Un error, una perdida y un Nuevo Amor.
Los personajes no me pertenecen son del gran mangaka Kohei Horikoshi.
Universo sin quirk.
Perdonen las faltas de ortografía.
¡No se permiten adaptaciones!
Espero que les guste y lo disfruten ^^
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Sus ojos se abrieron tan grandes que casi parecían querer salir de sus cuencas por el asombro, observo como el rubio contemplaba dicho lugar, mientras que él mismo recordaba todo. Sus labios antes abiertos en una perfecta o, ahora formaban una sonrisa triste. De verdad era un idiota, el mismo provoco todo esto, se alejó por su cuenta de su pareja sin siquiera preguntar qué pasaba, y estas fueron las consecuencias.
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Suspiro cansado, cerrando tras de sí la puerta evitando la entrada del bicolor y el continuar discutiendo. Este día fue completamente agotador y solo quería descansar, decidió preparar la ropa y artículos que llevaría consigo mañana, pues la cita sería muy temprano, después tomaría un baño e iría a dormir.
Mientras se relajaba en la bañera pensaba en todas las discusiones que había tenido en estas últimas dos semanas con su pareja, realmente le parecía extraño pues, desde hace dos meses que no habían podido pasar tanto tiempo juntos como hubiesen querido ambos, por los trabajos y, de su parte estaba más ocupado preparando una sorpresa para su novio, razón por la cual quiso dejar de lado las explicaciones.
Decidió salir de la tina antes de quedarse dormido, rebusco en el closet, sacando un pijama cómodo y una caja mediana que mantenía escondida, luego de su mesita de noche saco un sobre y coloco todo junto a sus demás pertenencias para la mañana siguiente, sonrió con la esperanza de al fin arreglar estos pequeños inconvenientes en su relación y se dirigió a su cama para dormir.
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—¡Katsuki, por aquí!
Apresuro el paso, siendo recibido con una cálida sonrisa de parte de la albina con mechas rojas, ambos se saludaron y entraron juntos a la cafetería para poder finalizar sus planes mientras desayunaban.
—Ayer, Shou de nuevo se encontraba molesto. –Suspiro mientras observaba su taza de café, no se atrevía a levantar la mirada. —Sé que el trabajo nos ha mantenido muy ocupados, y agregando a eso que varios de los días que por fin podíamos pasar juntos yo tenía que reunirme contigo o me llamaban para algún pendiente en la empresa, no ayuda mucho pero, el comenzó a reclamar hace poco, es algo extraño hasta cierto punto pues, él estaba siendo muy comprensivo.
