Capítulo 5

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Sabes que no

- Venga que podrías alegrarte de verme por lo menos un poco, ¿no? 

Tenía a un Alex muy alegre en la entrada, hasta donde recordaba el que me vendría a buscar era Efrén.  Me iban a dejar loca esos dos, que no me enteraba de nada.

- Que estoy tratando de ubicarme, pero pasa, sí es que verte por dos días seguidos es una maravilla- lo decía enserio, era muy agradable pasar tiempo con él, te daba un subidón de alegría el solo compartir espacio con él. 

- Espero que lo sigas pensando porque voy a ser tu chofer y no, no traigo auto, es la misma hermosura de ayer.- dijo adentrándose a la casa y dejando el cascos en el sofa.

- Bueno, estoy sospechando que en realidad lo que quieres es matarme, ¿donde esta Efrén?.- era raro que ninguno me hubiera avisado. 

- Supongo habrá llegado ya a mi casa, espero que no te moleste, tenía que hacer una cosa por aquí cerca y le he pedido a Efrén venir por ti, además él está muy emocionado por conocer a mi hija.

- ¿Tienes una hija?.- pregunté atónita, él asintió con la cabeza.- y por qué no me lo dijiste ayer, claro pero yo era más colega que mi hermano, que cinismo el tuyo. 

- Bueno, bueno, deja de rajar de mi, que era una sorpresa- dijo con una gran sonrisa.

- Vale, pero oye que tienes que contarme, ¿te has casado?.- Mil preguntas nacían en mi cabeza, Alex nunca fue de tener compromisos, algo de responsable si que tenía pero de eso a que se comprometa con el paquete completo era imaginable.  

- Es una larga historia para contarla, no es el momento. -  Tenía esa mirada entre seriedad y vacile con la que siempre me espantaba cuando hablábamos de temas "serios". 

- Claro pero cuando hay tiempo no me cuentas, vaya colega que eres, en fin, nos vamos en nada he. 

Después de dejarle comida tanto a Yaco como a Lola, tome mis cosas y salimos de la casa. 

-Todo sigue igual como lo recuerdo, podría jurar que el golpe de por allá lo hice yo.- dijo señalando a la escalera por lo que recordaba tenía razón, había una escalera por fuera de la casa que era para subir a la azotea y cuando Alex y Efrén me enseñaron a conducir, Alex se quiso lucir no pudo frenar y le dio a la escalera.  No pude evitar reírme. 

-Si fuiste tú y vaya charlita que te dio mi padre al respecto. 

-Y como no, es que no parábamos de hacer tonterías, muy en el fondo creo que descanso cuando me fui. 

- Pues igual un poco sí que le reducimos el trabajo después. 

Nos montamos en la moto, yo un poco a regañadientes, no es que me molestara la velocidad, si no, que Galicia no era el mejor lugar para andar con la adrenalina por las nubes, el camino fue tranquilo, que claro que cuando Alex comenzó con la moto no había quien lo parara, que era un atrabancado con a velocidad, ahora sin embargo tenía un poco más de conciencia sobre todo en las curvas. No tardamos casi nada en llegar. 

La casa de Alex  estaba cerca de la costa, era bastante amplia y claro en la entrada estaba el coche de Efrén y una camionetas que supongo era de Alex. 

-Vamos que tan difícil era ir por mi en la camioneta Alex.- Dije bajándome de la moto y dándole el casco. 

-Pues te falta un poco de velocidad, no es divertido ir en camioneta-

Al entrar por la puerta lo primero que pude ver  fue a Efrén persiguiendo a una pequeña niña que tendría al menos unos cuatro años, su cabello era corto entre un color miel y rubio. Daba pequeños saltitos al subir los escalones. 

Mi suerte ||Miriam2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora