados por tu gruesa voz, y es que hasta yo me sentí temblar, pero en el fondo sabía que contigo estaba seguro.

"Si señor"

Fue lo que todos dijeron antes de comenzar a salir del baño asustados.

Caí de rodillas tan pronto como sólo quedamos tú y yo, te agachaste frente a mi y extendiste tu mano con una pequeña sonrisa suave.

"Más nunca te calles por mi, por favor. Te salvaré de todas las que pueda, confía en mi"

Desde entonces siempre fuiste mi Salvador.

YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora