Hollins (Parte I)

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- ¿Entonces a ti también te ha pasado? 

- ¿Qué cosa? ¿De qué coño hablas?- preguntó distraído, mientras revolvía obcecado algunos papeles de su escritorio, buscando unas fichas para el informe que Miller les había pedido.

- Horacio Pérez.

Collins dejó caer los papeles de repente, levantando la vista hacia Ford quien lo observaba sin expresión alguna en su rostro. 

- ¿Qué?

- Vamos, no te hagas el tonto, que he notado cómo lo miras ¿Y esas bromitas en la frecuencia de la LSSD? Collins, que soy idiota pero no para tanto. Además, entre nosotros, el federal está... mi Dios... quién pudiera... 

- ¿Pero qué es esto? ¿Un interrogatorio? Deja de romper los huevos Ford, que no estoy de humor- el rubio se puso de pie ofuscado, encaminándose hacia la puerta con las manos vacías.

- ¿Y el informe?

- Búscalo tú, gilipollas- el sheriff abandonó la oficina, dando un fuerte golpe a la puerta, rumbo a los baños, pisando fuerte e ignorando a cualquiera que se cruzase en su camino. Al entrar, agradeció hallarse solo, por lo que humedeció su rostro, apoyando ambas manos sobre una de las piletas. "Horacio, Horacio... soy hetero - dijo como intentando autoconvencerse- pero... joder... cómo me encantaría que..." Inmerso en sus pensamientos no se percató que su móvil había comenzado a sonar.

- ¿Sí?

- Hola bonito- la voz sensual de una mujer lo arrastró al presente. 

- ¿Sheila?

- ¿Y quién iba a ser mi cielo?

"Shishi", una mujer alta y escultural, que regentaba uno de los bares de Los Santos y con quien además había pasado la noche, hacía ya una luna atrás mientras se encontraba infiltrado.

- Pues tú mi amor.

- ¿Me extrañaste?

- Sí... por supuesto.- mintió. 

- ¿Qué andas haciendo? Anda, envíame una foto, quiero jugar...

- Ahora... estoy ocupado... 

- Quiero verte nene, y que me montes toda la noche.

"Pero bueno... ¿Qué cojones le pasa a esta mujer?" 

- Eh... yo también "Shishi", ya quiero... probar... eh... 

- ¿Qué pasa?- inquirió al notar el silencio del otro lado de la línea.

Para su sorpresa, en ese instante entró la persona que menos esperaba y a quien más anhelaba ver. El agente del FBI irrumpió en el baño, con su andar habitual y una gorra azul con letras amarillas cubriendo su cresta. Le dirigió una sonrisa de lado, en señal de saludo y entró a uno de los cubículos. 

- Yo... eh... nada... no pasa nada- dijo siguiendo con su mirada al agente, y el trasero tan formado bajo aquel uniforme-... tengo que colgar... después... después te llamo.

- ¿Qué? No-...Collins terminó la llamada repentinamente, dejando a la mujer del otro lado con la palabra en la boca y una ira que la consumía.

Historias cortas - GTA RoleplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora