Mi nombre es ChaeBi.
Soy una adolescente coreana sin nada especial...Excepto por mis ¿sentimientos?...Soy un poco ¿Diferente? No sé si es la manera correcta de llamarlo.
Soy heterosexual...Me gusta un chico. Y vaya, eso está mal, muy mal.
En especia...
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"Las declaro una pareja oficial" pronuncia una señora de mediana edad parada detrás de una mesa con unos papeles que nos declaran una pareja de casadas firmados por JinHa y por mí (obviamente siendo obligadas) ".Pueden darse un beso" nos anima totalmente alegre y hace una seña invitándonos a cometer esa acción la cual a ninguna le apetece.
Miro alrededor y observo a KangWi y Armin vestidos con trajes pulcros y elegantes, ambos usando un poco de maquillaje en sus rostros para realzar su belleza. Sus ojos duros hacen que las palabras anteriores de la encargada de nuestro matrimonio se sientan obligatorias.
Miro a JinHa quien forma una mueca incómoda al igual que yo ". Finge que me besas" susurro apenas para que solo ella me escuche.
Mi amiga (ahora esposa, es raro llamarla así y no pienso hacerlo nunca) me toma de las mejillas y acerca su rostro al mío, logrando cubrir ambas bocas, hace un sonido fingido de beso que parece convencer a los demás porque todos aplauden en la sala. Finalmente se separa y me palmea el hombro con una sonrisa. Mis ojos brillan de agradecimiento y ella solo me acaricia la cabeza con ternura.
"¡Debemos tomar una foto!" Grita una de las madres de JinHa y todos los conocidos que se presentaron a la 'boda' se acercan para ser capturados en una imagen que supuestamente debería representar un momento feliz, todos (o en su mayoría) ignorando que estamos siendo obligadas a mantener esta unión.
Yo me quejo un poco porque después de sufrir mucho abuso comencé a odiar verme en fotos, aún así, una vez más la mirada dura de mis progenitores me hacen sentir obligada y sonrío falsa ante la cámara que captura el momento con un simple click.
"¡Quedó hermosa!" Chilla una de las invitadas mientras observa junto a hombres y mujeres la imagen ".Deberíamos hacer un cuadro y darlas a las recién casadas para que lo cuelguen en su casa" algunas risas traviesas me causan repulsión y decido a salir de ahí.
Aunque mis ojos no quieran no puedo evitar desviar mi mirada hacia el celular con la imagen proyectada. Mis ojos capturan por una milésima de segundo el vestido largo que llevo y mis brazos cubiertos por un abrigo de lana blanco. Por supuesto que me siento aborrecida de mi propio cuerpo a pesar de que no se nota. Ese vestido largo cubriendo mis piernas llenas de manchas moradas y mi estómago cubierto por vendas. Ese abrigo tapando mis brazos con marcas y ese maquillaje mi rostro magullado.
Mi mirada traza un camino de nuevo hacia el frente con mis ojos lagrimosos y mis pasos continúan resonando hasta salir de aquel asfixiante lugar. Sin querer mi cuerpo choca con el de KangWi ".Perdón" susurro con temor, tan acostumbrada a los golpes que por un segundo pensé que él me agredería de nuevo.
"¿Por qué lloras?" Pregunta con falso interés, sé que en realidad lo dice por amabilidad, no porque le interese el estado de su hija. Tantas son las veces que traté de explicar como me sentía que ahora estoy cansada de intentar.
"Estoy muy feliz por haberme casado" miento. Con el tiempo descubrí que es mejor decir alguna falacia antes que enfrentar a KangWi o a quien más temía: Armin.
